7. Esto No Es Carrie

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Capítulo 7 "Esto No Es Carrie"


I kissed the scars on her skin, I still think you're beautiful, and I don't ever want to lose my best friend


La canción de Pierce The Veil estallaba de los audífonos cuando abría la puerta de mi casa. Me quité los auriculares, y los metí dentro de una bolsita exterior de mi mochila, cerré el zipper y caminé hacia la cocina. No pude evitar notar el extraño silencio que reinaba en la casa; mi mamá no es de mucho ruido, pero siempre se pueden apreciar sus silbidos mientras cocina, o de la música clásica en bajo volumen que pone de fondo cuando pinta sus cuadros, o simplemente el casi nulo sonido de la televisión en el canal de las noticias. 


Abrí el refrigerador y tomé una manzana verde, lo cerré y pude ver a mi madre del otro lado de la cocina. Al verla me sobresalté y solté un pequeño grito, pues no la había escuchado entrar. 


-Casi me matas de un susto, carajo -puse la mano sobre mi pecho, sintiendo como mi corazón martilleaba rápidamente contra la palma de ésta. 


No respondió. Sólo se quedó ahí, en el umbral de la puerta, con su mano derecha en su cadera y una ceja alzada de manera acusatoria. Utilizaba un vestido negro floreado que acentuaba su frágil delgadez, su cabello estaba levantado por una goma, dejando que unos pequeños rebeldes mechones se escaparan de éste, y usaba sandalias negras. 


-Rylee, ¿me podrías decir por qué nos mudamos para acá, princesa? -su voz sonaba tensa, mientras sus gélidos ojos se posaban sobre mi ropa de hoy (esta vez no llevaba nada colorido, tal y como me gustaba).


-¿Por tu hipocresía? -me encogí de hombros. 


Sus labios se tensaron y su ceño se frunció extremadamente. Estaba a punto de estallar, lo sabía. 


-Para comenzar una nueva vida -hizo caso omiso a mi comentario realista-. Dejamos todo atrás, mi vida, para poder empezar todo desde cero, así como incrementar tus calificaciones y asegurar que tengas una vida saludable, feliz y próspera. 


Solté una carcajada sin poder evitarlo. Mi mamá apretó sus puños con tanta fuerza que sus venas se dejaron dar a la vista, murmuro algo inteligible y cerró sus ojos. 


-El caso es que, Rylee -en su voz, cólera se filtraba-, ¿¡cómo podremos lograr eso si te vas de pinta y faltas a la maldita escuela?! -gritó, azotando su mano contra la mesa de la cocina, haciendo que el arreglo de flores se tambaleara por la intensidad del golpe. 


Oh, bueno, maldición. 


-¡Eres un estúpida sin cerebro! ¡Si asistiendo a la escuela sacas calificaciones terribles, imagínate no yendo a ésta! ¿Crees que ser madre de una idiota es complaciente? ¿Crees que es fácil? 


Para ese entonces las lágrimas ya se encontraban trazando una trayectoria por mis mejillas. Avanzó a grandes zancadas hasta donde yo me encontraba.


-¡Contesta, estúpida! -su mano se enganchó en mi brazo y apretó con fuerza bruta. 


Saviour - Andy BiersackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora