LM + | ONE SHOT

Café

¿Qué es el amor?

Amor es algo que te toca en el corazón, que es difícil explicar e imposible de olvidar. Que se demuestra, no sólo con palabras sino también con acciones, todos los días. El amor no se condiciona. Quién ama debe abrazar la totalidad del ser, el acierto y el error.

[...]

Mas de veinte años atrás, cuando el amor era joven, todavía inexperto e inocente; cuando nadie lo había fracturado; cuando seguía entero, sin ninguna fisura que doliera.

La pareja de recién casados, descubriendo y experimentando el amor y el sexo, disfrutaban de su mañana de domingo juntos.

Después de su luna de miel por fin volvían a estar completamente solos.

En casa vivían también las hermanas del pelinegro, y el único lugar donde podían demostrarse amor libremente sin moderación, hasta cierto punto, era su habitación por lo que la idea quedarse solos les fascinaba. Ese fin de semana las hermanas de Esteban había viajado a quién sabe donde, por quién sabe que cosa ;).

En la cocina los enamorados preparaban su dasayuno. Marcia hacia huevos revuleltos y Esteban ayudaba. A medio vestir disfrutaban de su compañía, ella con la camisa de él y solo la parte de abajo de su ropa interior; y él con el pantalón de la pijama. La "casa sola" fue aprovechada al máximo; la noche anterior había sido como Acapulco en año nuevo, llena de fuegos artificiales, gracias a la vitalidad de la juventud.

-Listo chef. -dijo terminando de picar algunas frutas a un metro de ella. -¿Necesita que su "pinche" le ayude en algo más? -se llevó un trozo de fruta a la boca.

-No, mi amor. Gracias. -sonrió divertida, se encontraba cocinando frente a la estufa.

-Que rico huele -se acercó a ella para abrazarla de la cintura por atrás y descansar la barbilla en su hombro.

-Bueno esperemos también te guste como sabe. -movió una última vez lo que cocinaba y apagó la llama.

-Todo lo que tú haces me gusta, me encanta -dijo travieso y le dio vuelta para besarla suavemente.

-Ah, ¿sí? -dijo sobre sus labios y siguiendo el juego de coqueteo.

-Asintió para enseguida volver besarla, pero ahora con más intensidad y posesión. -Definitivamente sí. -confirmó cuando se separaron para recuperar el aire.

-Sonrió ampliamente -¿Quieres un café? -rodeó el cuello de su marido con los brazos.

-Si, por favor -dejó otro beso corto sobre los perfectos labios de su amada y la mantuvo sujeta de la pequeña cintura.

-Bien. -se giró sobre los brazos de éste. Tomó las dos tazas blancas que ya tenía cerca y sirvió con cuidado el agua que previamente había calentado. -me alcanzas el café por favor, mi cielo. -le pidió.

-Por su puesto -soltó la cintura de su amada para caminar a hasta los gabinetes de un costado.

Marcia lo miraba con deseo; nada más sensual que su marido con el torso descubierto y el cabello revuelto, tratando de encontrar algo en aquellos altos gabinetes. Sus ojos verdes recorrieron de pies a cabeza al moreno en un microsegundo provocando que mordiera su labio.