8. Acepto...

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Los días pasaban y cada uno era más mortificante y horrible, aunque Mina diera su mejor esfuerzo para que te mantuvieras tranquila y feliz, nada daba resultado, tu misma te mortificabas por todo lo que le dijiste a Katsuki.

Importaba una mierda lo que te haya dicho él, o como te sintieras en estos momentos, todo lo habías provocado tú y tus malditos sentimientos. No hay nada que puedas hacer que este a tu alcance, a menos que pueda hacer magia y deshacer todo lo que hiciste.

Pensándolo bien, ese sería un buen plan, quitando el hecho de que es imposible, no deja de ser un posibilidad. Soltaste un pequeña risa.

-¡Te lo dije!- Gritó Mina.
-¿Mande?- Preguntaste.

Últimamente te sumerges tanto en tus propios pensamientos que no prestas atención a lo que sucede alrededor.

-Te dije que te haría reír- Afirmó.
-Ah, si claro, me has hecho reír- Contestaste.

Aunque no hubiera sido ella, en algo te ha ayudado y no pierdes nada en hacerla feliz un momento.

-Que felicidad- Dijo -Ven, ven vamos a comer, tu mamá cocina delicioso- Añadió jalándote de la cama.
-Bien- Contestaste.

Llegaron al comedor, tu madre estaba acabando de servir la comida, así que se sentaron a comer mientras hacías unirán esfuerzo por sonreír, no querías preocupar a tu madre.

-Mañana es la boda- Comentó Mina.
-¿De verdad? Que hermoso- Respondió tu madre.
-Si... es muy bueno- Trataste de incorporarte a la conversación.
-Claro cielo, casarse es algo muy lindo- Te respondió.
-Si madre- Respondiste.
-Tienen que descansar muy bien las 2 para el viaje de mañana- Dijo tu madre.
-Eso haremos- Expresaste.

Terminaron de comer, Mina y tú regresaron tu cuarto, Mina trataba de calmar tus ¿Nervios? No, no era eso, era tu preocupación y tu culpa al cagarla todo.

Poco a poco fue anocheciendo, Mina se despidió para dejarte descansar, mañana sería el día más importante de tu vida. Conseguiste conciliar el sueño.

Empezaba a amanecer y Mina te empujaba para lograr despertarte.

-¿Puedes detenerte?- Preguntaste.
-Si te levantas me detendré- Respondió.
-Bien... me levantare, pero deja de sacudirme- Respondiste -No se por qué te emociona tanto, si ya sabes toda la verdad- Añadiste con desesperanza.
-Lo sé, lo sé, pero puede que ustedes dos arreglen las cosas- Dijo.
-Claro, si yo desapareciera de su vida- Respondiste.
-Bueno, levántate que hoy te casas mujer- Dijo.
-Bien, pero ya vete- Respondiste.

Mina dejó de sacudirte y se fue, con fastidio te levantaste de la cama a tomar una ducha, te vestiste con un vestido largo y rojo, tenías que llevar algo sencillo ya que en el reino de Bakugou sería en donde te prepararían bien para la boda. Llegaste a las afueras del castillo, donde ya estaba un carruaje esperándote a llevarte a tu boda, dentro estaba Mina esperándote, subiste y emprendieron viaje hacia el otro reino.

El viaje y las preparaciones de la boda te parecían un suplicio, un castigo por como te portaste con él, como fuiste tan idiota al ponerte a tí en primer lugar y no a él. ¿Por qué tenias que ser tan egoísta? ¿Por qué pensar siempre en tí, y cuando la cagas pones a todos primero? ¿Por qué eres tan idiota, tan imbécil, tan tonta? ¿Por qué tenías que amarlo a él? ¿Por qué te lastimas de esa forma?

Importaba un carajo, lo hecho hecho está y no hay nada que puedas hacer, a menos que hacer algo sea desaparecer de este mundo, lo que significaría morirte, pero no quieres morir, quieres que te amen y que te protejan, que te digan un "Te amo" "Eres suficiente y por eso te amo" Pero no mereces eso.

Llegaron al reino, rápidamente se dirigieron a la habitación en la que te hospedabas anteriormente para empezar a arreglarte, en todo el proceso no dejabas de pensar en Bakugou y en ese día, en donde todo se fue a la mierda, en done todo se derrumbó.

