Agradezco que no haya estado presente cuando mi padre fue a hacer la escenita a la casa de Tonowari hace unas semanas.

- Yo iré. Ya veré que le invento para que no sospeche, pero por ahora vámonos, no vaya a darse cuenta.- Tsireya se puso de pie y comenzó a caminar de regreso a la playa.

Todos hicimos lo mismo, la idea era actuar lo más natural posible para que Laia se llevara la mayor de las sorpresas mañana por la tarde.

Ya estaba todo listo.

Mis hermanas habían pasado toda la noche haciendo el pastel, solo esperaba que el sabor sea igual de bueno que el exterior.

- ¿A qué hora regresarán?- escuche a Kiri conversando con mamá, yo estaba limpiando el desastre que había quedado en la cocina gracias a la preparación del famoso postre de cumpleaños.

Es por Laia, es por Laia, me repetía una y otra vez para no explotar del enojo cada vez que aparecía una fuente nueva llena de una mezcla pegajosa en su interior.

- Regresaremos mañana hija. Tonowari le pidio a su padre que lo acompañáramos de visita a un clan cercano, para que la Tsahik pueda revisar como va el embarazo de Ronal.- mi madre termino de colocar la mesa y tomo asiento junto a ella.- ¡A comer!- grito.

Todos tomamos asiento de inmediato, Eywa se apiade de la pobre alma que se atreva a desobedecerle a mamá

- Cariño, ¿ya les dijiste? - pregunto papá metiéndose un trozo de pescado a la boca.

- Solo a Kiri Ma Jake. Me parece que ahora que estamos todos reunidos, podrías decirles tu mismo.

Papá asintió.- Chicos, dentro de una hora debemos salir de la isla. Tonowari nos pidió un favor y por su puesto no nos negaremos a ello después de toda la hospitalidad que han mostrado con nuestra familia.- le dio un sorbo a su vaso.- Así que espero que en nuestra ausencia se logren comportar. Y eso va para ustedes dos.- papá nos señaló con el dedo a mi hermano y a mí.

- ¿Cuándo regresarán?- Lo'ak intentaba contener una sonrisa.

- Regresaremos mañana por la tarde si el clima así lo permite.- respondió mamá.- Querida Tuk- las miradas se desviaron a la pequeña que se encontraba haciendo figuras con su comida.- Iras con nosotros.

Tuk abrió sus enormes ojos- ¿Qué? ¡No! - comenzó a lloriquear- ¿Por qué no me puedo quedar con mis hermanos? Hoy es el cumpleaños de Laia, le hicimos un pastel, mamá, por favor.

- Por lo mismo querida.- mamá le seco una lágrima- Tsireya nos comentó que harían una comida en celebración, pero tú aún eres muy pequeña para participar de esas cosas.

- No te preocupes hermanita, yo te guardaré un trozo de pastel- la tranquilizo Kiri.

- ¡No!, yo quería estar con Laia.- siguió llorando y quejándose, incluso se negó a continuar comiendo.

No había manera de convencer a Tuk, era más dura que una roca. Siempre sé salía con la suya.

- Tengo una idea- dijo mamá algo agotada después de sacarse un trozo de alga que tenía en el cabello gracias al berrinche de mi hermanita.- Cuando regresemos prepararemos otro pastel y vamos a invitar a Laia a comer aquí en la casa. ¿Qué opinas?

Como por arte de magia, las lágrimas de Tuk cesaron.- ¿Lo dices en serio?

Mi madre asintió.

-- ¿Y se puede quedar a dormir?- mi hermana había visto una oportunidad y por supuesto la aprovecharía. 

Lo que tiene de dulce, lo tiene de manipuladora.

- Claro que se puede quedar a dormir cariño.

- Podría dormir con Neteyam- dijo Tuk.

Me atraganté con el pescado al escuchar el comentario de mi hermana. 

Comencé a toser y a respirar con dificultad. Mi hermano a mi lado me empezó a dar golpes en la espalda.

Cuando logre pasar aire a mis pulmones, tome mi vaso de agua y lo bebí de un sorbo.

- ¿Do... dormir conmigo?- le pregunté a Tuk desconcertado. 

- Claro. Después de la cama de mamá y papá, la tuya es la más grande.- respondió con obviedad.

Con que de eso se trataba. 

- Qué buenas ideas tienes Tuk - mi hermano a mi lado comenzó a reír mientras me daba pequeñas palmaditas en el hombro. 

Mamá y papá me miraban con extrañeza. Vaya numerito que acababa de armar.

- Bueno, ahora que ya está todo arreglado- mi padre paso sus ojos por Lo'ak y por mi.- La loza es toda suya chicos.- se rio.

De mala gana limpiamos la cocina... otra vez, mientras mis padres cargaban los Ikran.

Kiri estaba con nosotros en la habitación terminando de afinar los últimos detalles del cumpleaños.

- ¿Chicos?- papá entro a la habitación.- Solo les venía a avisar que ya nos vamos. 

Los tres asentimos.

-- Kiri, por favor encárgate que tus hermanos no se metan en problemas. 

- Lo dudo, estará muy ocupada con Rotxo.- susurré ganándome un golpe por parte de Kiri.

- ¿Que cosa?- pregunto papá.

- ¡Nada!- gritamos los tres al mismo tiempo.

Mi padre dio un largo suspiro sin dejar de mirarnos.- Espero no arrepentirme de esto.- su comentario fue más para él que para nosotros.- Escuchen con atención, los tres.- ordeno.- No tengo intenciones de ser abuelo aún, así que espero que en serio se comporten. ¿Entendido?

Nos quedamos en silencio, estábamos mortificados.

-- Dije, ¿entendido?

- Si señor-  respondimos débilmente al unísono.

- Así me gusta- sonrió satisfecho.- Pásenlo bien, nos vemos mañana.

Despidiéndose con la mano, mis padres, Tuk, Tonowari y Ronal emprendieron su viaje, dejándonos solos y con una celebración a cuestas.



Están por pasar cosas... (guiño guiño)

Se viene LA CELEBRACIÓN.

¿Están listas?

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