"La Normalidad No Es Para Nuestra Familia" Pt. 2

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- ¡Papá! -gritó Metal Lee. Movió los brazos con energía y botó un vaso con bebida, derramando todo sobre el mantel nuevo.

-Metal Lee, mira lo que hiciste -le regañó Gaara. Era divertido ver cómo Rock Lee se comportaba como un niño al lado de su hijo, haciendo enojar a Gaara. Sasuke rio conmigo, ocultando su sonrisa detrás de mí cabello, mientras sostenía a Nat.

-Sasuke, detente o botarás a la niña -murmuré, sin mucho convencimiento.

-No le pasará nada.

Y eso era verdad, Nat era la devoción de Sasuke, lo daba todo por ella. Y como hoy era su cumpleaños, no la soltaba ni siquiera para ir al baño, quería pasar cada minuto del día a su lado, a pesar de que Nat llorara porque quería caminar y jugar con Metal Lee.

Era extraño estar todos juntos. Al final, Ino seguía con Sai, Gaara casado con Rock Lee ante un impulso, Tenten era muy amiga de Neji, aunque todo el mundo sabía que había algo más, y Karin, mi querida prima, al final había logrado vencer la timidez y se quedó con Suigetsu. Era estupendo saber que mis mejores amigos estaban juntos, todos, y que ahora nos visitaran junto a mis padres y Mikoto en el cumpleaños de Nat.

- ¡Papá! -volvió a gritar Metal Lee y esta vez lanzó un pedazo de pastel contra el rostro de Rock Lee. Sasuke estalló en carcajadas, agradeciendo que Nat fuera tan calmada y no una revoltosa como Metal Lee.

- ¡Metal Lee! -exclamó Rock Lee. Su grito despertó a Nat, que se había quedado dormida hace poco, y se puso a llorar con ganas. Y Metal Lee la siguió.

- ¿Ya ves lo que haces, Rock Lee? -Le regañó Neji-. Eres un desconsiderado, haces llorar a tu hijo y a tu sobrina, que mal tío eres.

-No seas tan cruel, Neji -replicó Tae.

-Pásamela -le dije a Sasuke en medio de la pelea. Al principio no quiso, pero terminó por entregármela al ver que Nat no dejaba de llorar.

Nat se quedó tranquila de inmediato y comenzó a jugar con mi cabello, como siempre hacia cuando la sostenía yo. Acarició mi rostro con sus manos y la besé en la mejilla. Era sorprendente cómo cada vez sus ojos se parecían más a los de Sasuke, y su cabello negro también. Eran demasiadas coincidencias, e incluso llegué a preguntarle a Sasuke si no me había engañado con alguien, porque Nat era su vivo reflejo. Pero siempre él me respondía que jamás se atrevería a mirar a otra mujer o doncel cuando estuvo más de la mitad de su vida enamorado de mí. Podrían pasar los años, pero ese lado cursi y romántico de Sasuke, me temía, que no se iría jamás. Aunque en parte me alegraba, eso significaba una discusión diaria, y una reconciliación también.

Pero sin duda, lo que más me gustaba, era cuando al final él me decía que no tenía ojos para nadie más porque me amaba demasiado, y también a Natsuki, y no se atrevería a destruir la felicidad que tanto le costó construir.

Era un romántico sin causa ni solución.

- ¡Las velas! -gritó de pronto Mito. Ver a mi hermana pequeña, ya adolescente casi adulta, era divertido, porque aún no podía quitarme de la cabeza esa vez que nos ayudó a mí y a Kiba a saber si Sasuke estaba celoso. Extrañaba esos años, pero también estaba emocionado por los que vendrían.

Si me ponía a recordar, habíamos cometido demasiadas locuras cuando jóvenes, más jóvenes que ahora. Era un exagerado e histérico, me arrepiento de haberme comportado tan frío en el cumpleaños de Sasuke y mostrarme indiferente ante su declaración, me arrepentía demasiado, por eso, trataba de hacer lo mejor para él siempre. Porque le amaba y nunca me había sentido tan seguro de algo.

Colocaron las velas en la torta y cántanos el cumpleaños feliz, Nat no parecía emocionada, seguía algo asustada por todas las personas a su alrededor, estaba acostumbrada a mi presencia la mayor parte del día, a Sasuke por las tardes cuando llegaba del trabajo y de Nana y Miyuki, nuestras mascotas.

Sasuke y Metal Lee soplaron las velas por Nat, y Rock Lee estampó el rostro de Sasuke en el pastel. Gaara estaba al borde del colapso y Sai y Neji no hacían más que reírse, mientras Suigetsu intentaba limpiar a Sasuke.

Dejé a Nat con Metal Lee para que jugara, se llevaban bastante bien y eso no le agradaba para nada a Sasuke, consideraba a Metal Lee como una amenaza. Decía que le quitaba tiempo de su hija. Un padre celoso y esposo también.

Miré a todos mientras comían pastel, y de repente, Sasuke me atrapó en sus brazos y me apartó hasta nuestra habitación.

- ¿Qué sucede, Sasu? -inquirí, sentándome en la cama.

-Sabes, no lo hacemos tan mal como padres, ¿no lo crees?

-Pff... tú eres un súper papá, así que supongo que no -sonrió de medio lado y se arrodillo frente a mí. Me besó en los labios, con dulzura y me recordó esa vez en que me besó el día que comenzó toda esta locura. La diferencia, es que la primera vez me obligué a reprimirme por la rabia que sentía, pero ahora, dejé que mis labios respondieran por mí y se fundieran con el aliento de Sasuke.

-Estaba pensando... que Natsuki se podría sentir algo sola... -murmuró contra mi oído cuando nos dejamos de besar.

Lo miré por unos segundos y sonreí como tantas otras veces.

Sabía de lo que estaba hablando.

-Bien, pero que esta vez no se parezca a ti, o de verdad comenzaré a sospechar -el rio por lo bajo y me volvió a besar, esta vez, como si el mundo se fuera a acabar.    

Cásate conmigo //(SasuNaru - adaptación)Where stories live. Discover now