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Henriette estaba sentado en la cama de Louis, su vestido de seda celeste dejaba ver su desnudo cuerpo. "Alfa". Mencionó cuando vio al ojiazul entrar. 

Inmediatamente el olor a sándalo lo perforó, los labios de su alfa estaba húmedos e hinchados, y su cuello marcas rojizas. Marcas que no estaban cuando lo fue a ver. 

"¿Que haces Henriette?" Louis dice y comienza desnudarse. "Vete, quiero descansar". 

"Te he dicho que ese omega extranjero me ha tratado mal y me ha humillado, y fuiste a follar con el". 

Louis frunció su ceño. "Lo que haga con mi omega, es sólo asunto mío, ahora no te he solicitado, vete". 

"¿Tu omega? Lo has llamado tú omega". Henriette se abrazo e intento no hacerse chiquito, pero su alfa le hablaba con voz dura. "Pensé que yo era tu omega".  

"Henriette, he tenido un mal día y no estoy complacido con escucharte chillar por tonterías". 

El omega de cabello castaño, no pudo evitar con lágrimas corriendo por sus mejillas salir de la habitación del rey. Cuando estuvo afuera, se detuvo esperando que su alfa lo siguiera sin embargo lo único que escuchó fue el agua caer de la bañera. 

"¿Enserio pensaste, que después de marcar a un omega te seguiría queriendo?" Athenaïs sonrió y lo miró con sus ojos brillosos de placer. "Henriette, tan solo mírate y luego al omega extranjero". 

Cuando Henriette no respondió, la omega volvió hablar. "Tu solo tuviste mucha suerte pero la gran diferencia, es que el omega extranjero nació de la realeza, ahora solo han estado juntos una vez y ya lo domina e imagina lo que hará cuando se convierta en madre". 

"Athenaïs" Henriette la llamó con un desgarrador susurro. "No quiero perder a mi alfa y menos ante ese insípido omega". 

La omega de cabellos rubios, se encogió de hombros. "Acaba con el". La omega estiró su mano y la ofreció a Henriette, "Ven". 

Cuando entraron al cuarto de Henriette, Athenaïs lo miró con intensidad marcada en sus ojos azules. "Conozco a una mujer, vive en el centro de la ciudad y ella puede ayudarte, solo hacer que el rey te obedezca en todo incluso si eso significa renunciar a la corona". 

"¿Quien gobernara Maelia?" Henriette pregunta, y se sienta en su cama. "El omega extranjero, ¿que sucederá con el?"

"El futuro de Maelia no debe preocuparte, el consejo lo solucionara". Athenaïs dice con una sonrisa encantadora. "Y sobre el omega, lo mataras". 

Athenaïs era una omega llena de rencor y odio en su alma, educada para ser una reina desde pequeña, algo que le robaron. Ella debía ser reina de Maelia, el pueblo no quería al rey y lo que necesitaban era una omega como gobernadora, necesitaban a Athenaïs. 

Cuando la omega se fue, Henriette no pudo conciliar el sueño. Lo que le había dicho comenzaba sonar tentador. 

A la mañana siguiente no vio a ningún omega de la corte y fue por una doncella que se enteró. El omega extranjero los había echado del palacio. 

"El, simplemente menciono que solo serían llamados para algún baile". Henriette no podía comprender, la corte de omegas era fundamental para el palacio para una reina. 

Desconsolado subió a su habitación y sin poder evitarlo, cayo.  

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La cena era silenciosa, solo los cubiertos se escuchaban. "Viajare a la frontera, de nuevo". 

Harry levantó la mirada de su comida, "¿Esta todo bien?" Liam el alfa consejero real del rey, no había estado desde la unión y la mayoría de los miembros importantes habían desaparecido. 

"No". Louis respondió, frío y molesto. "Están atacando Maelia, y no tardará mucho en que llegue al palacio". 

"¿Porque me dices esto?" Harry no puede evitar preguntar. Louis tomo su copa de vino y le da un trago largo. 

"Iras conmigo, debes saber sobre esto". Una doncella se acerca y les retira los platos con una reverencia. 

Una sonrisa flota en los labios del omega. "¿Me llevaras?". 

Louis vuelve a sentir, "Has provocado que Henriette se estrese en su hogar, este palacio es suyo y no tengo tiempo para tus juegos" se pone de pie. "En todo caso, eres un omega de combate y puede ser de utilidad". 

Harry no responde nada, aturdido por lo mencionado. Cuando sale del asombro, escucha por última vez la voz del alfa. "Empaca, nos vamos antes del amanecer". 

El omega sonríe y cuando el alfa está lo suficiente lejos, se permite soltar un chillido de felicidad. Harry siempre soñó con aventurarse a ver más allá de sus tierras. 

Cuando estuvo en el servicio militar conoció una omega, era bonita y de cabellos similares al oro. Ella les lavaba los uniformes y recibía unas cuantas monedas. Su nombre era Taylor. 

Taylor era fantástica y tenía un humor parecido al de Harry, no era de extrañarse que se convirtieran en amigos. Fue una tarde recostados en el pasto mojado que ella lo dijo. "Me quiero ir, conocer otros lugares". 

Harry no cuestiono, el porque una omega deseaba descubrir otros lugares en ves de pensar en enlazarse. "Puedo ir contigo Tay". 

"¿Tus responsabilidades de príncipe?" Ella había preguntado, y Harry simplemente se encogió. Taylor era su mejor amiga y sin duda la seguiría, si deseaba cruzar el océano. 

Por la noche, Harry no puedo evitar pensar en su mejor amiga. 




Sorpresa, no se si mañana les llegue a subir otro capitulo:) por otra parte estoy en un debate sobre si esta fic será corta o larga. 

Pregunta: ¿Les va gustando la historia? ¿Alguna sugerencia?


Hate u love u ¦larry¦Where stories live. Discover now