¿Uno Más Uno? III

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"Porque todo lo bueno empieza con un poco de miedo"

El gran secreto de la pareja fue descubierto.

Tarde o temprano tenía que pasar, no lo podían ocultar toda la vida por más que quisieran, pero definitivamente no sentían que fuera el momento adecuado para que nadie se enterara del embarazo.

—¡No puede ser! –exclamó sorprendida Lucía y se colocó al lado de Inés.

Al parecer no era su día de suerte, la joven de ojos verdes, que también salía de su habitación en ese instante, escucho la pregunta de su tía.

Era de esperarse que a todos les sorprendiera la noticia, incluso se sabía que lo más probable era que no estuvieran muy contentos y lo tomaran de la peor manera.

—Lucía, Inés... –el nerviosismo de la pelirroja no la dejo pronunciar más palabra. Su marido la sostenía de la cintura y ella no dejaba de ver a su hija, esperando su reacción explosiva, con la que siempre tomaba las cosas que no le parecían.

—Si. Marcia está embarazada. –confirmó el moreno y afianzo su agarre a la cintura de su mujer.

—No bueno, lo que nos faltaba. ¡Un hermanito! –dijo irónica y se cruzó de brazos. –que bien señora, ahora si amarro bien a mi papá... 

—Por favor Lucía. –sentenció el pelinegro.

Inés solo se limitaba a escuchar la conversación.

—No fue algo planeado, simplemente paso. –logro decir la ojiverde.

—Si claro, y yo me chupo el dedo. –la molestia de la joven era más por celos que por otra cosa, el saber que su padre tendría otro hijo con alguien que no fuera su madre le enfurecía, ¿cómo se atrevían?

—A ver señorita, tú menos que nadie puede juzgarnos... –le dijo molesto y ya con un tono de voz alto.

—Esteban... –lo interrumpió antes de que dijera algo sin pensar, lo conocía. Él y Lucía eran iguales en ese aspecto, los dos eran muy impulsivos.

—Ay, saben que, no tengo ganas de pelear con ustedes. Bye. –entró de nuevo a su habitación azotando la puerta.

—Es normal que lo tomara así –por fin hablo la pelinegra.

—Si –asintió el hombre –No queríamos que se enteraran todavía. –conectó su mirada con su esposa, que estaba preocupada.

—Perdón hermano, fue por mi culpa. –dijo realmente apenada.

—No te preocupes. 

—De todos modos, no nos lo iba a poder ocultar mucho tiempo. –justificó.

—No, pero queríamos ganar tiempo para... –"descubrir la verdad y poder decirles todo a sus hijos, sin temores, sin miedo al rechazo, como justo acababa de ocurrir" pensaba decir.

—No creo que sea el lugar ni el momento para hablar de eso Esteban. –volvió a interrumpir. Sabía que dijera lo que dijera Inés seguiría en su posición, así que no tenía caso que su marido le dijera nada, y además los jóvenes podrían escucharlos.

—Tienes razón. –tomó de la mano a su esposa para irse del lugar sin decir nada más, detrás de ellos fue Inés.

Los tres bajaron a la sala, en donde Inés esperaba recibir explicaciones de todo lo que ocurrió minutos antes, era una situación demasiado rara. Pero Esteban tenía que resolver algo importante antes de tomarse el tiempo para explicar.

—Necesito que me expliquen todo esto, porque no entiendo nada.

—Inés, ahora no. –seguía tomado de la mano de su esposa –Marcia y yo tenemos que salir, pero cuando volvamos hablamos. Solo te pido discreción, no comentes nada con nadie, ni con lucrecia ni con mis hijos, por favor. –su mujer lo miraba desconcertada, a ese punto ella tampoco entendía.

LM + | ONE SHOTWhere stories live. Discover now