Capítulo 6: Retirada

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-¡Vamos, deprisa!- nos susurra Elijah, acompañado de un gesto con la mano.

Moviéndonos con el mayor sigilo posible, seguimos los pasos de la alumna fugitiva. Nuestros cuerpos se ocultan detrás de los muros, matojos y todo lo que pueda hacernos pasar desapercibidos ante Camila.

-Creo que no deberíamos hacer esto- murmura Emma, agachada a mi lado.

-¿Ahora te das cuenta?- digo al respecto, con un tono sátiro.

De repente, nuestro amigo, que va unos pies más adelante, se vuelve hacia nosotras y se pone el dedo índice en los labios. Captamos su advertencia y nos tragamos las palabras. El objetivo tuerce la calle inesperadamente, cruzando un paso de peatones, quedando nosotros a su lado derecho. Al pensar que seguiría recto, nos hemos escondido en la tapia opuesta a su localización, por lo que, al pasar, hemos permanecido completamente descubiertos a su vista. Milagrosamente, Camila ha dedicado toda su atención al teléfono, ignorando nuestra presencia.

-Me cago en la hostia- dejo ir en un suspiro, aún nerviosa por el imprevisto.

-Ha faltado poco- añade mi mejor amiga.

-Dejad las conversaciones para luego y moved el culo- interfiere el chico, avanzando ágilmente.

-Eres un capullo integral- le cuchicheo.

-Me lo tomaré como un halago- sonríe él.

-Yo paso- interrumpe Emma, levantándose.

Pero Elijah alcanza su brazo y tira de él.

-No puedes irte ahora- le dice el joven.

-Puedo si me sale del coño- le ruge ella, deshaciéndose de su agarre-, y además debo irme.

-¿Adónde?- le pregunto yo.

-A mi trabajo nocturno.

-Sí, a estas horas de la mañana- vacila Eli.

-Me han concretado una pequeña reunión a las tres- explica.

-Ajá- comenta nuestro amigo, cruzándose de brazos.

-Deja que se vaya- digo a Elijah.

-De acuerdo, muy bien- concluye el chico, y seguidamente se marcha sin más.

Emma y yo nos alzamos lentamente. Nuestras miradas se chocan, diciéndose nada entre ellas. Entonces, sus ojos apuntan un poco más a mi izquierda, haciendo que mi cabeza se gire involuntariamente para ver detrás de mí. Camila, alejada de nuestra posición, tuerce en una esquina y desaparece.

-Lo siento, Riley, me voy- se despide mi amiga, y a continuación también desaparece.

Me quedo sola. Respiro calmadamente y decido ir a casa, así que me voy a la parada del bus y me subo al que me deja cerca de mi alojamiento. Pero de repente, lo recuerdo.

-Mierda, el coche- maldigo en un hilo de voz.

(Por determinar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora