Caput 3: Hypocrita

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- ¿Qué tal tu fin de semana?  -le pregunta Jimin al que considera su mejor amigo, su único amigo... con el único que no es un completo hipócrita como todos en ese maldito pueblo-.

- Follé con el novio de mamá  -le respondió mientras tomaba el sol con los ojos cerrados, los dos estaban en el primer descanso de las clases, tomando los rayos de la mañana alejados de todos. Jimin rió al escucharlo, por eso es que Hobi era su maldito mejor amigo, eran parecidos y entre los dos aprendieron a cómo debían actuar para los demás-.

- ¿Y? ¿Fue cómo te lo imaginabas?  -abrió los ojos al escuchar cómo el otro soltaba un suave suspiro de felicidad-.

- Fue tan malditamente bueno, sigo sintiéndolo en mi culo. Lo mejor fue que mamá no se dio cuenta de nada... Mientras ella escuchaba su radio con cantos religiosos yo me tragaba la polla de su prometido, aunque me habría encantado que nos encontrara cuando me estaba cogiendo. Lamentablemente no creo que sea suficiente para causarle un infarto.  -Ambos rieron por lo dicho. Ya que lo que más los unía era el rencor que sentían por las mujeres que le dieron la vida, dos hipócritas de primera-.  ¿Qué tal el tuyo?

- El viernes fui donde Taeyang  -sonríe al usar el apodo que le pusieron a su profesor-.  Y Channie vino a ayudarme con algunas cosas cuando mamá fue a cuidar a la vieja Yung el sábado  -comenta con tono juguetón-.

- Pequeña perra codiciosa  -lo molesta su amigo mientras lo abrazaba-.  Ya te dije que tenías que invitarme cuando tu primo fuera a ayudarte, yo igual estoy mal en algunas materias.

- Si quieres puedes jugar un tiempo con él.

- Wow, ¿y eso? Eres terriblemente territorial.

- Sólo te diré que tengo un nuevo objetivo y quiero concentrarme en él.  -Respondió sonriendo cómo gato y sólo dandole una mirada que su amigo entendería, le diría una vez tuviera a su nueva conquista en la palma de su mano-.

˜˜˜˜˜˜˜º˜˜˜˜˜˜˜

Jungkook soltó una maldición en voz baja cuando la puerta de la cabaña fue tocada, juró que si era una de las malditas señoras mojigatas que vivían ahí les daría un tiro en la cabeza. Suspiró mientras se arreglaba bien sus ropas de sacerdote a medida que se acercaba a la puerta, dónde casi se sorprende al ver que no era una mujer mayor sino que un chico de secundaria.

- ¿Puedo ayudarte, hijo?  -el mafioso estuvo tentado al levantar una ceja producto de la risa del menor-.

- Soy Park Jimin, Padre  -se presenta el menor dándole una mirada rápida al cuerpo cubierto por la fea ropa-. Vengo a consultar si es posible tener un rito de confesión.

- ¿Necesitas confesarte ahora, hijo?

- Sí, por favor... hemos estado mucho tiempo sin un padre y no he podido confesar mis pecados desde hace mucho-.

"Dudo que un mocoso como tú tenga muchos pecados"  Pensó para sus adentros el mayor.

- Claro  -accedió, ya que le era más que obvio que con esa cara de angel, la confesión sería corta-. Vamos a la Iglesia.

Ambos caminaron al interior de la Iglesia solitaria hasta entrar al confesionario, Jungkook agradeció que las cavidades fueran cerradas, nadie podría ver sus bostezos o mala postura al sentarse y aburrirse con lo que estos pueblerinos creían que eran pecados.

- Ave María Púrisima.

- Mierda  -susurra para sí mismo Jungkook al no recordar lo que seguía, cuando fue obligado a confesarse siempre repitió las línea de peregrino de manera robótica sin ponerle atención al sacerdotes. Sacó rápidamente su movil para googlear cómo mierda debía hacer esa estuídez-.

𝕻𝖊𝖈𝖈𝖆𝖙𝖚𝖒 𝕯𝖎𝖑𝖊𝖈𝖙𝖚𝖘 || 𝘒𝘰𝘰𝘬𝘮𝘪𝘯 +21Where stories live. Discover now