26. epilogue

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CHAPTER TWENTY-SIX; epilogue

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CHAPTER TWENTY-SIX; epilogue

El viento helado acariciaba el rostro de los dos adolescentes que montaban sus Banshee's. Sobrevolaron el bosque y se adentraron en las montañas nevadas de Pandora, entre giros y jugueteos aéreos. Era increíble poder sentirse libre al fin.

Luego de que la albina hablase con T'hoor, el líder nevado había accedido amablemente a permitirle a la hija de su antecesor y a sus amigos poder visitar su territorio sin problema, como medio de gratitud por todo lo que Lo'yr había hecho por él.

Lentamente disminuyeron su velocidad y comenzaron a bajar hasta aterrizar sobre aquella montaña que lo inició todo. Esa montaña en la cual casi se besaron y con ello descubrieron sus verdaderos sentimientos.

Deshicieron el vínculo con su respectivo Ikran y luego los animales emprendieron nuevamente el vuelo, esta vez solos, para darle espacio a sus dueños.

Hope se sentó sobre la nieve, esa que era dueña de sus primeros pasos y primeras experiencias. Neteyam, como ya era de costumbre, se recostó de lado para apoyar sus cabeza sobre las piernas de su novia. La muchacha empezó a acariciar las trenzas de su pareja, relajando al joven, quien luego habló:

–No seré líder de los Omaticaya–soltó de la nada.

–¿Qué? ¿Por qué?–detuvo sus caricias, demostrando su sorpresa.

–Es solo por ahora–aclaró–. Quiero estar realmente listo antes de aceptar una responsabilidad tan grande como esa.

Y era cierto, al menos una parte lo era. Otra de las razones por las que Neteyam no quería ser el jefe de su tribu aun, era porque prefería disfrutar de su adolescencia junto a la chica más hermosa en todo el mundo.

Hope, pensó.

La albina continuó con lo que estaba haciendo anteriormente, entendiendo a su novio y volviendo a ocasionar que el chico se relajase bajo su suave y delicado tacto.

–Cántame una canción–susurró, tomándola por sorpresa otra vez.

–¿Qué te hace pensar que puedo cantar?–habló con burla.

–Tu padre me contó una vez que podías hacerlo. Dijo que cantabas todo el día sin parar y que tu voz era la más hermosa de las montañas–explicó–. Y la verdad, me siento ofendido porque no me lo hayas dicho antes–admitió con gracia.

–Eso era algo que hacía con mamá–informó con nostalgia.

–Oh, lo siento. No quería...

–No te preocupes–lo interrumpió–. Puedo hacer una excepción contigo–confesó sonriente.

Ambos se mantuvieron en silencio mientras Hope pensaba qué cantaría, hasta que, luego de unos segundos, continuó:

–Esta canción es muy especial para mí. Mamá la hizo para mi padre.

Aquello hizo sentir extremadamente especial a Neteyam, porque sabía cuán difícil era para su novia hablar sobre sus padres, teniendo en cuanta que su historia es bastante trágica. Sin embargo la muchacha siempre los recordaba con amor y cariño.

Burning in a hopeless dream–su hermosa voz hizo eco en el lugar–. Hold me when you go to sleep–Neteyam no podía dejar de admirar la belleza de su pareja–. Keep me in the warmth of your love when you depart. Keep me safe, safe and sound–finalizó con suavidad, abriendo sus ojos para encontrarse con la intensa mirada del Omaticaya sobre ella.

–Eres increíble, Hope–murmuró con veracidad antes de elevarse para besarla con ímpetu.

Los dos sabían que la vida podía traerles altos y bajos, buenas y malas experiencias de las cuales tendrían que aprender. Sin embargo también sabían que, sin importar qué sucediese, jamás se separarían el uno del otro, porque ambos se levantaron mutuamente cuando nadie más lo hizo.

THE END.

THE END

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LIFT ME UP | Neteyam Sully Where stories live. Discover now