Unas 3 horas después, la gente que te preparaba ya iban terminando, lograste verte en un espejo, pocas veces te habías visto así de bonita. La señora que había cosido el vestido entró a la habitación para ponerte el vestido.

Estabas lista para casarte, pero aún faltaban unos minutos para que empezara la boda, por su odio mutuo no pudieron practicar la boda, y siendo sincera, si sentías nervios, cagarla ahora significaría que toda la verdad saliera a la luz y todo por lo que habías batallado se iría a la mierda.

Mina entró a la habitación diciéndote que la boda esta a punto de empezar, te guió hacia la boda, donde tu padre estaba esperándote para llevarte al altar, mientras te acercabas al altar se te revolvía el estomago, ¿De qué? No lo sabes, es una mezcla de emociones, felicidad, tristeza, remordimiento, odio, todo dentro de tí. Tu padre termino de guiarte al altar y se retiró, el sacerdote empezaba a citar versículos religiosos, luchabas para que tus ojos no se llenaran de lágrimas.

-Yo Katsuki Bakugou te desposo y prometo serte siempre fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y así, amarte y respetarte por el resto de tu vida- Bakugou citó sus votos.

Al oír esas palabras sentías un dolor dentro de tí, el no te amaba y se estaban casando, estaba prometiendo amarte cuando no lo hacia, lo estabas encadenando a tí.

-Yo ___ Sasaki te desposo y prometo serte siempre fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y así, amarte y respetarte por el resto de tu vida- Respondiste.

-Príncipe Bakugou ¿Acepta a la Princesa Sasaki como su esposa?- Preguntó el Sacerdote.
-Acepto- Respondió desganado.
-Princesa Sasaki ¿Acepta al Príncipe Bakugou como su esposo?- Te preguntó.
-Yo... Acepto- Respondiste.
-Los declaro marido y mujer- Dijo el sacerdote.

Bakugou levantó la vista hacía ti, se acerco y te besó, por un momento sentiste un alivio, el cual desapareció al instante, cuando recordaste que no te amaba, que lo habías herido, que te odiaba.

Todos estaban llenos de euforia al verlos juntos ya como esposos, la celebración comenzó, se esforzaban para estar juntos y parecer felices con su matrimonio. Llegaba la hora del vals de los novios, Bakugou cogió tu mano, los músicos tocaban una muy hermosa melodía, empezaron a bailar, no lograste resistir tus lágrimas.

-Deja de llorar, se darán cuenta- Te susurró.

No podías dirigirle la palabra, ni siquiera tenias el valor de verlo a los ojos.

-¿Por qué lloras? Tu misma dijiste que preferías morir que casarte conmigo, ¿Qué es lo que tanto te duele?- Te preguntó.

Buena pregunta, ¿Qué era lo que tanto te dolía? Te negabas a afrontar la verdad, te dolía que él te confesara que no te amaba, te dolía que recordara tus palabras, te dolía amarlo.

-Si tanto te pesa el matrimonio mátate, mátate si no quieres estar conmigo- Te susurró.

No, morías de ganas de estar casada con el.

-Ya deja de llorar, acaba el vals y la celebración se acaba ya- Susurró.

Lograste dejar de llorar y seguir con el vals, cuando lo terminaron Bakugou volvió a besarte, todos gritaban de alegría.

-Les agradezco hayan podido asistir a nuestra boda, con mucho gusto pueden empezar a retirarse, nosotros como recién casados tenemos mucho más que celebrar, en privado ¡Gracias!- Bakugou dió el anuncio.

La gente empezaba a retirarse y ustedes entraron al palacio.

-Bien, llora todo lo que quieras aquí- Te dijo apartando su mano de tu cintura -En 10 minutos te quiero fuera- Añadió.
-¿Cómo?- Preguntaste.
-Como lo oíste, que la luna de miel se valla al carajo, mientras mas tiempo estés lejos de mi, mejor- Dijo.
-Pero ¿Dónde iré?- Preguntaste.
-Con tus padres, no soy estúpido como para soltarte en el bosque, estarás una semana en tu reino- Respondió.
-¿Y mis padres?- Preguntaste.
-Les di la excusa más idiota, necesitas sacar todas tus cosas de tu reino para traerlas acá, después de eso tendremos nuestra luna de miel- Dijo mientras se retiraba.

Como la habías cagado, la habías cagado en grande, no te quería cerca, te repudiaba, te destetaba y todo era tu puta culpa.

Mi unico Príncipe//Bakugou y Tu//Where stories live. Discover now