Capítulo veintiuno

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—Hola. —saludó TaeHyung al llegar a la mesa en la que se encontraban sus dos amigos.

JiMin lo observó cada uno de sus movimientos mientras se sentaba y colocaba su almuerzo enfrente suyo. Claramente se encargó de juzgarlo en todo momento.

—¿Y esa mirada? —cuestionó JiSoo, dirigiéndose a JiMin.

—¿Tenemos que sentarnos con él? —replicó él seriamente.

TaeHyung rio mientras colocaba el pitillo en su botella de jugo sabor a naranja supuestamente natural, pero que todos sabemos es artificial con mucha más azúcar de la que sería saludable.

—Contexto. —ella pidió pasando su vista varias veces entre el rubio y el pelirosa.

—Está indignado porque lo hice esperar para contarle algo. —TaeHyung explicó tranquilamente, llevando un poco de arroz a su boca.

—Qué cruel.

—Ves. —JiMin dijo, recriminándolo, al escuchar que su amiga lo apoyaba.

—Lo hice para poder decírselo a ambos al tiempo. —el hecho fue aclarado por el rubio.

—Qué dramático eres, JiMin.

Automáticamente JiSoo había cambiado su respuesta y el de cabellos rosas bufó, haciendo reír a los otros dos que estaban sentados en la mesa.

—¿No quieres saber entonces? —la pregunta salió del Kim menor, yendo dirigida a su mejor amigo.

Él lo observó por el rabillo del ojo.

—Sí quiero... —musitó bajito, casi en un susurro, demostrando lo mucho que le dolía ceder. Pero que ese dolor no se comparaba con el quedarse con la curiosidad.

—Lástima, porque ya no te diré.

Con esas palabras reveladas, JiMin se giró rápidamente, entregando a la vista una expresión totalmente indignada y enojada.

—Tú, pequeña cabeza decolorada —enervó como respuesta, negando y haciendo el amague de levantarse de la mesa.

TaeHyung apresuró a estirar su mano, agarrando la muñeca de su amigo para detenerlo. Pequeñas risillas brotaban de sus labios.

—Ya, calma, es broma.

—Dejen de sobreactuar y pasemos al punto importante —JiSoo interrumpió, viendo la escena cómodamente desde su lugar—: El chisme.

Ambos chicos se observaron, JiMin presentando su bandera blanca de rendición al tomar de nuevo asiento en su silla.

—Bueno, no sé por dónde empezar. —TaeHyung dijo en un suspiro.

—Intenta por el final, no tengo paciencia para las historias largas. —JiMin respondió naturalmente, y JiSoo rodó los ojos.

—Por el comienzo. —reemplazó ella.

—No les había dicho, pero JungKook y yo tuvimos una pequeña discusión hace unos días.

—¿JungKook de nuevo? —la pelinegra inquirió—. Es suficiente. Ahora sí le voy a ir a dar sus cuantos puños.

—Espera, apenas estoy comenzando —TaeHyung explicó al ver la seriedad en las palabras de su amiga—. Esa vez le dije que estaba cansado de pensar que tal vez nos estábamos volviendo amigos, pero que luego él hacía algo y me alejaba. Y creo que se enojó, porque no dijo mucho, sólo se fue de casa. Así que pensé que las cosas quedarían así, pero al otro día cuando terminaron las clases, JungKook me llevó a un lugar y bueno, me mostró algo importante.

Enamorando al Nerd | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora