Capítulo catorce

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TaeHyung no estaba muy seguro de cuanto tiempo llevaba caminando, cuando notó que JungKook se desvió hasta un pequeño callejón.

Fue escrupuloso y decidió que lo mejor sería quedarse algo más lejos, aprovechando la pared en la esquina para esconderse.

Ni las amigas chismosas de su madre que amaban husmear en su vida cuando iban a casa se habían atrevido a tanto.

Pero bueno, esperaba que su instinto no le fallara y todo fuera por un bien mayor, porque si no, seguramente estaría quedando como un pequeño entrometido, por no decir más.

Con cuidado asomó un poco su cabeza y pudo observar como JungKook parecía sacar algo de su mochila. Agudizó su vista y creyó diferenciar lo que parecía un recipiente de plástico.

El azabache lo destapó, antes de colocarlo en el suelo y luego sacó otro platillo y lo puso al lado, comenzando a llenarlo con una botella de agua que había sacado también de su bolso.

Parecieron pasar unos segundos en los que el chico solo se mantuvo allí, acuclillado junto a los pequeños recipientes como si esperara algo. Y TaeHyung estuvo a punto de tacharlo de raro cuando vio a dos pequeños felinos aparecer en la escena. Uno era blanco con manchas negras, mientras que el otro era totalmente gris.

Los gatitos salieron de una caja que si la observabas bien, parecía un pequeño refugio que alguien les había dejado allí. Después se habían acercado a JungKook, comenzando a comer de los platillos.

Por un momento tuvo que preguntarse si aquel chico era el mismo JungKook que conocía. Verlo ahí agachado, acariciando a esos gatitos callejeros después de haber tenido una caminata de probablemente unos veinte minutos sólo para traerles algo de agua y comida. Además parecía cómodo y contento, enseñando una sonrisa cándida cuando uno de los mininos se restregó contra su pierna elevando su cola.

Ese ir y venir en su pensar sobre JungKook comenzaba a ser frustrante. Cada que parecía creer algo, llegaba otra cosa y hacía desviar su mentalidad del rumbo que llevaba.

Aún así, siguió mirando tan concentrado que no notó cuando una presencia se le acercó por detrás.

—¿Qué miras? —de la nada la voz de JiMin preguntó, tomándolo tan de sorpresa que un pequeño chillido había salido sin permiso de sus labios.

Aquello pareció alertar a JungKook, quien observó hacia los lados buscando el origen del sonido. Afortunadamente, TaeHyung alcanzó a reaccionar, escondiéndose completamente detrás del muro antes de ser visto.

—¡¿Qué rayos haces aquí?! —inquirió con un grito enojado sólo que en volumen bajo.

Su amigo casi había hecho que lo descubrieran.

—Después de despedirnos recordé que no me regresaste mi lapicero, así que volví para buscarte y te vi hablando con JungKook. Pensé en esperar a que terminaras, pero después de eso lo seguiste y como mi vida es aburrida, yo decidí seguirte a ti.

De tal palo tal amigo. ¿Así iba el dicho, no?

—Nada de vida aburrida, sólo eres un chismoso de primera. —corrigió TaeHyung al escuchar tal respuesta.

—Bueno, no te veo en posición de juzgarme. —contraatacó JiMin y movió la cabeza señalando al lugar donde se encontraba JungKook—. Ahora mejor dime tú qué haces aquí.

¿Qué hacía ahí? Ni siquiera él mismo lo sabía con certeza.

—Nada, ya me iba. —respondió el rubio, antes de tomar la iniciativa de caminar lejos de su amigo, pero al darse cuenta de que si seguía por allí saldría de su escondite y JungKook lo vería, así que se giró para tomar el otro lado—. Me iba por allá.

Al final no pudo dar más de dos pasos antes de que JiMin lo agarrara del brazo, haciendo que se detuviera. Luego, sin soltar su agarre de su amigo, se asomó un poco para observar lo que él estuvo viendo todo ese rato.

—¿Ese es JungKook?

El pelirosa parecía tener una expresión medianamente sorprendida en su cara, y eso no le extrañó a TaeHyung, ya que momentos antes, seguramente él también había tenido una parecida en su propio rostro.

—Sí, ¿quién más va a ser?

JiMin lo miró, y luego volvió a mirar hacia donde estaba JungKook, nuevamente a él, y nuevamente al pelinegro. Así repetitivamente por un rato.

—JungKook acaba de darme ternura... —murmuró como si aquellas palabras estuvieran relatando un hecho espantoso.

—A mí también —aceptó después el menor—. Así era como lo imaginaba cuando lo veía antes por la escuela.

—Tal vez, en el fondo, muy en el fondo, hay una parte de él que no es tan mala.

—¿Tú crees?

—Sí —cedió JiMin—. Pero creo más en la teoría de que tiene un gemelo, uno de ellos bueno y el otro malo.

TaeHyung rodó los ojos.

—Como sea, creo que es mejor irnos. —le dijo y Park asintió de acuerdo.

Con eso en mente, el rubio pareció dar una última mirada a JungKook, y al verlo aun encantado con ambos mininos, una sensación apareció en su latente por un segundo, como si su corazonada se hubiera confirmado.

No le puso mucha atención a aquello, pues notó como su amigo ya había comenzado a encaminarse lejos del lugar y tuvo que apresurarse para alcanzarlo.

Había sido un día extraño, aunque si lo pensaba bien, así habían sido la mayoría de sus días desde que su vida y la de ese pelinegro se involucraron.

Había sido un día extraño, aunque si lo pensaba bien, así habían sido la mayoría de sus días desde que su vida y la de ese pelinegro se involucraron

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este cap es cortito, pero necesario. hay ciertos detalles que no parecen importantes, pero más adelante tendrán una explicación e.e

gracias por leer. ♡

©gguktaebae

Enamorando al Nerd | kookv.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora