Capítulo 30: Final

841 52 5
                                    

30 DE MARZO DE 2040

ORDEN MUNDIAL

LONDRES, INGLATERRA

El reloj de mi muñeca marcó las diez y media exactamente.

No se encontraba nadie más que yo en la galera abandonada donde se me había citado.

Explore todo con mi mirada, no había más sonido que el viento entrando por las ventanas reventadas. Solo sabe Dios que hacen dentro de este edificio durante otros días.

-Que puntual eres.

Seguí mirando toda la estructura aún cuando había hecho acto de presencia.

-Alejandro Cabello.

Dije su nombre, sabiendo muy bien quién era.

-Seguro mi hija habla mucho de mí.

-¿De cómo eres un hijo de puta? Sí, seguro.

Una risa ronca salió de su parte.

Suspirando me giré y le hice frente. Estaba a unos metros de mí con sus brazos cruzados, vestía un traje formal. No tenía mucha similitud a su hija, pero no había discusión que no podía ser su padre.

-Sabes, pensé que Camila volvería a Suecia cuando mandé a mi mensajero.

-¿Al despechado? Bueno, él casi se arrastra suplicando por el amor de Camila.

-Oscar es mi mejor hombre, sé que mientes.

-Debes cambiar de planilla.

Escuché como bufo, dejó caer sus brazos y caminó hacia mí.

-Te pareces mucho a Clara.

-Lo sé.

Si pensaba que recordarme a mi progenitora me haría perder el control, estaba muy equivocado. Sabía que me parecía mucho a Clara y no había duda de ser su hija.

-Michael te entreno bien.

Sonreí.

-Dime que quieres, Alejandro. Debo volver a cuidar de mi mujer.

Al contrario, yo sí sabía como dar en el blanco de él y del tal Oscar. Ambos tenían una debilidad por Camila.

-Quiero a Camila de vuelta. Fue una equivocación mandarla a hacer una misión que claramente no estaba capacitada.

Reí.

-Estuvo más cerca que cualquiera que habrías mandado en su lugar. Y respondiendo a tu petición, no. Cuando lo hice, volvió lastimada y no te perdonaré eso.

-Fue el castigo por no hacer lo que le pedí. No te hagas la santa, Jauregui. No eres tan diferente a mí.

Ladee mi cabeza con una sonrisa burlona.

-No lo hago, Alejandro. Sé lo que soy y para lo que nací. Pero, créeme jamas golpearía a mi primogénita. Fue tu error mandarla a mis brazos.

-Dámela y se salvarán muchas almas.

-Todas esas almas no valen ni la mitad de lo que vale Camila.

-Y dices ser mejor que yo.

-No, no lo soy. Solo cuido lo que es mío.

-Camila me pertenece por legado.

Di dos pasos hasta quedar justo frente a él. Era más alto que yo, pero no me dejaba intimidar por eso.

-Vuelve a Suecia y haz a Oscar tu primogénito si tanto lo amas y querías a un hombre como hijo. De lo contrario, Sofia será quien pague las consecuencias de tus actos en mi contra.

MonógamaWhere stories live. Discover now