Capítulo 2

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Jueves! Si! Finalmente es jueves.

Estaba tan nervioso, por todo lo que logré avanzar ayer y lo que conseguí para hoy, que casi no dormí. La coincidencia de que unieran nuestras comisiones de Química, y que justo me pudiera sentar a su lado es tanta, que no me lo creo.

Creo que debería empezar por el principio, sino, no se entiende nada.

Soy Mateo, soy y vivo en la ciudad donde está la universidad. Tengo 20 años, debo medir 1.80 algo, no se, no me mido la verdad. Mis ojos parecen verdes oscuros pero no lo son, siempre me lo dicen y es más fácil decir “sí” que explicarle a cada persona el porqué. Voy a la carrera de ingeniería en alimentos, por eso tengo Química y doy gracias!

  Lo vi por primera vez el año pasado. Cuando es época de finales se juntan todas las comisiones. Y damos el final de la materia correspondiente en salones mezclados. Siempre tenía la cara seria, de muy pocos amigos. Cuando nos cruzábamos en los finales no hablaba con nadie, y no se quedaba con ningún grupo afuera al finalizar para lamentarse o comparar respuestas. Siempre terminaba y se iba. Era raro ver a alguien tan solitario en la universidad, todos tenemos aunque sea un conocido, un amigo, un grupo, algo. En la biblioteca también estaba siempre solo. En los salones durante las clases. A simple vista pensé que era alguien antipático, que no le interesaba tener amistades. Pero un día dando vueltas por la universidad, termine en la zona de atrás del buffet, nunca había ido porque no hay salones ni nada. Sabía del gimnasio pero como el deporte no es lo mío nunca llamo mí atención ir. En fin, dando vueltas lo vi entrar. Se me hizo raro, alguien que no socializa con nadie entrando al gimnasio, donde siempre hay gente practicando algo. Lo seguí. Sí, suena muy acosador, pero por alguna razón siempre se me hizo curioso. Al asomarme por el portón vi que había otras personas, así que no levantaría sospecha de que una persona random estuviera allí. Y lo que vi llamo poderosamente mí atención. Era él, hablando animadamente con los que jugaban voley. Animadamente para como se lo ve normalmente. Y después de verlos practicar un buen rato, cuando terminaron y estaban hablando y bromeando, lo vi sonreír, hasta reír. Podía tener otras expresiones además de amargado con la vida por alguna razón. Lo juzgué mal, era una persona normal, solo que no era así con cualquiera. Verlo reír y sonreír de esa manera me dio una sensación cálida. Algo nuevo que no entendí, pero quería verlo reír otra vez. Ver qué otras expresiones podía tener que seguramente no muchos habían visto porque no se llevaba con nadie.  
Quería volverme alguien lo suficientemente cercano para que me mostrará a mí, esa sonrisa. Verlo reír de algún chiste tonto o algo que le dijera.  Aunque eso no me garantizaba que no tuviera amigos cercanos en su ciudad. Que no fuera agradable con ellos, con algún familiar, o hasta con una pareja que no sabía si tenía o no.
Desde ese día lo más discretamente posible, trate de acercarme. Pero, como? No compartíamos clases, ningún horario. Si materias pero no juntos.
Cuando avisaron que cerrarían la comisión de Química y la unirían a la de él, casi que grito de alegría y empezaba a saltar. Que coincidencia. Que justo que unieran mí comisión y la suya. Que cosa del destino o Dios o alguna fuerza mística. Le daba gracias a sea lo que sea que hizo que esto pasará.

El día llego y fuimos al salón nuevo, rogaba en mí interior lograr sentarme cerca de él. Que suerte que más que cerca termine al lado. Al lado!
Ahhhh ya dije que soy feliz? Pues lo soy y mucho. Aproveche a pedirle lo que vieron que nosotros no, me dio sus apuntes, me explico amablemente las cosas. Al parecer es más simpático de lo que parece, o es muy educado. No pude evitar invadir su espacio personal solo un poquito, solo quería estar más cerca. Más. Y más. Y si sigo así me va a poner una orden. Me hice el tonto. Un poco más de lo usual. Vi que hacía tarea de Matemáticas. Ese es mí fuerte. Le pregunté si quería ayuda, y si! Y le pedí ayuda con Química y dijo que si! Es la segunda vez que casi grito y salto de alegría! Creo que igual fui muy lejos cuando le pedí su número, era para coordinar vernos en la biblioteca. Se habrá dado cuenta que estaba teniendo otro tipo de intenciones además de académicas? Espero no. No quiero espantarlo antes de que me considere aunque sea un “amigo”

Hablando de intenciones. Mis intenciones para con él? Sí, es algo raro a primera vista. Pero no tengo ninguna intención oculta, ni malas intenciones, no es una apuesta, ni un reto, ni nada. Es tal y como dije. Simplemente llamo mí atención. Y cuando algo llama mí atención es porque mí instinto me dice que es algo bueno. Que es algo que vale la pena o que tiene algo que otros no vieron y dejaron pasar. Yo le digo “ser feliz”. Es algo que me hará feliz. Así que le doy para adelante nomás. Las consecuencias o dificultades serán problema del Mateo del futuro. Sí, soy impulsivo. Me lo dicen seguido. Pero estar todo el tiempo pensando en todo y analizando todo hace que pierdas tiempo en actuar y tener los resultados de lo que querías.

Bien, retomando. Jueves. Biblioteca, tercer piso. Abra elegido este porque es el menos concurrido? La verdad con el infierno que es subir las escaleras entiendo porque nadie quiere venir. Y el ascensor. Como que no me da confianza. No soy claustrofóbico, pero un ascensor, chiquito que apenas caben dos personas, en la biblioteca de una universidad pública en una ciudad mediana. No es por pre juzgar pero prefiero en eso no arriesgarme. Soy impulsivo, no suicida.

Sabor a LimónWhere stories live. Discover now