5. Cena sorpresa

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Blake:

Desde que mi tío me había dicho que íbamos a ir a cenar con Liv y con su tía, habían pasado demasiadas cosas. Y aún seguía sin asimilar como habíamos llegado a esta situación. Las cartas habían sido enviadas y ya habíamos recibido respuestas del grupo de los Demiurgos y de los demás Arcanos.

Mi tío había ido a avisar a Maddie de que hoy iríamos a cenar con un par de hadas, a lo cual, Maddie había gritado un "siiii" y había procedido a hacer un millar de preguntas sobre ellas. Mi tío no había sabido responder a casi ninguna. La verdad es que la información que teníamos sobre las hadas estaba bastante desactualizada.

Hoy era un día tranquilo en la academia. A pesar de que teníamos que recoger todo el desastre de la noche anterior. Había confeti por todas partes y multitud de vasos y copas que la gente había ido dejando apoyadas por todos lados.

Alex, Toby y yo estábamos en el salón con bolsas de basura para recoger toda la decoración floral del techo cuando Paola entró por la puerta. Ella se había librado por no estar matriculada este año en el instituto.

    — ¿Estáis listos para ir a cenar? — dijo Paola mientras bajaba las escaleras del gran salón. Llevaba un top negro con unos vaqueros de tiro alto, tambien negros. En los pies llevaba unas botas negras y en la mano una chaqueta vaquera azul. Llevaba el pelo rubio suelto, que apenas le llegaba a los hombros, y un bolso colgado en el brazo izquierdo.

    — ¿Ves que estemos preparados para ir a cenar? — todos teníamos la ropa manchada por algunas copas que se nos habían caído y estábamos llenos de pétalos de flores por toda la decoración del techo. Cualquiera que nos viera sabría la respuesta.

    — Pues id a prepararos. Ya son las siete y hoy el centro estará a tope.

    — Yo os veré luego.

    — ¿Y eso? — preguntó Toby un poco extrañado.

    — Mi tío ha organizado una cena con una vieja amiga suya.

    — ¿Es la mujer con la que estuvo hablando ayer toda la noche? — Alex estaba bajándose de la escalera a la que se había subido para alcanzar las decoraciones.

    — ¿Rubia con un vestido verde? — pregunté yo.

    — Literalmente acabas de describir a la mitad de los invitados de la fiesta.

    — ¿Te vienes luego al concierto de todas formas, no? — preguntó Paola interrumpiendo la conversación.

    — Si, claro, os avisaré cuando acabe la cena.

Dicho esto, recogimos todo lo que teníamos en las manos y nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Menos Paola que me siguió hasta la mía.

    — ¿Querías algo?

    — Si, en verdad quería hablar contigo de una cosa. — Se la notaba un poco nerviosa. Entramos en mi habitación y se quedó de pie en medio con los brazos cruzados.

    — Cuéntame — dije al tiempo que me sentaba en la cama.

    — Verás, — Comenzó a jugar con sus dedos — a mis padres no les va muy bien en Italia. No acaban de acostumbrarse. Por eso han decidido volver a mudarse. El año que viene volveré a ir a clase con vosotros — sonrió un poco pero se la veía más nerviosa que contenta.

    — Eso es una gran noticia — Yo me levanté y le di un fuerte abrazo que me devolvió pero de manera menos efusiva. — Pero tú no pareces muy contenta.

    — Si, lo estoy, es solo que...crees que podríamos... — En ese momento alguien entró sin llamar. La intimidad aquí no existía. Era mi tío.

Marcada por las HadasWhere stories live. Discover now