Capítulo 04

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Estaba ahí, de pie a cinco metros de distancia de ellos, observando detenidamente a la acompañante de JungKook. No quitaba sus ojos de ella. La manera en cómo observaba a la muchacha le causó asco y un poco de miedo. La chica no dejaba de sonreír hermosamente producto de lo que su hermano le comentaba. Ambos estaban pasando un agradable momento y no se percataron de cierta mirada obsesionada y asquerosa hacía Saeron.

En el recinto cincuenta y uno de Seúl, Park se encontraba revisando algunos documentos del caso del psicópata. Estaba intranquilo. Algo en su mente no le permitía estar al cien por ciento en su trabajo. Bebió, al menos, unas tres tazas de café, pero seguía con un presentimiento extraño.

—La noche está demasiado silenciosa —comentó observando hacia afuera a través de la ventana junto a su escritorio—. Demasiado diría yo.

—¿Sigues preocupado? Y no me digas que no, porque llevas desde la mañana con ese rostro. ¿Qué te preocupa?

—Taem, ven —con su diestra lo llamó en un gesto. Su pareja, en ambos sentidos, se acercó, entrelazando su zurda con la mano ajena—. Tengo muchas ganas de regresar a casa y beber unas cervezas mientras nos acurrucamos el uno al otro.

—Me causa nerviosismo cuando te pones así. ¿Tiene que ver JungKook con tu preocupación?

—No hablemos de él, aunque parte de mi preocupación tiene que ver con él.

—Lo sé. Espero pronto vuelvas a verlo y así puedas hablar con él. Decirle lo que llevas guardado tantos años —miró a su alrededor, aunque sabía que a las una de la madrugada sólo ellos se encontraban en el recinto—. Estaré contigo, seguiré contigo en este proceso.

—Gracias Taem, es importante para mí que sigas a mi lado —besó la mano de su novio—. Revisaré una vez más la información y nos iremos a mi departamento.

—Genial —Lee se acercó al rostro de Park y besó su frente—. No te sobre esfuerces.

«¿Me odias por tardar en encontrarte? ¿Me recordarás de la misma manera de cuando fuimos niños? ¿Seguirás siendo MI dientes de ratón

No pudo evitar hacerse esas preguntas mientras leía el documento en sus manos.

A pesar de todos los años que han pasado, Jimin sigue recordando aquellos días de felicidad que tuvo en su hogar, porque sí, aquel lugar siempre sería su hogar. Dónde tuvo las sonrisas más sinceras e inocentes que una persona puede tener siendo un niño. Extrañaba jugar con su mejor amigo, con el chico que por primera vez lo llamó por un nombre, un nombre que le fue dado por la misma persona.

—¡Jimin! —lo llamó TaeMin desde su escritorio—. ¡Jimin, ven!

El nombrado rápidamente se levantó y dirigió hacia Lee. Éste había terminado una llamada telefónica, donde recibió una información importante.

—¿Qué sucede? ¿Por qué gritaste mi nombre?

—Lo han visto. Hwa Sa se ha encontrado con el psicópata.

—¿Qué? ¿Dónde?

—En el club de la familia Jeon. Tenemos que ir de infiltrados.

—Vamos.

Ambos abandonaron el recinto. Se dirigieron al departamento de TaeMin, el cual quedaba más cerca de su lugar de trabajo. Ambos llevaban trajes de vestimenta y llamarían mucho la atención en un club donde se va a divertir, por lo que se cambiarían por ropa cómoda. Algo más casual.

Jimin se puso unos jeans rasgados en las rodillas, una remera negra dos tallas más grandes que él, una chaqueta de cuero negro y su calzado. Mientras que TaeMin prefirió un jean ajustado en las piernas color azul, una remera blanca y su chaqueta a juego con la de Park y su calzado deportivo.

HYYH (JiKook)On viuen les histories. Descobreix ara