𝐖𝐎𝐌𝐀𝐙𝐈𝐍𝐄𝐑 [+18]

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Park Jimin estaba totalmente convencido de que en la Universidad Wonseo, no existía una sola chica que no estuviera enamorada de esos encantos que lo caracterizaban tanto, donde el principal de ellos, resultaba ser su hermoso rostro.

Curiosamente, las chicas no eran las únicas que terminaban rendidas ante los pies del inalcanzable chico. Te llevarías una sorpresa al saber que en más de una ocasión, y durante su estadía en la escuela secundaria, Park Jimin fue el blanco de confesiones de estudiantes masculinos, quienes le hacían saber sobre los sentimientos románticos que tenían por él, a través de cartas escondidas en su casillero. O declarándose en persona, después de citarlo secretamente en el patio trasero de la escuela. Un hecho bastante desafortunado, porque de la misma forma que muchas chicas, ellos también terminaban con el corazón roto.

Fue así que el universitario creía firmemente en el hecho de que no existía una sola persona que no quisiera un poco de su valiosa atención, un saludo, o siquiera una mirada por parte suya. Nada de eso había cambiado, hasta ese momento en el que mientras Jimin sostenía un bonito ramo de rosas entre sus manos, comenzó a creer que posiblemente sí existía una persona en el mundo a la que no le interesaba en lo más mínimo.

Pues para ella y ante sus ojos, el famoso Park Jimin de la carrera de Artes Visuales, no era otro más que el problemático hermano gemelo del chico del que estaba perdidamente enamorada.

—¿D-disculpa? —Tartamudeó sorprendido de lo que estaba escuchando.— Creo que no escuché bien lo que acabas de decir.

—Mira... me encuentro bastante ocupada en este momento, no cuento con el tiempo para escucharte decir esta clase de tonterías —Dijo ella con molestia mientras miraba la hora en el reloj de su muñeca derecha.— Quiero pensar que es todo lo que necesitas decirme, entonces, nos vemos mañana.

Después de hacer una inclinación con la cabeza, Jimin pudo ver como se acomodaba los lentes con la punta de sus dedos, para después continuar con su camino, dejándolo totalmente sorprendido por su falta de interés en sus palabras. Por primera vez en veintidós años, Park Jimin acababa de ser rechazado por una chica, por una chica que ni siquiera era lo suficientemente bonita, si se le comparaba con las chicas con las que había salido antes.