Capítulo 11

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Después de haber salido de la iglesia vimos como muchas personas que estaban esperando para ver, todos nos aplaudieron, entre ellos la mayoría eran plebeyos y los pocos nobles que habían presenciado esto.

Alex se encontraba desde lejos observando todo, cuando se me acercó Lysen me dijo que en ningún momento se acercó para detener la boda, más parecía estar sorprendido por verme vestida de esa manera.

Derek me ayudó a subir al carruaje, Lirya y las doncellas volvieron a recolocar el vestido y el velo, una vez colocados Derek subió.

— Mi esposa se ve hermosa. — Tomó mi mano y depositó un beso en ella.

— Gracias... Cariño. — Estaba bastante sonrojada, este al oír aquél apodo cariñoso se sonrojó. Cuando el carruaje empezó a moverse tomé la mano de mi esposo, los dos nos encontrábamos bastante nerviosos. 

El camino de vuelta a la mansión fue algo incómodo por los nervios que sentíamos los dos pero a la vez estábamos felices, pues ahora si me había convertido legalmente y por la iglesia su esposa. Ahora nadie podría separarnos, ni quiera nuestra propia familia.

Al llegar a la mansión Derek bajó primero para ayudarme a bajar del carruaje. Cuando llegamos al jardín vimos que todos los sirvientes y los caballeros estaban dándonos la bienvenida. Derek y yo fuimos a sentarnos en la mesa que nos correspondía, mientras veíamos a muchos celebrar, sobre todo a Fredar, él estaba celebrando por todo lo alto.

Mientras la fiesta transcurría, se podía ver a muchos soldados ya borrachos era gracioso verlo, pobre de ellos pues mañana tendrían una resaca terrible. Además, se supone que mañana nos iríamos al ducado, por lo que estos no estarían en óptimas condiciones.

Cuando la noche calló en el reino, muchos se encontraban ya tirados en el suelo borrachos. Derek suspiraba mientras veía la escena, sabía ya de antemano que los caballeros se quejarían por su malestar de mañana. Mientras yo reía mientras veía como Derek regañaba a los caballeros que aún seguían despiertos Lirya me llamó, al parecer ya era la hora para que yo me preparara.

— Debemos prepararla bien para esta noche. — Dijo mientras sonreía junto con las otras dos, mientras ellas decían eso yo caí en detalle a lo que se referían, la noche de bodas. Debíamos consumar nuestro matrimonio esta misma noche.

Al llegar a la habitación me ayudaron a quitarme el vestido, todos las joyas, el calzado y el maquillaje. Cuando habían desecho el peinado empezaron a peinarlo para que estuviera suave a la hora de dormir... Bueno, "dormir".

Cuando me pusieron el camisón me dieron una bata para ir hacia la habitación de mi esposo, al llegar él todavía no había llegado por lo que me acerqué a la ventana del balcón, observaba la vista que había del jardín

¿Qué debía hacer? ¿Esperarlo junto a la cama, junto al balcón..? Me encontraba bastante nerviosa. Mientras que los nervios me carcomían de un momento a otro oí pasos que se acercaban a la habitación. Al oír los pasos decidí quitarme la bata, me dio tiempo ya que cuando la dejé en un sillón la puerta se abrió.

Derek apareció, al abrir la puerta su mirada se posó en mi, al verme se sorprendió bastante. Cuando escuchó ruido por detrás suya entró corriendo a la habitación para evitar que alguien me viera. Al ver su respuesta nerviosa se me escapó un poco la risa, él se había puesto nervioso al verme con este camisón... Si supiera que para mí esto no es nada...

Cuando nuestras miradas conectaron los dos nos pusimos nerviosos pero aún así decidimos esto juntos por lo que este se acercó a mí. Cuando lo tuve a menos de un metro este tenía su mano en mi rostro.

— No quiero obligarte a nada Ayla. No te sientas forzada podemos fingir. — Cuando él dijo aquello yo sonreí mientras a la misma vez suspiraba.

— No me siento obligada, si tú quieres podemos hacerlo Derek. — Al decir estas palabras este se acercó a mi y me cargó en brazos, me llevó a la cama mientras su mirada no dejaba de posarse en la mía.

Al dejarme en la cama este se sentó a mi lado, el ambiente se sentía bastante caliente, su mano se posó en mi mejilla de nuevo. Este se fue acercando poco a poco a mi, al sentir sus labios sobre los míos las mariposas que sentí durante la ceremonia volvieron a aparecer.

El beso era torpe pero eso no quería decir que no fuera fogoso, cuando su lengua pidió paso lo acepté, era un juego de lenguas, entrelazándose, lamidas de labios, pequeños mordiscos en el labio inferior... Al separarnos por falta de aire nuestras miradas se fijaban en la otra.

Él empezó a quitarse la chaqueta bajo mi atenta mirada, aquello era un espectáculo en vivo y privado. Al ver que las siguientes prendas iban cayendo sentí que cada vez me excitaba más. Cuando por fin empezó a quitarse la camisa pude ver sus 10 abdominales, todo su torso estaba marcado bastante... Se notaba que era un gran guerrero y que entrenaba bastante.

Tenía alguna que otra cicatriz por las guerras a las que él había participado pero eso no era el problema, es más no tenía ningún problema con su cuerpo...

Al dejar caer la camisa volvió a acercarse a mi, volvió a besarme pero sus besos pasaron de mis labios a mi cuello, al sentirlo en mi cuello me excitaba más. Sus manos empezaron a tocar mi cadera por lo que para acelerar aquello hice desaparecer la ropa quedando completamente desnuda ante él.

Al verme desnuda este se sonrojó, a los segundos prosiguió con los besos pero estos empezaron a bajar de mi cuello poco a poco hasta llegar al canalillo. Se desvió hasta uno de mis pechos, empezó a masajearlo y a darle besos, lo siguiente fue lamerlos lentamente, primero uno y luego el otro...

Mientras que veía como mi marido jugueteaba con mi pecho yo empecé a sonrojarme no solo por ver esa escena sino por lo que me hacía sentir, eran como una sensación extraña. Podía ver cómo los lamía, mordía, succionaba... Cuando por fin dejó de jugar con ellos su mirada se posó en la mía.

— ¿Te gusta? — Dijo mientras su rostro volvía acercarse al mío.

— Si... Estoy mojada... Cariño. — Acerqué su rostro a mi y volvimos a unir los labios, mientras que el beso se profundizaba sentí como este se iba desabrochando el cinturón.

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