𝕻𝖊𝖈𝖈𝖆𝖙𝖚𝖒 𝕯𝖎𝖑𝖊𝖈𝖙𝖚𝖘 || 𝘒𝘰𝘰𝘬𝘮𝘪𝘯 +21

Caput 2: Mendax

Discleimer: Vuelvo a recalcar que es una historia +21. También decirles que no comparto muchas, si no la mayoría, de las cosas que se tratan en esta historia. Recuerden que todo es ficción y no por eso apoyo o estoy de acuerdo con lo que sea que escriba. Fuera de eso...Disfruten su lectura y no duden en señalar cualquier tipo de error en la redacción y ortografía.
˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜˜

Jungkook puso la sonrisa cálida que tenía más que ensayada apenas fue visible para el grupo de diez personas, en su mayoría mujeres, esperando por él fuera de la iglesia que sería su hogar durante el tiempo que tuviera que estar escondido, algo que odiaba pero debía hacer si no quería ir preso a Estados Unidos, las autoridades estaban demasiado cerca a él... Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

Apenas se bajó de la incómoda camioneta su mano fue tomada y besada por las mujeres y recibido con halagos por ser el nuevo miembro del pueblo. La tentación de rodar los ojos cada vez que una de las mujeres mojigatas le decía lo agradecida que estaban con el Señor era demasiado grande. El único que no le besó la mano fue un chico de preparatoria que iba detrás de su madre, algo que dedujo por el gran parecido.

Sin prestar más atención siguió a las mujeres adentro de la iglesia, en dónde le enseñaron el cuarto de mierda en el cual se debía quedar, un espacio a un costado de la iglesia que poseía un cuarto, un baño y la cocina, casi hace una mueca al ver la cama pequeña, ya estaba extrañando su cama tamaño king.

- Dejaremos que descanse y mañana podríamos comenzar con las visitas a los enfermos  -dijo una de las mujeres-.

Realmente esperaba que no se le notara la cara de asco.

- También hay que abrir la parroquia para venir a confesarnos al Señor  -dijo la mujer que andaba con su hijo, el cual rodó los ojos antes de volver a mirarlo de pies a cabeza-.

- No coman ansías, hermanas mías. Tendremos tiempo de todo y volver a sentir y escuchar la palabra de nuestro Santo Padre.

Cuando por fin se quedó sólo soltó un gran gemido de cansancio mientras se dejaba caer en la incomoda cama. No llevaba ni una hora en ese lugar y ya estaba agotado de tantas estupideces.

Le marcó a Yoongi mientras se sacaba la sotana y comenzaba a sacar las pocas armas que había traído con él.

- ¿Cómo se encuentra, Padre?  -habló Taehyung con voz burlona-.

- JA JA, muy gracioso  -gruñó mientras dejaba un cuchillo debajo de su almohada-  ¿Dónde está tu esposo?

- En este momento está ocupado, Padresito...

- Dile que necesito hablar con él  -indicó ignorando el gruñido de placer de parte de su sicario de confianza mientras pegaba una de sus pistolas debajo del velador-.

- Hombre... Mi hombre te está escuchando mientras me chupa la polla, sólo habla...

Jungkook volteó los ojos cuando un sonido húmedo fue audible para él.

- Bien... Dile a tu hombre que una vez termine de tragarse tu semen me envíe una puta, una de las que ya estén bastante usada, así no se perderá mucho dinero en el negocio.

- Uhh  -gimió antes de hablar el del otro lado de la linea-.  No llevas ni un día ¿y ya necesitas una zorra?

- Sí, dudo que las niñitas de este pueblo de mierda sepan o aguanten cómo me gusta. Envíame una chica y que sea con algún disfraz o cuartada... Algo que no sea sospechoso para que esté en la iglesia o algo. Dile a Yoongi que lo dejo en sus manos.

