— Lárgate de aquí, yo me encargaré de ella. — El alfa le dio la orden y el beta obedeció sin protestar.

El alfa la miró de arriba abajo.

— Así que eres la Reina — Novel frunció el ceño.

— ¿Me conoces? — Preguntó mientras se retorcía para liberarse sin éxito.

— El aroma de tu alfa predomina en ti.

— ¿Cómo sabes que me dice Reina?

— Cualquiera que quería obtener información sobre Conner sabrá que él te llama su Reina. — Se acercó un poco más hacia ella — No te preocupes ahora, eres una prisionera muy valiosa para mí. No dejaré que nadie vuelva a lastimarte. — Su mirada se oscureció. — Por ahora.

(...)

Gabel se la llevó a la fuerza y la empujó en una habitación. Austria desesperada encontró una ventana y corrió hacia ella.

Rompió la ventana para tratar de huir, pero en cuanto la quebró, su cuerpo fue lanzado con fuerza e ira al suelo. — ¡Ah! — Soltó un quejido de dolor cuando cayó en el duro suelo.

Mientras se recuperaba del fuerte impacto, su pie fue jalado y la arrastraron por el piso, pegó un pequeño respingón con su voz. Rasguñaba el piso para tratar de que no le estirara por la pierna, pero fue un acto en vano.

La habitación donde la habían metido estaba inundada por las feromonas de Gabel.

Austria se sofocó — Ahh! — Trató de buscar aire limpio — No puedo respirar... No tolero el olor... — Su respiración era tan entrecortada que pareciera que estuviera teniendo un ataque de asma.

Gabel la levantó del suelo y estampó su cabeza contra la pared — Acostumbrate, será lo único que respirarás. — Su naríz acarició el cuello de la mujer y su rostro se desfiguró al sentir ese olor — Yo tampoco tolero ese nauseabundo hedor que emana de ti... — Olfateó más profundo y la rabia terminó de consumirlo, apretó los dientes — Y también plantó su semilla en ti. — De un arrebato de ira, volvió a estampar la cabeza de Austria contra la pared. — ¡No tolero que huelas a él! — Gabel aún mantenía su mano sobre la cabeza de Austria.

Sin embargo, Austria no tenía miedo, por el contrario su rostro estaba contorsionado por la ira. Su semblante estaba tan arrugado que parecería que se quedaría así para siempre. Trató de reunir fuerza de dónde no tenía y aún así giró su cuerpo para poder darle un duro codazo en la cara.

Cuando se liberó de él intentó correr para huir. Pero apenas dio tres pasos, sus piernas flaquearon y se tambaleó antes de que la empujarán al suelo.

La jaló de los pies nuevamente y se subió encima de ella. Antes de que Gabel diera el primer golpe, ella trató de tumbarlo para el otro lado, pero ya no tenía fuerza en la cadera. Intentó golpearlo en la cara, pero sus brazos parecían fideos. El olor le impedía controlar la fuerza de su cuerpo.

Un puñetazo se estampó contra su cara con suma violencia, y luego otro y otro, su rostro giraba de lado a lado por el terrible impacto mientras era golpeada.

Ese aroma a otro macho lo odio — Luego de dejar de golpearla, observó su vientre. La boca de Austria estaba empapada por su sangre, su nariz rota y sus ojos se habían hinchado y enrojecido, su rostro estaba desfigurado por la cruda violencia recibida. Tosió y escupió sangre. Las garras de Gabel se colocaron sobre su vientre — No tendrás el hijo de otro hombre — Apenas terminó de pronunciar esas terroríficas palabras; sus afiladas garras penetraron la piel de Austria y se retorcieron cruelmente dentro de ella.

— ¡AHHHHHHH! — Su voz se desgarró del dolor. Era incapaz de sentir el ardor en la garganta, ese mínimo dolor era reemplazado por las garras de Gabel, que la soltaban y volvían a entrar en su cuerpo retorciéndose y estrujandola sin piedad. Austria empezó a sollozar del dolor. Las lágrimas inundaban sus ojos y se derramaban por sus mejillas continuamente. El dolor era demasiado agonizante. — ¡Pa-para! ¡Yo no pu-puedo t-ener hijos! — Le rogó en un tembloroso llanto.

