Trató de llorar abrazando su cuerpo, pero no podía tocarlo, sus manos temblaban cada vez que se acercaba. Estaba horrorizado por el dolor.

(...)

Matt había ido a la celda de Mio para darle el antídoto, ella estaba despierta y muy agresiva. Un guardia tuvo que abrir la reja y Matt debió entrar con rapidez para que Mio no saliera.

Mio... — La nombró con dolor desde su corazón.

Le dolía verla así. Ella trató de atacarlo, pero Matt fue más rápido viendo sus movimientos y la sujetó por detrás apretándola contra su pecho. Luego la empujó contra la pared y la sostuvo allí. Con una mano la jaló del cabello hacia abajo provocando que elevara la barbilla y con la otra le puso el cuenco en la boca.

Tenía su cuerpo apretado contra la pared con el de él y debido a que su cuello estaba alto se vio obligada a beber el líquido. Una vez que que acabó. Matt continúo apretándola con sus brazos hasta que el antídoto hiciera efecto.

De repente luego de unos minutos Mio le acarició el brazo como pudo. Ella se había recuperado.

Él agachó su cabeza contra su hombro. — Me alegro que ahora estes bien. — La soltó y le dedicó una cálida mirada — Vamos a casa Mio... — Ella asintió y le tomó la mano.

(...)

El joven Magnus había despertado y estaba muy violento dentro de la celda.

Reina y Conner se miraron angustiados antes de entrar a la celda. Cuando el guardia abrió la reja, el primero en entrar fue su padre. Quien lo embistió y posteriormente lo sujetó desde atrás rodeando su cuerpo con un brazo y con el otro le jaló la cabeza para atrás.

Su madre entró con el cuenco y le dio de deber el jugo.

Conner sostuvo a su hijo hasta que finalmente logró calmarse.

— Mi amor... — Suspiró con un gran alivio su madre, mientras se echó encima de él para abrazarlo. Besó su cabeza, luego su mejilla, luego su frente, más tarde la otra mejilla, después su nariz y volvió a besar su frente.

— Ya mamá, detente, me asfixias — Dijo sofocado Magnus. Él intentaba escapar de los besos de su madre a toda costa.

Cuando su madre lo dejó de besar. Conner su padre cayó de rodillas ante Magnus y con los ojos apunto de romper en lágrimas por la alegría de que su hijo volviera a estar normal — Hijo... — Lo abrazó demostrándole un gran afecto. — Ah Magnus, ya estás bien hijo... — Acarició su cabeza.

Prontamente los recuerdos fueron llegando a la cabeza de Magnus y comenzó a sollozar mientras abrazaba a su padre. Luego miró a su madre y llorando le pidió perdón — Mami... — Secó la lagrima que caía sobre su mejilla — Perdón mami, no quería lastimarte...

Compartiendo el mismo sentimiento que su esposo, a Reina se le humedecieron los ojos — No te preocupes mi amor — Acarició su mejilla para consolarlo — Lo único que me importa es que estás bien. — Volvió a abrazarlo y Conner los abrazó a ambos juntos.

(...)

Austria había entrado en la celda de Daryl, el efecto del sedante ya había pasado, pero lo volvieron a sedar, por eso estaba inconsciente. Ella se inclinó sobre su cuerpo y bebió un sorbo del antídoto que tenía en un cuenco, para luego pasárselo de su boca a la de Daryl. Y así continúo hasta que todo el líquido del cuenco desapareció. Ella lo levantó y recargó parte de su cuerpo sobre el de ella, uno de los brazos de su esposo estaba cruzado por encima de sus hombros. Ella lo llevó nuevamente hasta su casa.

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