Luego de aquel abrazo, nos dirigimos tranquilos hasta la casa. Mientras, en el camino, Zem me cuenta sobre Ramir y su hermano.
—Se obsesionó conmigo por apoyarlo en su sexualidad y defenderlo de su familia, pero creo que no entiende que no tiro para ese lado. —Se ríe—. Juro que se lo dije muchas veces.
—Vaya, eso explica por qué Milton me quiso estafar —expreso pensativo.
—Siento eso también, te involucré en mis problemas, más de lo que debería.
Suspiro y sonrío.
—Supongo que el pasado siempre golpea la puerta, más si no quieres enfrentarte a sus consecuencias.
—Ojalá hubiera una forma de hacerlo entender. —Bufa.
—Puedo intentar, como manipulador experto que soy —exclamo con orgullo, pero él se carcajea.
—Ya deja eso.
—Si quieres que me deshaga del problema, la oferta sigue en pie —bromeo.
—Ya veremos.
—¡Hans! —Veo a Steph venir corriendo, así que mis mejillas sienten calor. Nos alcanza y se detiene frente a nosotros—. Delilah me dijo lo que pasó, ¿estás bien? —expresa preocupado.
—Los dejo a solas —aclara Zem—. Yo tengo que hablar con una boquita floja. —Se ríe mientras avanza, entonces lo veo retirarse.
—¿Qué ocurrió? —pregunta Steph.
Sonrío y declaro:
—Cosas de hermanos.
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