3. Cita en la azotea

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Era un día muy soleado. Fuutaro iba corriendo en dirección al instituto. Se le veía agotado y con unas visibles ojeras. Llevaba su mochila a la espalda y en su mano llevaba un libro. A duras penas llegó ante las escaleras que conducían al edificio principal.


–Por poco no llego –murmuró mientras se detenía.

Resopló. Tenía que recuperar fuerzas tras el esfuerzo físico. No había sido tan considerable como el que invirtió unos días antes en subir a pie las escaleras de un edificio de treinta pisos persiguiendo a Itsuki, pero casi.

Mientras recobraba el aliento, se puso a pensar en lo ocurrido el día previo. No se imaginaba que iba a ser tan complicado compaginar el trabajo como tutor con sus propios estudios.

La noche anterior

Fuutaro estudiaba en su casa. Las clases que impartía le habían quitado bastante tiempo para estudiar, y estaba trabajando duro para recuperarlo. Parecía bastante concentrado en sus lecciones, a pesar de la falta de luz.

–Onii-chan, es tarde –le dijo Raiha mientras recogía los platos de la cena–. ¿No piensas que ya está bien de estudiar?

–Aun no he terminado. Solo necesito un poco más de tiempo –dijo sin apartar la vista de los libros.

–Recuerda que es bueno descansar de vez en cuando, hijo –le recordó Isanari.

Algo más tarde, Fuutaro seguía sin apartar la vista de los libros.

–Onii-chan, ya es hora de dormir –dijo Raiha bostezando, llevaba el pijama puesto–. ¿No terminas?

–Todavía no, solo un rato más –respondió él.

–Como quieras, solo no te quedes despierto hasta muy tarde –dijo ella mientras se iba a dormir.

	–Como quieras, solo no te quedes despierto hasta muy tarde –dijo ella mientras se iba a dormir

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Era bien entrada la madrugada. Alumbrado por la tenue luz de una lámpara, Fuutaro se estiró. Estaba agotado, pero por fin había terminado de estudiar. Ya se encontraba al día, pero le había llevado más tiempo del que esperaba. Miró tras él. Tanto su padre como Raiha estaban durmiendo plácidamente, sin que aquella luz les molestase. Había estado tan concentrado que perdió la noción del tiempo. Sería mejor que tratase de dormir lo más que pudiera. Mañana le esperaba un día de clases.

De nuevo al día de hoy

Apenas podía abrir los ojos tras haber dormido tan poco. Raiha había estado preocupada por él, pero Fuutaro le había contestado que no se preocupara, que se encontraba en condiciones. Se sentía culpable por no haberle contado la verdad.

Suspiró. Sabía de sobra los problemas que le acarrearían a la larga el robar horas al sueño, pero no tenía otro remedio. Se preguntó hasta cuando tendría que estar en esta situación, probablemente mucho más de lo que pensaba.

Las Sextillizas (Roku-Tōbun no Hanayome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora