Capítulo 7

13 6 0
                                    

Todos los esclavos fueron saliendo poco a poco de sus celdas, parecían estar extrañados de que de repente fueran libres. Entre los esclavos intenté buscar a Ciel, el hermano mayor de Mary. Según la novela Ciel era un chico de 20 con el cabello largo y azul oscuro, mirada de color plata y con alguna que otra cicatriz en su cuerpo por los combates a muerte que ha tenido que tener.

— ¿Eres Ciel Phermylus? — Este asintió cuando lo nombré. — Debo contarte algo... Sobre tu hermana Mary... — Al decir aquello este me miró fijamente mientras que los demás esclavos salían de aquél lugar. — Tu hermana Mary nunca estuvo recibiendo tratamiento para su enfermedad, es más, se le estaba dando vino o cualquier otro tipo de alcohol junto con alguna droga. — Vi como su cara de asombro y de desprecio empezó a mostrarse. — Pude rescatarla de aquél sitio pero... Murió el mismo día que la rescaté. — Él al oír la noticia todo enfado desapareció para entrar paso la tristeza, después de todo, él solo se había metido en aquél lugar para poder salvar a su hermana pero... al final no pudo. — Sabía que tú y ella tenían una promesa de ir alguna vez a la playa por lo que yo misma decidí llevarla gracias a mi poder, para poder cumplir esa promesa por ti, al menos murió con una sonrisa... — Me di la vuelta y subí las escaleras mientras este posaba su mirada en el suelo.

— ¿Ella... Te dijo algo sobre mi? — Al oír su voz paré de subir las escaleras y me giré. 

— Si, me dijo que quería que fueras feliz. Me pidió salvarte de este lugar... Ya he cumplido con mi promesa. — Dije mientras miraba desde lejos su mirada plateada. — Tengo su cuerpo, quería poder dártelo para que tú eligieras que hacer con el cuerpo. —

— Muchas gracias señorita... — Dijo mientras se acercaba a mi.

— Soy Ayla Zayer. — Dije mientras subía las escaleras seguida por él.

— ¿Zayer? ¿Es usted familiar del duque del norte? —

— Soy su esposa, legalmente. Pasado mañana nos casaremos por la iglesia. — Dije mientras suspiraba ya que últimamente había estado bastante ocupada.

— Entiendo... —

Cuando salimos del lugar pudimos ver a todos los que fueron esclavos esperar en la entrada de aquél lugar. Lysen ya se había ocupado de esposar a todos los que estaban dormidos y solo estaba esperando mientras veía a todos esos esclavos.

— Señora ¿Qué hacemos ahora? — Dijo el caballero.

— Mandaré una carta al príncipe heredero explicándole la situación, con esa carta irán todas estas personas esposadas. Así podrá arrestarlos en ese momento. — La carta apareció después de que chasqueara los dedos, lancé hacia el cielo la carta y al segundo esta desapareció mágicamente apareciendo delante del príncipe heredero. 

Cuando el príncipe heredero y protagonista masculino de esta novela vio la carta supuso que tendría que ser mía, al abrir la carta y leer el contenido se sorprendió pues él ya estaba investigando ese caso, solo que yo me adelanté. Puede... Que le haya quitado al mejor caballero que vaya a tener... Después de todo en la novela original el príncipe encontró este lugar y rescató a todos los esclavos conociendo entre ellos a Ciel... Pero me adelanté.

Las personas aparecieron en la misma sala donde él se encontraba. Al ver a todas las personas que habían sido esposadas y entre ellos nobles, llamó a los guardias y los encarceló a todos. Mientras veía como sacaban a todas esas personas dormidas de allí se sentó en su silla y empezó a hacer una carta dirigida a mi, al parecer haría una visita mañana.

Después de que enviara a todos los atados hice aparecer el cuerpo de Mary y se lo entregué a Ciel. Este al tener el cuerpo sin vida de su hermana pequeña en sus brazos, empezó a llorar mientras la abrazaba. Yo quería darle su espacio así que me alejé de allí y me acerqué a Lysen el cual se veía un tanto confundido.

— ¿Qué hacemos ahora, mi señora? — Este miró a todos los esclavos los cuales nos estaban mirando.

— Ellos son libres de ir a donde quieran... — En ese momento pensé "¿Acaso no tienen algún lugar al que volver?" — ¡Escuchadme todos! Ahora sois libres de volver a vuestro hogares o de buscar una nueva vida, ya no tenéis ningún amo, vosotros sois vuestros propios amos. Vuestra libertad, os ha sido devuelta. — Todos se miraban entre ellos, se veían algo más relajados pero parecía como si estuvieran preocupados.

— No se ven muy seguros mi señora. — Lysen me miró de reojo mientras sentía todas las miradas de los esclavos en nosotros.

— Disculpe mi señora. — De repente Ciel se acercó con el cuerpo de su hermana. — La mayoría de los que estamos aquí fue por que no tenemos un lugar a donde volver, hemos peleado a muerte entre nosotros por lo que los estamos aquí es por que no nos quedaba de otra. No tenemos un lugar a donde volver, por eso... Seguiré cualquier cosa que diga mi ama. — Este se arrodilló ante mi con el cuerpo de su hermana en brazos todavía. — Mi ama pudo salvar a mi hermana y cumplir la promesa que una vez le hice a ella... Yo quiero seguirla a usted. Cumpliré cualquier deseo que usted me pida. — Él había dejado a un lado el cuerpo de su hermana y se acercó a mi, estaba con las dos rodillas en el suelo apoyadas, sentado sobre sus gemelos mientras me miraba fijamente. Yo que me encontraba sentada ya que había hecho aparecer una silla noté como tomó mi pie y lo besó. Esto me tomó por sorpresa a mi y a Lysen pues este me había elegido como su ama.

Después de este acto hecho por Ciel todos los esclavos se acercaron y se arrodillaron, también me estaban tomando por su ama. Miré a Lysen de reojo el cual estaba estupefacto, si él estaba así no quería pensar como se pondría mi marido.

— Bien... Antes de decir algo... ¿Qué vas a hacer con el cuerpo de Mary, Ciel? — Este miró el cuerpo de su hermana el cual se encontraba a su lado y seguido volvió a mirarme.

— Realmente no sé que hacer mi ama, no puedo darle un buen entierro ya que no tengo dinero. — Me levanté de la silla y me acerqué al cuerpo de Mary. 

— ¿Te gustaría que el cuerpo de tu hermana se convirtiera en parte de la naturaleza? — Puse mi mirada en la suya plateada, este parecía no saber de lo que estaba hablando. — Puedo convertir el cuerpo de tu hermana en un hermoso árbol, ese árbol vivirá... Será como tener a tu hermana todavía viva a tu lado. — Este pareció entender de lo que hablaba.

— Convertir a mi hermana en un árbol... — Parecía pensativo. —¿Vivirá? —

— El árbol representará a tu hermana. Por lo que si el árbol fuese quemado sería como quemar el cuerpo de tu hermana. Si le das agua es como darle de beber... Es como mantener el cuerpo vivo aunque no tenga su alma dentro. — Él parecía entender bien esto pues se veía pensativo.

— Bien, por favor mi ama, hágalo. — dijo mientras se inclinaba ante mi.

— ¿Quieres que tu hermana se quede aquí? ¿No prefieres otro lugar? —

— ¿Puede ser... Donde solíamos vivir con nuestros padres? — Este levantó la mirada y su mirada era inocente, pero era como tener un rayo de esperanza.

— Si. — Me levanté y dirigí mi mano en una dirección donde no se encontraba nadie, ahí hice aparecer un portal, este llevaba al pueblo natal de Ciel y Mary. Hice flotar el cuerpo de Mary y pasamos las dos el portal, Lysen y los demás esclavos nos siguieron, una vez que todos había pasado el portal se cerró.

Other WorldWhere stories live. Discover now