Acto 2

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¿Cuánto tiempo llevaba corriendo? No lo sabia, pero sus piernas si, y en cuanto empezó a trotar, estas le empezaron a doler. Eran las 3:00 de la mañana. No lo podía creer, había estado 20 minutos seguidos corriendo sin un rumbo fijo. -Muy bien rosita, si quieres sobrevivir vas a tener que buscar un trabajo, o al menos algo que te de comida...-. El peli-rosado comenzó a observar y analizar su entorno, era difícil distinguir algo con la baja luz de los faroles de la ciudad, pero al menos podía diferenciar las casas de las tiendas, y así, comenzó su búsqueda por un empleo temporal. El chico se acerco a una tienda de muebles y llamó a la puerta.- ¿Disculpen, buscan a un empleado?-. No recibió respuesta, así que partió rumbo a buscar otros lugares. -¿Hola? ¿Buscan a alguien?-. Cada intento parecía nulo, pero el no se dio por vencido. ¿Cuánto rato estuvo llamando a las puertas de las tiendas que encontraba? Ni siquiera el lo sabia. Después de bastante rato, se indignó y decidió sentarse en un banco cercano a una pizzería. -Maldita sea, llevo otros 20 minutos llamando a cada maldito puesto...-. -¿Por que nadie responde?-. -¿Tan demacrado me veo?-. Mientras luchaba con sus pensamientos, diviso un cartel de "Se busca empleado" en frente del dichoso banco. -"Eres un imbécil Félix"-. Se dijo a si mismo, mientras se levantaba a llamar a la puerta. -Muy bien, si aquí no hay nadie, me drogare hasta perder la conciencia-. Dicho esto, llamó a la puerta, y para su sorpresa, esta vez hubo respuesta. -¿Quien es?-. El chico quedo perplejo por segundos, pero recupero la compostura enseguida. -Ah si, esto... Vi su cartel, están buscando un empleado ¿No? a lo mejor podría-. Su discurso fue interrumpido cuando la puerta abrió de golpe. -Oh ¡Finalmente un empleado! ¡Me alegra que finalmente alguien se disponga a trabajar aquí!-. Félix hecho un paso hacia atrás mientras analizaba a la persona; Una chica de pelo amarillo con leves toques verdes teñidos en las puntas, llevaba una coleta hacia un lado y una sonrisa que parecía que había ganado la lotería siete veces el mismo día.

-Oh si, esto... Soy Félix, un... ¿gusto?

-¡El gusto es mío! por favor pasa, estamos abiertos 24 horas.

El chico no lo dudo, llevaba media hora buscando un maldito empleo, y finalmente le habían abierto la puerta. El lugar era espacioso, se notaba la falta de clientes, el interior estaba decorado con paredes moradas a rayas rojas y negras, algunas mesas, carteles de pizza y... ¿botes de basura?. Era un sitio extraño, pero eso no le importaba, el solo quería cobrar algo de dinero para poder seguir respirando. -Que... Acogedor-. Dijo Félix, guardándose toda la verdad para si mismo. -Oh lo se, es una pizzería algo vieja, no hace falta que guardes tus pensamientos-. Es como si le hubiera leído la mente, o esta chica era muy paciente, o realmente era sincera. -Muy bien Félix, te explicare un poco como van las cosas en este sitio-. El chico puso una mueca. -Pero no van a... ¿Pedirme papeles o-...?-. La chica lo interrumpió de inmediato. -¡Oh no te preocupes por eso! Llevamos meses buscando empleados, créeme que cualquiera que venga aquí será bienvenido tenga papeles o no-. La cara de Félix lo decía todo...

 La cara de Félix lo decía todo

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