Capítulo 30: Querida esposa

Start from the beginning
                                    

—Mi pene solo es tuyo

¡Estocada!

—Haremos una secta entrera de pequeños

¡Estocada!

—¿Entendido?

Wei Ying asintió rápidamente con su rostro acalorado

Las embestidas del Líder nuevamente se hicieron brutales, cuidando de no meter todo su pene en el interior de su esposa. Su ultimo gramo de racionalidad le había gruñido recordando que tenia que controlarse. Aunque antes dijo que lo metería todo, decidió dejarlo para otra ocasión. Así que solo se limito en dar estocadas profundas un par de veces

Las piernas de A-Ying fueron movidas hacia un lado. Sintiendo próximamente un fuerte escozor en su trasero.

—¡Ahg! ¡Que!

La figura de una mano comenzó a dibujarse en su trasero de melocotón maduro. Complaciendo mucho a Wen Ruohan

—Contesta esposa

Wei Ying se las arreglo para poder dar una respuesta mientras estaba siendo presionado tan fuertemente.

La mente brumosa de Wei Ying, se dejo hacer de su esposo.

Después de un tiempo sintió como su cuerpo era rodeado por túnicas y ser levantado de la mesa. Los ojos somnolientos de Madame Wen alcanzaron a ver que habían salido de las aguas termales, y observando el cielo. Podía darse cuenta que había pasado un par de horas. Horas que su pequeña flor fue tomada bruscamente.

No sintió cuando había llegado a la habitación. Su mente se despejo cuando fue dejado en la suave cama con calientitas sabanas. En ese momento se permitió cerrar sus ojos para descansar. Su cuerpo húmedo siendo secado tiernamente, las manos grandes y cálidas de su esposo acariciando sus piernas... subiendo por hasta sus muslos y hasta su...

¡¿Que?!

¡Mi cereza!

Inmediatamente Wei Ying abrió los ojos escandalizados

¡De ninguna manera!

¡¿Mi cereza será comida nuevamente?!

—¡Wen Ruohan!

—Mi señora— dijo con fingida inocencia mientras abría descaradamente las piernas de Wei Ying, revelando ese lugar goteando aun de un líquido acuoso —¿Creíste que podrías dormir?

Wei Ying le miro temerosamente —¡Ya no más!

—Mi dulce esposa... no puedo calmarme aun— para demostrárselo, tomo una pierna de A-Ying, haciendo que su pie toque su duro pene oculto entre las túnicas húmedas que tomo al salir de las aguas termales.

Wei Ying pudo sentir la dureza.

Seria un día largo, pero aun con su cuerpo flácido presionó su pie en ese duro pilar, logrando que su esposo soltara un jadeo

—Esposa... ¿Podemos?

Wei Ying presionó con más firmeza, sacándole gruñidos a la bestia de su esposo

—Esposa permíteme hacerlo ¿Sí?

Dejo de presionar el pilar, para moverlo de arriba hacia abajo estimulando aun más a su señor

—¡Esposa!

Sin soportar más, el Wen sostuvo el delicado pie de A-Ying para evitar que siguiera frotándolo

—¡Prometo dejarte descansar una semana!— le dio una mirada suplicante

Wei Ying accedió.

Wen Ruohan sentía que podía ascender.

El sol de QishanWen☀️Where stories live. Discover now