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-Michael, tú eres un arcángel pero debes obedecerme- dijo Gabriel con un tono calmo.

-Claro pero no pienso volver ahí, esa niña es insoportable. Todo el día hablando y hablando, si no es que quiere peinarme o ver mis alas- dijo molesta. Michael en cierto modo estaba cansado de bajar a la tierra y tener que "jugar" con Ángel.

-¿Uriel podrías ir tú sola?- Gabriel no discutiría ni una palabra más con su igual, por lo menos hasta que estuvieran solos. Uriel dejó su libro y aceptó sin decir una palabra, en parte le agradaba la niña le encantaba saber que ella deseaba que los ángeles ganarán o simplemente es lo que ella creía. -Gracias Uriel- dijo Gabriel despidiendo al ángel.

-Hastur, cuando sea tu turno necesito que fomentes ira- sentenció Beelzebub.

-Lo haré pero me es difícil con ese par de ángeles detrás de mí- dijo molesto, pues las mujeres aladas siempre parecen ganar terreno.

-Sipi, solo jugaré- dijo Ángel cerrando la puerta, ya eran las 6:30 de la tarde. Había terminado la tarea, se había cambiado y no hace mucho había tomado el té junto con sus padres. Mientras que Crowley le gritaba a sus plantas y Aziraphale lei un poco, Ángel tenía que jugar con sus amigos "imaginarios".

Al darse vuelta se encontró con Uriel, que le sonreía con mucha sinceridad.

-URIEL- dijo corriendo a sus brazos, el ángel la recibió con delicadeza.

-Hola ángel,¿cómo has estado?-

-Muy bien, hice una amiga- dijo con emoción. Los ángeles y el demonio sabían que el príncipe del infierno estaba interviniendo en la vida de la menor, lo cual era bueno ya que debía aprender más rápido y adelantar el fin del mundo.

-Que bien ángel -.

-Me he esta enseñando a ser una bruja, cómo ella- dijo la niña con mucha esperanza, se acercó a la venta la cual con solo desearlo lo abrió y dejó entrar una hermosa paloma blanca,con cuidado acarició al animal.

-Eso es lo que te dijo- susurro Uriel

-¿Eh?-

-Oh nada Ángel, me alegra que estés aprendiendo-

-Uriel puedo hacerte una pregunta- la niña se sentó al lado de ella.

-Adelante-

-Papi, no me lo quiso responder pero ¿Por qué los humanos son malos?- cuestionó la niña. La respuesta sería sencilla si le dijera que Crowley había tenido que ver con eso, pero siendo sincera con ella misma simplemente no lo sabía.

Uriel era el ángel más inteligente que podía existir en el cielo, leía pergamino tras pergamino, ayudó a los humanos a escribir la biblia, ayudó a los humanos con leer las constelaciones, los guió con el brillo del sol y cómo todo ángel, con su espada ardiente participó en la gran batalla. Aun con todo ese conocimiento el ángel quedó en blanco, cómo si no hubiera una respuesta concreta.

-Yo creo...que es por su naturaleza- Uriel recordó en el momento donde la inquisición mataba a los herejes en el nombre de dios, cometian pecados atroces y creían que serían perdonados por llevar la palabra del todopoderoso; cuan equivocados estaban.

-¿Pensé que dios los había hecho a su imagen y semejanza?- ángel tenía cómo única imposición ir a clases de catecismo los domingos, claro que era optativo ir a la iglesia. Pues Crowley creía en el libre albedrío pero cómo había dicho Aziraphale, era para que aprendiese y elegir un camino; Ángel no creía mucho de lo que decía la biblia.

-Los hizo a sí, pero después de la salida del edén todo cambió- dijo Uriel con melancolía. -Pero ¿a qué se debe esta pregunta?-

-Bueno, los niños me tratan mal sin razón y no entiendo. Mi papi dice que debo ser amable y mi papá me defienda...Y yo no se que hacer- dijo bajando la mirada.

Un nuevo plan inefableWhere stories live. Discover now