15 - Hans

114 17 3
                                    

Hans

"Caliéntame".

¿En serio? ¿Soy estúpido? ¿Por qué dije eso? Aclaré que era una broma, pero nada más alejado de la realidad. No soy como mi hermano y jamás lo seré, supongo.

"No me imagino a Zem ni de por casualidad con un chico".

¿Será cierto?

Bueno, yo no lo vi huir con su novio, fue lo que dijo mamá, ella contó que escapó con ese muchacho. Si todo este tiempo fue mentira, mi odio está infundado y mis creencias también. Genial, algo más en lo que estar confundido o decepcionado.

Y en negación.

"¿Te has enamorado de alguna?"

¡Bien, de acuerdo, lo admito, no he sentido amor por las mujeres con las que he estado! Solo obedecía el patrón de conducta que mi madre me enseñó. Odié a Zem por no seguirlo y abandonarme con esa estricta matriarca. Todo el tiempo pensando que él era el gay, pero yo no podía ser de ninguna manera como mi hermano, ¿y resulta que él es heterosexual?, entonces, ¿qué soy yo? Me siento dentro de un acertijo, en el cual tengo la respuesta en el frente, pero no quiero verla de ninguna manera.

Para aceptarla debería enfrentarme a Zem y no quiero, no quiero saber la verdad, sería como recibir otro golpe de realidad y no me gusta para nada.

Dejo de reflexionar tanto cuando veo que los discípulos hacen su caminata diaria para conectar con la naturaleza.

—¿Te unes? —Veo acercarse a Steph—. Al final del recorrido anotaremos nuestros pensamientos, los quemaremos en la fogata y los dejaremos ir a lo lejos. —Me aproxima un papel y un lápiz—. Ten, puedes usar uno de los míos.

—No creo en esas estupideces. —Me cruzo de brazos, para no aceptar su ofrecimiento—. Son de ñoños.

—Deberías aprovechar que estás aquí, luego opinas sobre eso al finalizar, si no pruebas no lo sabrás.

—No hay sanador —me burlo.

La gente se detiene y me mira, Steph me da dos palmadas en el hombro, para luego aclararles:

—Nuestro querido Zem está bromeando, ustedes sigan su camino —explica y ríe, así que las personas continúan su caminata, luego me observa a mí, para responder a mi acotación anterior—. Yo soy uno, no el de este recinto, pero tranquilamente puedo guiarte.

Sonrío.

—No necesito la guía de alguien que es manipulable, supusiste lo de anoche bastante bien —me vuelvo a burlar.

—Toda broma tiene algo de verdad —declara, me da el papel y el lápiz sin consultarme esta vez, entonces avanza en su camino, para seguir a los demás.

Me quedo quieto, un segundo, parado en el lugar. Tengo calor. Mierda, no lo engañé, ¿o solo es su consuelo? Como sea, se supone que soy el sanador, debo acompañar a esos ñoños. 

 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Hans y ZemWhere stories live. Discover now