Quince

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Narra Mirabel.

Después de enterarme que Isa había sido exiliada del pueblo salí corriendo de Casita. Pasé por el pueblo en donde todos los habitantes me miraban con odio y asco.

Incluso varias madres alejaron a sus hijos.

Intenté ignorar los comentarios para seguir avanzando, pero llegó la persona menos indicada.

- Vaya. Miren a quien tenemos aquí - habló Guillermo con sarcasmo.

- ¿Qué es lo que quieres ahora? - le pregunté completamente enojada.

El me tiro una cachetada y dijo:

- ¡Eres una degenerada! ¡Por eso Isabela no quiso casarse conmigo! - habló el enojado.

Ignoré su comentario y me iba a ir, pero me agarro del brazo con fuerza, intente zafarme con todas mis fuerzas, hasta que llegó Luisa.

- ¡Deja a mí hermana en paz! - dijo mientras lo agarraba con fuerza.

En ese momento aproveche para salir corriendo y llegar a las afueras. Espero llegar pronto con Isabela.

Después de unos minutos corriendo llegue a las afueras y empece a caminar ya con algo de cansancio. Atravesé el bosque, y encontré una aldea. No lo dude ni un segundo y me dirigí hacia allí.

Cuando llegue me puse a dar vueltas, esperando encontrarla. Hasta que de pronto vi una cabellera que me resulta familiar. Seguí a la persona hasta que la vi.

Se trataba de Isabela, hablaba con otra chica de más o menos de mi edad. Me acerqué a ella.

- ¡Isabela! - grite esperando llamar su atención.

Ella me miró. Me acerqué corriendo a ella y la abracé, para después besarla en los labios.

- ¡Me alegra saber que te encuentras bien! - le dije.

- Yo también, mi mariposita - dijo mientras me abrazaba.

Narra Isabela.

Volvimos a casa de Lucía. Por el camino, Mirabel y yo íbamos agarradas de la mano mientras hablábamos entre las tres.

Llegamos a casa de Lucía. Mirabel y yo subimos a la habitación que la familia nos había asignado, mientras que Lucía iba a la plaza a comprar los alimentos para comer.

Estábamos sentadas en la cama mientras nos dábamos besos.

Por supuesto ya me enteré de que todo el pueblo ya sabía de nuestra relación, porque Mirabel ya me lo había contado todo. Las reacciones de la gente y como Guillermo la agarró, al principio me enojé muchísimo, pero al saber que Luisa la defendió me tranquilicé.

Por ahora, no es seguro volver a Encanto y no sé si podremos quedarnos aquí mucho tiempo.

Narra Dolores.

Me encontraba en la habitación de tío Bruno para ver una de sus visiones, tengo curiosidad por saber que ocurrirá con mis primas. Escuché como Guillermo insultaba a mi prima y le echaba la culpa de su fracaso, gracias a esto avisé a Luisa para que vaya a ayudar a Mirabel.

Pude ver la visión de Bruno y me tranquilicé. Espero que se cumpla

Eres mi florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora