17. Aliados

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Blake:
Después de un par de llamadas, Gon estaba en camino. No nos había sido muy difícil encontrarlo, nos cogió el teléfono a la primera y dijo que iría en un rato. No parecía mucho más liado de lo normal. Puede que a los demiurgos no les hubiese afectado la noticia de la reina tanto como a los arcanos. No sabía si eso era bueno, pero al menos eran los únicos que mantenían la calma en este tipo de situaciones.

Salimos hasta la entrada de la academia para recogerle. La sorpresa fue cuando después de ver el coche de Gon entrar quemando rueda, se bajaron del coche no una sino dos personas. El que acompañaba a Gon era un tío de dos metros que conocía solo de vista. Ahora mismo no recordaba como se llamaba pero lo había visto otras veces con Liv.

Se bajaron del coche y se acercaron a nosotros lentamente.

— ¿Qué hacéis ahí parados como unos pasmarotes? — dijo Gon con una ligera sonrisa.

— Hola a ti también — dijo Daniel.

— Hola Gon — respondió Toby haciendo el gesto con la mano.

— Hola chicos. — nos devolvió el saludo Gon. — Este es Mark.

— Creo que ya hemos coincidido otras veces. — me acerqué a Mark, el cual me miraba como si quisiera arrancarme la cabeza. Le extendí la mano para que me la estrechase y todo el mundo a nuestro alrededor se quedó en silencio. La tensión podía palparse. Me apartó la mano de un manotazo.

— Déjate de rollos. ¿Dónde está Liv? — directo al grano, puede que me acabase cayendo bien y todo.

— Sabemos que no me habéis llamado para arreglar algo. — dijo Gon en un tono más calmado.

— No vemos a Liv desde hace dos días y no responde a su teléfono. — dijo Mark.

— Creo que será mejor que hablemos en tu habitación, Blake — dijo Toby.

El trayecto hasta mi habitación fue silencioso. Seguía habiendo cierta tensión que Toby y Gon intentaban disipar. Daniel simplemente se mantenía a cierta distancia. Yo era quien guiaba la marcha. Cuando entramos en mi habitación nos colocamos en extremos opuestos de forma instintiva. Gon y Mark le dieron un repaso a la habitación.

— ¿Y bien? — preguntó Mark cruzándose de brazos. Gon se recostó contra el sillón que había en la esquina. Yo me quedé en pie en medio de la habitación

— No quiero que entréis en pánico, pero Liv está encerrada en las mazmorras. — vi cómo la mirada de los recién llegados pasaba del desconcierto a la ira pasando por una ligera sorpresa que ninguno de ellos supo disimular muy bien — Después del mensaje de la reina, y de ver que la tía de Liv salía en el, los consejeros pensaron que podía ser una espía. La van a interrogar.

— Pero si Liv es más inofensiva que una mosca. — dijo Gon un poco incrédulo. — Y no sabe guardar secretos. Aparte de que no puede.

 — ¿Entonces es verdad lo de que las hadas no pueden mentir?  — pregunto Daniel con curiosidad. 

 — Si, y los mestizos igual. 

— ¿Y vosotros no habéis podido hacer nada para impedirlo? — Mark respondió con un tono amargo que me hizo sentir aún más culpable de lo que ya estaba. 

— No se si te has dado cuenta lobito, pero en este tipo de cuestiones, no se nos tiene en cuenta — dijo Daniel en un tono más a la defensiva del que pretendia. La cara de Mark se deformó de repente hasta cambiar su boca por la de un lobo. Soltó un pequeño gruñido y amenazó con saltar sobre Daniel a lo que Gon respondió antes de tiempo y se puso delante de él para pararlo.

Marcada por las HadasWhere stories live. Discover now