Anarka no le retuvo, en cambio Penny sí que retuvo a Jagged para que no le siguiera hasta el exterior.

—Necesita tiempo —declaró Penny—. No le presiones. Primero necesita asimilar lo ocurrido, así dejará de sentirse presionado y no tendrá la guardia en alto.

—¿Soy el único que piensa que esa cría merece que le caiga todo el peso de la justicia encima?

—Yo también lo pienso, aunque la idea de las escaleras me resulta tentadora —murmuró Anarka.

—Os recuerdo que vosotros dos sois los adultos. —Jagged y Anarka la miraron con el ceño fruncido, a ninguno de los dos se les daba bien hacer de adultos responsables—. Es mejor que habléis a solas con él, que le dejéis claro que no vais a empujarle en una dirección u otra. Si decide tirarlo adelante, le daré los consejos legales que necesite, mientras tanto lo único que necesita es estar con vosotros.

—Gracias, Penny.

—No me las des, Anarka, ya sabes lo que pienso.

Que era parte de su familia. La primera vez que Penny lo había dicho ella le había atacado como si fuera una ofensa, desde aquel día no había vuelto a decirlo en voz alta y sentía de verdad que se censurase así para no alterarla.

—No te alteres. Nos vemos en casa. Adiós, Anarka.

Penny subió las escaleras, buscó a Luka con la mirada y le encontró apoyado en la barandilla, caminó despacio hasta a él.

—Eso ha sido muy injusto.

Luka suspiró. Lo sabía. Penny se apoyó en la barandilla a su lado y clavó la mirada en el agua turbia del Sena. Ella, felizmente casada con su padre, siempre se mantenía en un segundo plano procurando no interferir en la relación entre ellos, como si fuese una extraña, como si no tuviera derecho a estar allí. La apreciaba, la consideraba algo similar a una amiga y, sobre todo, la voz de la razón de la familia.

—Sólo quiere ayudarte y apoyarte en lo que decidas.

—Lo sé —susurró apoyando la barbilla en sus antebrazos—. Es que me siento incómodo, sólo quiero seguir adelante con mi vida y parece que todo el mundo quiere lo contrario. No puedo quedarme atrapado en lo que podría haber pasado, porque no ha pasado nada.

—Te entiendo —contestó ella—. Pero esa chica está obsesionada contigo, si no haces nada no va a parar nunca. Esta vez no ha pasado nada, pero la próxima sí que podría pasar.

»Sé que no eres consciente de ello, pero que se filtrase un vídeo con contenido sexual, real o fingido, podría llegar a hacerte mucho daño a corto y largo plazo.

Penny suspiró, apartó la mirada del agua y se irguió de nuevo.

—No la conozco más allá de los breves encuentros con su abogado cuando te denunció por plagio, pero supongo que su plan era usar ese vídeo para hacerte chantaje de algún tipo, así que, eventualmente, habría acabado por filtrarlo a la prensa. Quiero decir, que parece estar lo suficientemente desesperada por retenerte como para exponerse de un modo tan estúpido.

»Entiendo que no quieras que eso marque tu vida, pero o le pones un límite ahora o tal vez la próxima vez será demasiado tarde.

—Gracias, Penny.

—Cuando estes preparado, si quieres denunciarla, me tendrás aquí. Puedes preguntarme lo que necesites saber, da igual la hora, ¿entendido?

—Sí, entendido.

—Tengo que ir a buscar a las niñas a casa de Amanda. Ven a cenar antes de volver a Praga, ¿de acuerdo?

—Sí, cuenta con ello.

Sous le ciel de ParisWhere stories live. Discover now