Tres

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Narra Mirabel.

Me encontraba jugando con los niños del pueblo junto con Camilo, él siempre cambiaba de forma y los hacía reír. Después de una tarde de risas, los niños se fueron con sus padres quiénes nos agradecieron por haber cuidado de los niños mientras trabajaban.

A lo lejos pude divisar a Isabela creando flores y decorando el pueblo, siempre se veía muy hermosa, es como si mi visión fuera en cámara lenta. También pude ver como un hombre se acercaba a cortejarla con un ramo de flores.

Me moleste por lo que ha pasado y decidí ignorar los celos que tenía. Realmente traté de concentrarme en lo que me decía Camilo pero siempre terminaba mirando de reojo a Isabela.

Odio admitirlo, pero a veces desearía tener el don de Dolores para escuchar más claramente esa conversación.

En eso Camilo llamó mi atención:

- Mirabel, ¿me estás escuchando? - dijo mi primo confundido.

- Sí... ¿Qué era lo que me decías? - pregunté con una sonrisa nerviosa.

- Has estado algo distraída y mirabas muchísimo a Isabela, demasiado diría yo - habló él.

- Es sólo que... - intenté buscar palabras para contestar lo que dijo mi primo.

Para mí buena suerte llegó Isabela, quién se puso al lado de Camilo.

- Menos mal que me he librado - dijo ella en su suspiro.

- ¿Quién era él? - pregunté intentando no sonar tan celosa.

- Se llama Guillermo, el es uno de los hijos de uno de los mejores comerciantes de este pueblo.

- ¿Los Rodríguez? - preguntó Camilo -. He oído hablar de ellos, ayudaron mucho a la abuela en demasiadas cosas antes de que mi madre recibiera su don.

- Y su padre quiere extender su comercio fuera de Encanto - explicó ella.

- ¿Y de qué hablaba contigo? - pregunté haciéndo el mínimo esfuerzo de tragarme los celos.

- Me pidió una cita para almorzar.

Pude ver cómo Camilo cambiaba de forma para ser Guillermo y cómo Isabela le tiró flores.

<<Esto no puede estar pasando>> pensé mientras me retiraba del lugar.

Eres mi florWhere stories live. Discover now