Con sus dedos temblando bajo aquella chaqueta abrigadora emprendió en marcha con la dirección en mano según lo que había arrojado su GPS. Mientras recorría el barrio observaba las casas y la verdad, no era tan distinto a lo que se acostumbraba a ver. Eran humildes, se notaban las construcciones a medio hacer, latas que cubrían los techos de la lluvia y piso sin asfalto en algunos tramos.

Su corazón se detuvo cuando divisó a lo lejos una casa color verde desgastado en toda una esquina. Ladeó la cabeza confirmando el número y el aspecto según lo que vieron en Google y se armó de valor para tocar la puerta de madera. 

Esperó paciente por alguna respuesta.

Nada.

Golpeó nuevamente.

—¡Que ya voy, ya voy! Malditos predicadores del demonio, no saben lo que es no —se escuchó la voz de una mujer a lo lejos reclamando. 

Taehyung se aferró a la lata de su abdomen.

La puerta se abrió crujiendo en el proceso.

—¿Qué? —una mujer mayor le habló golpeado y el ceño fruncido—. ¿Vendes destapadores de baño o...?

Tehyung ladeó su cabeza y negó de inmediato haciendo con sus manos una ''X''.

—Buenas tardes, no vendo nada ni predico tampoco —aclaró—, el día de ayer en la tarde noche he sufrido un robo de mi bicicleta. El ladrón huyó con ella y he podido rastrearla, aún no he ido a la policía pero la dirección GPS me arrojó su casa. Es una bicicleta verde con...¡Esa de ahí! —en efecto, se encontraba allí. Estaba ubicada al lado de la ventana de la casa. Intentó hacerse más vista de ella, pero la mujer se interpuso dominante en la entrada.

—Mira, niñito —tomó el bastón con el que se recargaba— tú no vas a venir a tratarme de ladrona en casa —oh no, ella se estaba enfureciendo realmente —. Si te han robado, entonces mala tuya y la vida sigue, pero deja de molestar a la gente que quiere descansar en paz.

Taehyung quedó impactado. La capacidad de los ladrones de mentir descaradamente era...agh, despreciable. ¡Él estaba viendo su bicicleta con sus ojos! 

—Mamá, ¿qué pasa? —otra mujer joven se asomó a la reja. Miró a Taehyung de pies a cabeza con malestar—. Malditos predicadores les hemos dicho que no donamos nada.

—¡No predico! Esa es mi bicicleta —apuntó detrás de la chica. Ella la miró también— ayer me la robaron, es lo que intento decir. Me iré de aquí en paz si por favor me la devuelven, no haré la denuncia. 

Las mujeres se vieron confundidas entre ellas. Así que eran buenas actoras...

—Esa bici es de Jungkook —dijo la chica—, la trajo ayer y la dejó acá porque no tenía donde.

—Ese mocoso.

—¿Qué es un Jungkook? —Taehyung se sentía confundido, no entendía por qué nadie parecía estar tomando el peso de eso.

—Jungkook es el vecino. No tiene reja en su casa, por eso me pidió guardarla, dijo que se la encontró tirada y la trajo pero al parecer... —la chica suspiró hondo, pensando en el lío que el castaño le estaba tirando encima—. ¿Y yo cómo se que es tuya y no eres cobrador de droga? —le cuestionó.

Era el colmo.

Encima desconfiaban de él. ¿Cobrador de droga? ¿Siquiera tenía la pinta?

—Tengo fotos —dijo de inmediato.

—Muéstralo.

—No traigo mi teléfono —mintió. Si lo llevaba, pero sacarlo ahí no le daba tanta confianza.

—Entonces no te creo. 

—¡Pero si he llegado aquí y le he preguntado a la señora por la bici sin verla! De seguro el tal Jungkook es el ladrón. ¿Dónde vive? Iré donde él.

—Entonces habla con él y la vienen a buscar. Vive ahí en frente —señaló un par de casas más allá y le cerró la puerta en la cara. 

Daba por seguro que no había otro tipo de humillación más grande que ese, en definitiva. Más allá de recuperar su bici, quería salir de ese lío pronto y no tener que ver con nadie. Le abrumaba estar expuesto a situaciones como esas.

A regañadientes siguió la pobre indicación de la simpática chica. 

Luego de recibir tres portazos en la cara y una casa que no le abrió, por fin le indicaron en dónde es que vivía exactamente el famoso ''Jungkook''. Al parecer, entre los vecinos se cubrían las cosas, es lo que le dio a entender la situación.

Se paró en frente de la morada. Era una casa demasiado pequeña, por fuera se veía descuidada, a penas y estaba de pie. Sentía que si la tocaba, esta iba a caer. Tocó la puerta otra vez y esperó un par de minutos.

—¡Voy! —exclamó una voz dentro.

Se sintió impaciente cambiando su peso de un pie a otro. Vio como la puerta era abierta y un chico con el pelo revuelto y una toalla en la cintura le recibió, al ver de quién se trataba tocando la puerta abrió sus ojos a tope.

Taehyung no lo dudó.

Saltó encima de él como un gato.

Las palabras de Yoongi resonaron en su cabeza ''que por favor, no se enfrentara a nadie si veía la situación media peligrosa''. Bueno, qué decir. En su caso, el maldito le había robado su bicicleta que compró con un mes de sueldo que le hizo comer ramen los últimos días del mes así que estaba hecho una furia.

—¡Qué diablos, bájate lunático! —intentó quitárselo de encima, pero fue en vano, Taehyung estaba furioso y quería su maldita bici de vuelta, por lo que no lo soltaba aunque el chico bajo él pataleara—. ¡Bájate!

—Me robaste —lo tomó por el cuello intentando inmovilizarlo, sus ojos felinos clavados en los redondos del ladrón que le miraba más asustado que nunca—. Irás donde tus vecinas y harás que me den mi bicicleta. ¡Lo harás!  

—¡Eres un psicótico!

—¡Y tú me robaste, ladrón! 

El principio de un gran, gran lío. 

THIEF → taekookWhere stories live. Discover now