- Tiene mi pene en sus manos ahora  -bromea el contrario-.  Antes de colgar... Ve las noticias, sale nuestro amigo, el oficial de policia.

- Adiós, imbecil  -colgó antes de escuchar la despedida contraria mientras guardaba el par de cuchillas en el baño y caminaba a la pequeña cocina para dejar la última arma en una zona estratégica-.

˜˜˜˜˜˜˜º˜˜˜˜˜˜˜

- ¡Jimin!  -le grita su madre desde la cocina, obligandólo a dejar a su primo en el comedor para ir a ver qué quería la bruja de su madre-.

- ¿Si, mamá?

- Tengo que ir donde la señora Yung, está enferma y olvidé que me tocaba cuidarla hoy, ¿Chanyeol se quedará a dormir?

- Eso creo, tenemos examen en un par de días y estamos repasando algunos temas.

- Gracias a Dios volviste a ser mi dulce niño  -le dijo la mujer acariciándole el rostro con delicadeza. Él casi vomita por el cinismo de la mujer que lo parió-.

- Claro que sí, má.... Ve con cuidado y no te preocupes por nosotros. Dejaremos de estudiar en un par de horas y nos iremos a dormir.

- Bien... Recuerda prepararle una cama a tu primo.

- No te preocupes  -sonrió y le besó en la mejilla antes de volver al comedor y pegar su vista en sus cuadernos mientras escuchaba a su madre preparar un pequeño bolso y salir a tomar su viejo automóvil para ir a cuidar a una mujer aún más vieja que su chatarra-.

- Pensé que nunca se iría  -escuchó detrás de él mientras se metían debajo de su camiseta un par de manos-.

- No sé si siempre olvida su día de ir a cuidar a esa vieja o lo hace a propósitommhm..  -gimió al sentir los besos en su cuello acompañado de los dedos en sus tetillas-.  ¿Por qué no fuiste a la iglesia ayer?

- Estaba con Yeri  -Jimin volteó los ojos al escuchar el nombre de la novia de Chanyeol-.

- ¿Y qué le dijiste para no ir a verla hoy?  - se volteó para tomar al más alto del cuello y acercarlo a sus labios-.

- Le dije la verdad, que vendría a ayudar a mi primo favorito con sus tareas...  -dijo coqueto acariciando la curva de su espalda hasta llegar al prominente y firme trasero-.  Y con lo que sea que necesite mi ayuda.

- Mhmm... Se me ocurren muchas maneras en las cuales me podrías ayudar ahora mismo.

El montón de libros y cuadernos fueron olvidados en la mesa del comedor mientras Jimin gemía el nombre de su primo favorito en el amado sofá de su madre en dónde le era imposible no pensar en el nuevo Padre mientras Chanyeol lo tomaba de las caderas y lo follaba en cuatro, haciendo que su mirada diera de frente a los crucifijos de la sala.

˜˜˜˜˜˜˜º˜˜˜˜˜˜˜

Mientras Jimin estaba sentado junto a su madre en la primera banca de la parroquia escuchando la primera misa con el Padre Jungkook a cargo, supo que había algo extraño en el hombre.

Lo miró atentamente, estudió cada gesto y movimiento durante la misa, su complección, sus hombros trabajados, los brazos que a pesar de vestir una sotana, era claro que eran brazos musculosos, pero la gran prueba para Jimin le fue dada cuando fue en busca de la hostia, cuando sus ojos se conectaron con los orbes marrones y fríos al tiempo que los dedos callosos rosaban sus labios cuando el cuerpo de Cristo le fue otorgado.

Apenas su mirada se conectó con la del nuevo Padre, Jimin estuvo apunto de caer de rodillas. Y ahí supo que era imposible que esa mirada fuera de un hombre bueno y devoto al Señor, esa mirada era la de un hombre que estaba acostumbrado a obtener lo que quería cuando él quisiera.

Dios... él mataría por chuparle la polla a ese semental.