Sabe demasiado

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18; Sabe demasiado
Haneul

Min había desaparecido de mi vista después de media hora.

Y la verdad es que no me sorprendió para nada, ella en una fiesta no podía estar quieta en un sitio concreto. No, ella tenía que dar vueltas por todo el lugar, buscando alguna presa para esa noche.

Así que, como ya me imaginaba, aquí estaba sola en la isleta de la cocina, sentada en un taburete jugueteando con el vaso de Vodka que me había puesto, sin catarlo apenas todavía.

Ni siquiera la música a todo volumen que se colaba por mis oídos lograba hacerme olvidar de mis problemas.

Y suspiré, dejando de nuevo el vaso. Le había dado tantas vueltas que me estaba mareando sólo de verlo.



Después de nuestra llegada, había aparecido mucha más gente, ahora de diferentes cursos y también, en ese transcurso de tiempo, Min había desaparecido de mi vista.

De verdad, que pienso que es una auténtica ninja para estos casos, porque solo la perdí de vista unos segundos y pum, ya no se encontraba a mi lado.

Cuando la pille, la mataré. Oh sí.

─¿Qué haces tan solita, bella dama?─escuché cerca de mi oído a un tono lo suficientemente fuerte para que pegara un bote en el asiento del susto. Giré el cuello hacia la dirección de la voz y me encontré con un muchacho sonriéndome de oreja a oreja.

«¿Es que este tipo no sabe quién soy yo?» me pregunté mientras le ponía cara de asco. Esa táctica nunca fallaba para quitarse a los babosos de encima.

Pero el chico, seguramente un par de años mayor que yo, no pareció importarle mi reacción, puesto que siguió intentando establecer una conversación conmigo.

─¿Te ha dejado plantada el novio?─negué con la cabeza sin nisiquiera mirarle a la cara.

«Qué pesado»

─No sabes quién soy ¿verdad?─ ahora fui yo la que le pregunté. Porque estaba segura que si sabía quién era, no estaría aquí ahora mismo.

Nadie intentaba ligar con la empollona de la universidad.

El chico, negó con la cabeza sin esborrar su sonrisa de la cara antes de hablar─ Si te soy sincero, llegué ayer de Londres y todavía no he empezado las clases.

«Bingo»

─Pues será mejor que empieces a relacionarte con otra persona. Yo no soy la adecuada─ a ver si con esas palabras se iba de una vez y me dejaba en paz.

Aunque por otra parte, tener a este chico intentando "ligar" conmigo me hizo olvidar de todo por unos segundos.

Pero no el tiempo suficiente.

 

─No entiendo por qué dices eso─ empezó él, mientras cogía el taburete libre que había dejado un par de amigas ahora que se habían ido a bailar y se sentó a mi lado.─ Yo creo que eres la más adecuada de toda la sala.

«Arg, dios, que alguien me salve ya»

─Lamento decir que...

─...Que ella ya está ocupada Andy, así que será mejor que te vayas a molestar a otra. ─ escuché detrás de mí y juraría que tanto a el tan Andy como a mí se nos había caído la mandíbula hasta el suelo.

El señorito que había estado evitándome durante toda mi estancia en su casa, ahora me estaba defendiendo.

Fli-pan-te.

𝖣𝗎𝗅𝖼𝖾 𝖲𝗎𝖾𝗇̃𝗈; 𝖠𝗆𝖺𝗋𝗀𝖺 𝖱𝖾𝖺𝗅𝗂𝖽𝖺𝖽 © 𝐩. 𝐣𝐢𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora