Capítulo 4

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 O sí... Se despertó en medio de clase gracias a un codazo de Zack.

—¡Eh! Dormilón ya ha terminado la clase —le dijo Zack burlón.

—Joder, ¿me he quedado dormido en clase? —reaccionó Jimin alarmado mirando a su alrededor, mientras todos sus compañeros recogían sus cosas.

—Sí, pero no te preocupes, nadie notaba que estabas en el híper sueño —le aseguró riéndose.

Salieron fuera de clase, Jimin parecía un zombi, pero eso no le hacía menos irresistible. Según caminaba por el pasillo le preguntaban sobre su aventura en comisaría, de la cual tenía que hablar de forma natural y confiada.

—Bueno fue una gilipollez, me tomaron declaraciones y me dejaron salir, lo de siempre —dijo con una sonrisa a un grupo de chicas.

Todos le felicitaron por su fiesta, su plan había dado resultado, con algunos contratiempos, pero satisfactoriamente. Entraron en la clase de literatura inglesa, que posiblemente fuera la clase más aburrida del mundo, le costaría aguantar aquella hora entera, deseaba tanto ir a casa y poder dormir... Entonces como si de una patada en el estómago se tratase, vio que en la pizarra ponía nada más y nada menos que "EXAMEN SORPRESA" en letras grandes. No podían haber elegido peor momento. Se sentó en una mesa al lado de la ventana, con un poco de suerte Marta Foster, la empollona y delegada de la clase podría chivarle alguna pregunta. Cuando todos se sentaron Jimin echó una mirada alrededor del aula, no había ni rastro del inútil de Jeon Jungkook. En ese momento le entregaron el examen, que constaba de veinte preguntas, tras leerlas todas lentamente descubrió que ni Marta Foster podía sacarle de esta.

Tras acabar el examen salió de clase desolado, seguido por Vince y Zack, este último dando brincos detrás de él.

—Pues mi examen ha sido de un cero, ¿y a ti como te ha salido? —dijo Zack como si tal cosa.

— ¿Bromeas? Después de estar de fiesta toda la noche, ¿cómo puñetas crees que me ha salido? —le contestó irritado.

—Bueno, no te preocupes, siempre se puede remediar —dijo Zack riéndose.

—Joder, y una mierda, tengo que tener todo aprobado o no me aceptarán en la jodida universidad que quiero —dijo Jimin preocupado.

— ¿Harás lo de siempre entonces? —preguntó Vince curioso.

—Supongo que sí —respondió Jimin.

Si a Jimin le salía mal un examen, contaba con un plan B. Holly, una secretaria, que tenía la llave de la sala de profesores. Tenía veintiséis años, pero en ella no se percibía ni pizca de juventud, era poco agraciada, algo rechoncha, llevaba unas horribles gafas de pasta y mejor no mencionar su pelo grasiento. Pero su dulzura e ingenuidad le hacía débil ante los encantos masculinos, sobre todo de tipos como Jimin, que llevaban la seducción en la sangre. Unas pocas palabras bonitas, unas cuantas sonrisas y ciertos gestos como acariciarle el pelo, hacían que le dejara la llave sin más a cambio. Se dirigió a buscarla en horas de clase, para encontrar la sala vacía. Después entraría, buscaría la carpeta y su examen, y respondería a las preguntas que le faltaban. Antes de buscar a Holly vio que la puerta de la sala de profesores estaba entreabierta, algo extraño ya que siempre la cerraban. Se asomó ligeramente, y vislumbró una figura que estaba revisando en los archivadores. Se inclinó un poco más a través del marco de la puerta, y al ver al intruso se dio cuenta de que le era familiar, en cuanto le reconoció sintió una mezcla de alivio y fastidio. Entró en la habitación cerrando la puerta.

—Vaya, así que esta es la razón por la que apruebas a pesar de tu estupidez — dijo Jimin sobresaltando a Jungkook—. ¿Te tiras a Holly a cambio de la llave? Qué triste eres, Jeon... —dijo cogiendo la llave que estaba sobre el archivador.

