15. the confession

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CHAPTER FIFTEEN; the confession

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CHAPTER FIFTEEN; the confession

Un helicóptero había llegado y todo tipo de maquinarias médicas eran desmontadas de este. Jake, después de enterarse sobre lo ocurrido con su hija, llamó a Norm para que lo ayudase con la salud de la chica.

La familia Sully y Hope estaban extremadamente preocupados por Kiri, pues algo como esto jamás le había sucedido y no sabían qué hacer. Además, la tecnología de las personas del cielo tampoco ayudaban demasiado con la situación, así que, cuando Ronal llegó con intensiones de ejercer su trabajo como T'sahik, Neytiri echó a todo el mundo.

Hope no había querido quedarse en la choza luego de eso. Sentía que no podía sobrellevar lo que estaba pasando y que en cualquier momento se descompensaría, por lo que prefirió darle el espacio correspondiente a la mujer matriarca Metkayina para no entorpecer el proceso de recuperación de su amiga. Sin embargo, no se alejaría de ahí hasta saber que estaba todo completamente en orden.

Su mente era todo un torbellino. No dejaba de pensar en las peores posibilidades existentes, permitiéndole al pánico adueñarse de ella. Después de las cosas que habían ocurrido con su familia, las muertes y el dolor causado, sabía que no soportaría algo más.

Sus manos sudaban y su respiración era arrítmica. Una señal de que estaba comenzando a hiperventilar y que debía tratar de controlarse.

–Hey, tranquila. Ella estará bien–Neteyam tomó rápidamente pero con delicadeza sus hombros, queriendo calmarla.

No lo había visto salir de la tienda, probablemente porque estaba de espaldas a esta.

–Eso espero–murmuró cómo pudo.

Al darse cuenta de la posición en que estaban, Hope retrocedió unos pasos para tomar distancia del chico. Todavía estaba confundida por sus actitudes, y estaba intentando no dejarse llevar por los arrebatos extraños del muchacho.

Neteyam entendió aquello como una advertencia de que la joven necesitaba estar a solas, así que con algo de tristeza en su interior decidió regresar a la choza en la cual estaban atendiendo a su hermana.

Luego de lo que parecieron horas eternas, la albina por fin escuchó voces que denotaban alivio desde dentro del lugar.

–¡Kiri, despertaste!–dijo Tuk.

Instintivamente y a una velocidad sobrenatural se acercó a Kiri, quien acababa de abrir sus ojos y lo primero que hizo fue llorar desconsoladamente, tomando las manos de su amiga y hermana, y apoyando su cabeza en la pierna de su madre.

Hope no entendía cuál era la razón del llanto, pero dejaría que Kiri se desahogase con total libertad y luego hablarían. Después de todo, tras lo ocurrido en la tarde, nadie despertaría de buen humor.

LIFT ME UP | Neteyam Sully Where stories live. Discover now