Además de tener el aroma de otro, también eres inservible. — Gabel sacó las garras del cuerpo de Austria. Y esperó hasta que sus heridas terminaran de sanar, pero sin soltarla y sin alejarse de ella.

Luego volteó su cuerpo con brutalidad y le apartó el cabello de la nuca — ¿Qué estás haciendo? — Austria sintió su aliento caliente y la piel de su cuerpo se erizó por completo. Por primera vez estaba sintiendo miedo. Un miedo inimaginable que nunca sintió en vida. — ¡NO! ¡NO LO HAGAS! ¡NO LO HAGAS! ¡QUÍTATE DE MÍ! ¡QUÍTATE DE MÍ! ¡QUE TE QUITES...! — Sus colmillos se clavaron en su nuca, mordió fuerte y profundo. Austria lloró sin consuelo. — ...De mi... Sniff Sniff... — Gabel la marcó como suya.

Ahora no podrás estar con nadie que no sea yo... — La soltó y volvió a voltear su cuerpo — No me importa que seas infertíl, ahora me perteneces solo a mi. ¡Olvídate del otro!

"Daryl...". Pensar en él le dolía, porque no sabía si estaba vivo o no. Quería verlo y estar bajo sus brazos, sentir el cariño de su amado esposo, pero eso era solo un sueño. Ahora esta era su cruel realidad.

Ya no era miedo lo que ella sentía, el terror la consumó cuando Gabel se desabrochó el pantalón — ¡NO! ¡NO QUIERO! ¡ALÉJATE! ¡ALÉJATE DE MÍ! ¡NO ME TOQUES! ¡NO ME TOQUES! — Su respiración entrecortada se tornó cada vez más agitada, le costaba respirar. No tenía fuerzas, no sabía como liberarse para escapar, no sabía como pelear. Su mente estaba bloqueada por el miedo, el terror y el pavor. Todas esas emociones desfiguraron su rostro. Sus gritos de agonía destrozaban su garganta ¡AHHH! ¡NOO! ¡DÉJAME! POR FAVOR déjame... — Rogó la última palabra bajando su tono y llorando muerta de la desesperación volvió a gritar hasta dañarse las cuerdas vocales — ¡DÉJAME! ¡AAHH! — Sus brazos luchaban sin fuerza y torpemente detenía a Gabel, quien volvió a golpearla.

¡Quedate quieta!

— ¡NO! — Débil aún así Austria no se dejaría, haría todo lo posible para escapar de él.

Por primera vez en su vida se había dejado consumir por el pavor. Desesperada buscó como loca algo que pudiera agarrar para golpearlo, y encontró vidrio de la ventana que anteriormente había roto con su cuerpo. Tomó un pedazo de vidrio apresurada y se lo clavó en el ojo a Gabel. En cuanto tuvo la milésima de segundos para escapar lo hizo y salió debajo de él.

Trató de levantarse y correr, cuando estaba tratando de llegar a la ventana y salir por allí, la jalaron del cabello arrojándola fuertemente contra el suelo nuevamente. Gabel sacó una especie de inyección de su ropa, y se la clavó sin dudar.

Era una droga paralizante. Rápidamente su cuerpo dejó de moverse, apenas respiraba, su rostro se había quedado paralizado, tenía la boca abierta en una mueca de dolor, sus cejas estaban fruncidas, en su rostro estaba grabado el horrible terror — No quería tener que paralizarte, pero no me dejaste de otra. — Acarició su mejilla mucho más calmado mientras ella mantenía el cuerpo inmóvil en contra de su voluntad.

Luego la penetró.

Quería gritar, quería luchar, quería escapar... Quería que Daryl la salvara... Que apareciera de la nada y la rescatara.

Pero aunque quería todo eso, ni mover los ojos podía. Y solo se quedó mirando un punto fijo en la pared, mientras una desgarradora lágrima caía de sus ojos.

No podía hacer nada y su cuerpo estaba aceptandolo aunque ella no quisiera y lo despreciara. El asqueroso toque de otro hombre que no era su esposo... Era repugnante.

Todo el tiempo que estuvo paralizada, las lágrimas continuaron cayendo de su estático rostro en agonía...

Le perteneces al Alpha Where stories live. Discover now