16. Comienza el juego

83 2 1
                                    

Liv:

Cuando abrí los ojos me quedé un rato mirando a mi alrededor intentando identificar donde me encontraba, hasta que me di cuenta de que era la habitación de Blake. Por un momento me plantee si lo ocurrido la noche anterior había sido un sueño o había pasado de verdad. Me estiré en la cama y me di cuenta de que Blake no estaba allí. Me senté y me froté los ojos para acabar de desèrtarme de todo. Y entonces una voz me sobresaltó.

    — Buenos días — Blake se encontraba apoyado al lado de la puerta y me miraba sonriente. Ya iba completamente vestido.

    — Hola... — mi voz sonaba ronca.

    — ¿Cómo te encuentras? — dijo mientras se acercaba a mi y se sentaba a mi lado.

    — ¿Lo que pasó ayer fue real? ¿O lo he soñado?

    — Fue real.

    — Eran los mismos que entraron en mi apartamento.

    — Y los mismos que vimos aquel día en el parque.

    — ¿Qué va a pasar con ellos ahora? — No sabía qué medidas solían tomar los arcanos en este tipo de situaciones pero algo me decía que no serían buenas. Y a pesar de que se lo merecían en cierta medida, no me gustaría que les pasase nada malo.

    — Los van a interrogar, si no lo han hecho ya. Y luego pedirán explicaciones ante la reina.

— Pero a ellos no les pasará nada, verdad?

— No, pero la reina tendrá que dar muchas explicaciones. — me levanté de golpe y comencé a dar vueltas por la habitación.

— Eso no me importa. Esa mujer tiene que dejar de usar a los feéricos como si fuesen sus juguetes particulares.

— Esto se solucionará.

— ¿Se sabe algo de Ellie?

— Que yo sepa aun no, mi tío está en una reunión con los consejeros arcanos.

— La cosa debe de estar jodida si esos carcamales han venido hasta aquí — Blake no pudo evitar la media sonrisa que surgió de sus labios. En el fondo sabía que tenía razón.

— Mi tío ha dicho que si la guerra aún no ha empezado, esto probablemente lo desencadene. — La prioridad ahora mismo era que mi tía volviese antes de que la situación se complicara más, pero no teníamos forma de avisar. Blake debió de notar que estaba pensando a toda velocidad cuando dijo.  — ¿Quieres ir a desayunar? Iremos a hablar con mi tío cuando acabe la reunión. — Dentro de todo el caos que estábamos viviendo era refrescante poder tener un rato tranquilo. No pude evitar sonreír cuando me acerqué a Blake para darle un fugaz beso en los labios.

— Sabía que no me gustabas solo por tu cara bonita.

Corrí a vestirme rápidamente y nos encaminamos hacia el comedor. Por algún motivo, la sola idea de pensar en comida hacía que mi humor mejorase por mil. Toby y Alex nos estaban esperando en una de las mesas laterales cuando entramos en el comedor.

    — Hola chicos. — dije yo después de pasar rápidamente por el bufet. Los arcanos serían de todo, pero una cosa indudable era que tenían clase, y un estilo de vida al que podría acostumbrarme con facilidad.

    — Buenos días. Nos hemos enterado de lo de anoche ¿Estáis bien? — preguntó Toby un tanto preocupado.

    — Si, por suerte fue solo un susto — dije yo quitándole importancia.

En ese momento Alex levantó una mano para saludar a alguien a nuestra espalda. Blake y yo nos giramos y vimos a Paola entrando en el comedor. Blake simplemente se dio la vuelta y siguió comiendo. Yo levanté la mano y esbozé una ligera sonrisa a modo de saludo. Toby y Alex la estaban saludando y haciendo gestos para que se acercarse. Ella declinó la invitación con un gesto de la mano, disculpándose al mismo tiempo, para luego sentarse con otro grupo de arcanos al otro lado de la sala. Alex y Toby parecían un poco desconcertados y miraron a Blake como intentando buscar alguna explicación pero él no despegó los ojos de su plato.

Marcada por las HadasWhere stories live. Discover now