Jungkook no podía haber tenido peor suerte, ser descubierto por Park Jimin, al que no podría convencer de su inocencia, ni persuadirlo para que no le delatara.

—Algunos con decir las palabras adecuadas conseguimos todo lo que nos proponemos, Piolín —le dijo conservando la calma elocuentemente.

Recordó la ausencia de Jungkook en el examen, supuso que al enterarse de que hubo un control decidió venir a hacerlo e incluir el suyo. Jimin no sabía qué hacer, no tenía mucho más tiempo, debía seguir con el plan, pero no debería hacerlo delante de él. Aunque al parecer estaban en igualdad de condiciones, no le delataría ya que él también saldría perjudicado. Se rió y le dijo a Jungkook:

—En cualquier caso, estamos en la misma situación, si tú no me delatas, yo no lo haré.

— ¿Cómo? ¿Acaso el inteligente y aplicado Park Jimin va a hacer trampas con un examen? —dijo Jungkook sarcástico.

—Cállate, y métete en tus asuntos —respondió Jimin y se puso a buscar su examen.

Cogieron cada uno el suyo y Jimin escribió las respuestas que había consultado, el tiempo jugaba en su contra por lo que lo hizo lo más rápido posible. Estaban ya guardando los exámenes en el archivador cuando escucharon pasos. Rápidamente Jungkook entró en un pequeño cuartito de escobas, casi tan pequeño como un armario, que había al otro lado de la habitación, Jimin sin saber qué otra cosa hacer le siguió y se escondió junto a él.

—¡Mierda, mierda! —maldijo Jungkook.

—¡Calla, imbécil! —le dijo Jimin nervioso, poniéndole un dedo en sus labios.

Jungkook se quedó mirando extrañado el dedo. Jimin agudizó el odio para oír que ocurría al otro lado del armario. Parecía que había dos personas, no podía estar seguro, escuchó la cafetera. Pensó aliviado que no se quedarían mucho tiempo ya que la siguiente clase comenzaría en unos minutos, sería un pequeño descanso antes de la próxima sesión. El espacio era tan reducido que Jimin apoyó su mano en la pared continua a Jungkook para no perder el equilibrio. Estaban muy próximos el uno al otro, si Jimin giraba la cabeza sus narices podían chocar. Estaban en silencio, solo se escuchaba la respiración de ambos. Jimin miró los labios de Jungkook, se movían débilmente al ritmo de su respiración nerviosa. Jungkook tenía el corazón latiendo con fuerza, debido a la cercanía de Jimin. En ese momento el mundo se paró, solo existían ellos dos. Jungkook sentía el aliento cálido de Jimin en su boca, sentía la necesidad de moverse hacia delante, pero estaba congelado. Jimin solo se movió un milímetro y sus labios rozaron los de Jungkook, sin hacer ningún movimiento, solo un roce. Ninguno se apartó al tacto, Jimin se movió lentamente, deslizando sus labios, como una danza, un juego tentativo que llamaba al beso, pero que nunca llegaba. Los labios de Jimin se precipitaron y envolvieron lentamente la boca de Jungkook, muy despacio. Jungkook respondió al beso, era un beso lento, sin prisa, calculando cada movimiento, pisando con pie seguro. Sus mentes estaban en blanco, estaban como en un hechizo. El sueño se desvaneció cuando se sobresaltaron con el timbre de la siguiente clase. Los habitantes de la sala salieron. Jungkook y Jimin separaron sus labios, mirándose anonadados con los ojos muy abiertos. Jungkook automáticamente empujó a Jimin y salió de allí lo más rápido que pudo. Jimin se quedó paralizado con la cara desencajada. Su mente le obligó a reaccionar, tenía que salir de ahí antes de que le vieran escondido. Salió al pasillo y sus pies le llevaron hasta la salida principal.

enemies to lovers [Jm + Jk] EDITANDO...Where stories live. Discover now