Diez

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Narra Isabela.

El día que Mirabel me ha pedido ser su novia siempre lo recordaré como el día más feliz de toda mi vida.

De la familia lo sabían Dolores, Mariano, Camilo( estos dos se enteraron por Dolores) y Luisa.  De momento quiero mantenerlo en secreto con nuestros padres, tíos y por supuesto Abuela.

Ahora mismo me encontraba con mis primos en mi habitación dialogando sobre cuándo podríamos decirle a la familia sobre lo nuestro.

— ¿Cuándo podríamos decirle a la familia o al pueblo? — pregunto Luisa.

— Tendría que ser un momento cuando las cosas estén tranquilas — habló Camilo.

— Concuerdo contigo... hermanito — dijo Dolores con dificultad.

Miré a Dolores, me preocupaba mucho porque últimamente la empecé a sentir mareada y con muchísimas náuseas. ¿Qué le pasará? Me preguntaba continuamente.

— Prima... Creo que deberías ir con mi madre para que te cure con su comida — le aconsejó Luisa.

Dolores se levantó con ayuda de Camilo y fueron a buscar a mamá.

— ¿Qué le pasará? Lleva semanas así.

— Ni idea — hablaron Luisa y Mirabel al unísono.

Narra Guillermo.

Me encontraba ensayando lo que le diría a Isabela. La próxima fiesta del pueblo me confesaré de manera pública ante ella. Espero que me diga que sí.

Aunque últimamente la he notado bastante unida a Mirabel.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de mi hermana, que estaba parada en el marco de la puerta.

— Hermana, ¿Qué estás haciendo ahí?.

— Sólo pasaba por ahí... ¿De verdad le vas a pedir matrimonio a Isabela enfrente de todo el pueblo? — me preguntó mientras entraba a la habitación.

— ¡Claro que sí! Ya te he dicho que Isabela es mía y sólo mía.

— Pero ni siquiera sois pareja. ¿Creés que te va a dar el si? — me volvió a preguntar.

Mi hermana salió de mi habitación por orden de mi madre. Yo seguí prácticando la propuesta de matrimonio.

Todos en el pueblo felices con la fiesta, bailando, comiendo. E Isabela tan hermosa como siempre, me acerqué lentamente a ella y me arrodille frente a ella.

— Isabela, la más hermosa flor, ¿Quieres casarte conmigo? — le dije mientras abría la cajita donde se encontraba el anillo.

— ¡Sí! — habló ella toda ilusionada mientras el pueblo y su familia nos aplaudía.

Ese es mi sueño.

Mi sueño más deseado que pronto se hará realidad.

Eres mi florWhere stories live. Discover now