Bonus

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"Mi nombre es Lena Luthor, pero puedes llamarme Lee. ¿Cómo te llamas, hermosa?"
 
  
 
Tenía que estar imaginando esto, ¿verdad? 

Quiero decir, Lena no puede estar sentada aquí a mi lado, luciendo tan caliente y ruda como un héroe de acción, dándome esa sonrisa que derrite las bragas y esa voz tan suave como la seda. 

Seguramente, había llevado mi imaginación demasiado lejos, o había bebido demasiado. 

Bebí un sorbo de sangría. 

Los ardientes ojos esmeralda de Lena me evaluaron desde arriba del borde de su vaso. 

Dos pueden jugar un juego. 

"No hablo con extraños" le dije. 

"Oh, vamos. Déjame invitarte una bebida al menos". Ella continuó.

Estaba actuando mucho al no parecer desesperada, pero todo lo que quería hacer era acurrucarme en su regazo y tener su boca sobre la mía. Incluso pensar en eso, hizo que mis rodillas se debilitaran. 

"Tengo novia" le informé y esperé su reacción.
Para ver la sorpresa en su rostro o incluso la decepción, pero ella solo sonrió como lo astuta que era. 

"¿De verdad?" preguntó, sonriendo. "Suertuda, bueno, es una lástima porque todavía estoy soltera".

"Ahora que sabes que tengo novia, ¿qué tal si vas y molestas a alguien más?" dije tomando un sorbo de mi bebida.

En lugar de sentirse insultada como lo haría cualquier persona normalmente, se acercó a mí. 

Podía oler el olor abrumador de almizcle y lavanda, era demasiado adictivo. Eso no había cambiado en ella, pero ahora tenía una apariencia más relajada.
Sentí la necesidad de pasar mis dedos por su espeso cabello.

"Solo quiero seguir molestándote hasta que finalmente te rindas" Susurró cerca de mi oído y eso puso la piel de gallina en mi cuerpo.

Se había quitado la chaqueta de cuero y ahora podía ver la camiseta negra que llevaba debajo, dejando sus brazos descubiertos. Ni su delicioso cuerpo ni su sexy sonrisa me iban a distraer esta noche.

Me había dejado sola durante seis meses, ¿esperaba una fiesta de "bienvenida a casa"? 

"¿Podrías dejarme en paz por favor?" pregunté. 

Cuando en verdad no quería que se fuera, ¡como siempre! Pero prefiero comer hierba recién cortada del césped que admitirlo. 

"Te daré cinco segundos para que te vayas, cariño. Si no lo haces, te llevaré a un salón privado como una mujer de las cavernas y luego no podrás decir que no".

"Escucha..."

"Cinco..."

Tomé un sorbo de mi bebida.

"Cuatro... -

"Tres..."

Me quedé sentada allí mismo, sin mover un músculo.

"Dos. Uno" Se rió. "Has tomado tu decisión".

Sus fuertes brazos pasaron por debajo de mis rodillas y el otro alrededor de mis hombros, me llevó al estilo nupcial hacia los salones. Las cabezas se volvieron y algunas personas nos vitorearon mientras se abría paso entre la multitud conmigo en sus brazos.

Finalmente, me llevó a un salón mucho más privado, un salón VIP precisamente, que era relativamente más pequeño que en el que había celebrado mi fiesta. Este tenía una cabina curva en la esquina en la que ambos podíamos relajarnos y hablar.

Mental Asylum (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora