Descubrimos a un chico de cabellos áureos, con gafas y ojos verde oliva. No hay por qué preocuparse.
-Elijah, ¿eres gilipollas?- le dice Emma al infiltrado.
Elijah es otro amigo nuestro. Siempre vamos los tres juntos como las ancianas de Las Chicas de Oro.
-Qué cabrón- añado, riendo.
-Lo siento, lo siento. ¿Pero es eso verdad?- abre los ojos como platos.
-Cierra la boca, pequeño ángel, no querrás pasar a la acera del demonio- sonríe mi mejor amiga.
-Ya sabes que soy una tumba, cariño- responde el otro.
-No ladres tanto, que luego te muerdes la lengua y sangras de hipocresía- suplemento yo, arqueando una ceja.
-Decía la zorra- me vacila él, bromeando pero yendo en serio.
-Me enorgullece que me lo digas porque lo soy- le hago una mueca y me agarro una nalga, provocando su falsa ira.
-Normal, tienes el mejor culo de toda la clase- y me aprieta el culo amistosamente.
-¿Y yo qué?- se cela Emma, frunciendo el ceño.
-A ver, gírate- le ordeno.
Ella me obedece y lo compruebo tocándoselo, pero mi mano se pone traviesa y se mete por debajo de la falda.
-¿Era necesario?- reacciona, riendo silenciosamente.
-Como siempre dicen: ver para creer- agrega Elijah, encogiéndose de hombros.
-Exacto- reafirmo su frase.
Nos tronchamos a la vez.
-Por cierto, ¿cómo es que no estás en clase?- cuestiono.
-Pues la verdad es que os he visto huir y he pensado "Anda mira, ¡se van al bar sin mí!"- interpreta de manera irónica
-Y nos has seguido- termino su frase.
-Eso mismo- resopla él.
-Eli, ya sabes que siempre te avisamos cuando planeamos una quedada- le dice Emma.
-Lo sé, por eso luego he pensado que posiblemente se tratase de algo importante y quería mantenerme informado.
-Oh, por supuesto, no sea que se te escape el cotilleo y no puedas añadirlo a la prensa local- vacilo yo.
-¿Acaso lo dudabas?- me sigue el rollo el joven.
-En absoluto, Morrison- le hago saber.
-Bueno, guapos, me veo obligada a decir que debemos regresar a clase- interfiere mi mejor amiga, cruzando los brazos.
-Te veo entusiasmada por tragarte dos horas de filosofía con el señor Jefferson- me enrollo.
-¿Tenéis dos horas con él?- se descojona el de gafas.
-Mierda, no me acordaba- la expresión facial de Emma da un giro totalmente opuesto.
-¿No os apetece pasaros por "la madriguera"?- propongo a los chicos.
-Claro, caminamos una hora y listo- bromea el mozo.
Entonces, meto mi mano en el bolsillo de la mochila y saco las llaves de mi coche. Bueno, el coche de mi padre.
-Haberlo dicho antes- sonríe.
-Pues no hay más que hablar- impone mi mejor amiga.
Y nos levantamos para dirigirnos al coche.
YOU ARE READING
(Por determinar)
Teen FictionEstados Unidos es un país donde negocios como el tráfico de drogas, la venta de armas o la prostitución no alarman demasiado a sus habitantes y, además, se practican con frecuencia. Riley Hanks, una joven de diecisiete años, está en proceso de acaba...