La unión hace la fuerza; preocupaciones, confesiones y protección.

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Narra Elizabeth:
Estaba comenzando a despertarme, fragmentos de lo que había sucedido hace poco comenzaron a llegarme de golpe, "¡Esto no puede ser!... Bueno lo único que me alegra es que los chicos se encuentran bien y pude salvarlos" pensé entre preocupada y alterada. Al darme cuenta estaba en una especie de almacén, atada de las muñecas y tobillos a una silla, intenté hacer fuerza para liberarme pero era caso nulo, seguía débil, traté de saber en donde estaba, pero nada se me hacía conocido, creí que me enviarían al puerto donde llevaban a los chicos en la serie pero parece que no. Por segunda vez traté de zafarme de mis ataduras hasta que escucho una pequeña voz.
-Ya no lo intente señorita Elizabeth, intentamos de todo pero no logramos ningún método para liberarnos o liberarte- escuche a Megumi algo desanimada.
-¿Kaori, Megumi?- pregunto sorprendida, noté que estaban a unos cuantos metros más adelante de mí- ¡¿Están bien?, ¿El desgraciado de Marik les hizo algo?!- pregunto preocupada.
-No te preocupes pequeña, estamos bien- me dice Kaori del mismo modo que su hija.
-Señorita Elizabeth, esto fué mi culpa, yo le dije a ese hombre del supresor pero me amenazó con lastimar a mi mami de no hacerlo, lo lamento mucho-me dice la niña al borde de las lágrimas, ésta acción me dolió; siempre me ha gustado el estar rodeada de niños y me partía el alma verlos llorar, le dí una cálida sonrisa, ya que, la pequeña solo protegía a su madre que es completamente humana.
-No tienes de que disculparte linda, yo hubiera hecho lo mismo en tu lugar, además es a causa mía que estén metidas en este problema, yo soy la que debe disculparse- digo con la mirada baja.
-¡Pero nos protegíste, mi padre no conocía esta clase de hechizo y de no haber sido por tí no hubiéramos sabido que nos haría ese hombre!- me dice la niña dándome ánimos.
-Mi hija tiene razón Liz, nos salvaste a ambas, te lo agradecemos- me dice con una pequeña sonrisa la mujer.
-Sé que mi hermano, mis amigos y Raiden ya se dieron cuenta de lo ocurrido y están buscándonos... Les prometo que saldremos de ésta ilesas- les digo con algo de confianza, pero todo se fué al carajo cuando la persona que menos quería ver entró al lugar...
-Yo en tu lugar no haría promesas que no pueda cumplir, presiosa- escuchamos la voz de Marik, solo lo miré con ira y resentimiento.
-¡Tú!, ¡Déjalas ir, ya me tienes a mí, deja que se vayan con Raiden!- le digo enojada.
-Yo creo que no, querida- dice burlón mientras se acerca a mí y me toma de la barbilla- Ellas serán una lección para el traidor de su querido Raiden, aunque me alegra que estés aquí- me dice y rodea la silla en la que estoy sentada- Una dulce joya con el poder de cambiar el destino, un poder envidiable pero desperdiciado por una chica que busca y creé en la bondad y el amor- se ríe con sorna- ¡Patético!, ¡Cuando podrías ganar poder y el control de la humanidad con todo ese poder, lo gastas para protegerlos!- finaliza quedando frente a mi con una sonrisa maligna.
-Ya me cansé de decirlo, para mí... ¡Mi familia y amigos son lo más importante, no me importa lo que me ocurra, si es posible éste poder lo usaré para proteger a la humanidad, eso no cambiará ni ahora ni nunca!- le digo entre dientes, molesta.
-Eres terca, eso es algo que me gusta pero a la vez me cansa querida me sorprende ese gran poder que tienes, el que seas una guerrera angelical no me lo esperaba para nada,- me dice Marik con burla "¿ Cómo se enteró que soy una guerrera angelical?" Pensé preocupada- ¿Qué es ese poder no lo sabía este Maat?,¿Acaso le guardas secretos a tu querido hermano?,¿Porque no dejas ese estúpido instinto de protección y te unes a mí?- me dice con esa maldita sonrisa qué me provoca en querer matarlo a golpes.
-¡Déjala en paz, es solo una niña!- dice Kaori preocupada y asustada.
-¡Lo mejor es que no te metas mujer, esto es entre chica y yo!- le dijo el egipcio a la chica mientras con su centro, le enviaba una onda expansiva lanzándola contra una pared.
-¡Mamá!- exclama la niña asustada, mientras acerca a su madre que está en el suelo.
-¡Marik, déjala, ellas no tienen nada que ver en esto!, ¡Ya te lo dije si vas a hacer algo, hazlo conmigo pero no metas a terceros en algo que nos concierne a nosotros dos!- le digo preocupada por ambas chicas.
-Al parecer ya aceptaste tu destino y sabes que ahora ya nadie te va a poder salvar, así que hagamos esto por las buenas- dice mientras acerca su cerro a mi frente. Esperaba que la predicción que había hecho anteriormente funcionará ahora cómo lo hizo con ambas chicas, una parte de mí estaba asustada.
-¡No le hagas nada por favor!- suplico la niña asustada, por mí. El chico no la escuchó, del cetro surgió una luz muy intensa que hasta cierto punto me cegó, sentí qué algo hurgaba en mi mente pero una barrera se interpuso entre la magia del cetro impidiendo que el control mental se apodera de mí.
-¡¿Pero qué...?!- exclamó sorprendido y molesto. Sentí el calor del hechizo que había puesto en mi alma y una luz tenue se colaba a través de mi blusa lo cual, no pasó desapercibido por Marik, se colocó detrás de mí y destapó una parte de mi prenda dejando al descubierto el pequeño tatuaje de la flor de loto que se encontraba en mi espalda, estaba sorprendido pero más que nada, molesto; una parte de mí se alegraba el saber de eso, sabía que por el momento estaba a salvo de algún intento por controlarme de su parte. -¿Cómo lo hiciste?, nadie ha podido bloquear el poder del Cetro del Milenio y ésta ha sido la tercera vez que lo has hecho- me dice con cierta ira de su parte.
-Te lo dije siempre estaré un paso adelante de ti, ¿Creés que dejaría que me controlaras tan fácil?, ¿Qué me sometería ante tí?, pues te equivocaste, hice lo necesario para mantenerme a salvo y ni siquiera pienses en hacerles algo a los amigos de Yugi ya que también los tengo protegidos al igual que los hermanos Kaiba.Así que nada de lo que hagas te servirá- le digo con determinación.
-Hay maneras para someter a una persona querida, pero primero voy a conseguir las cartas de los dioses egipcios. Espero que estés preparada porque una vez que acabe con tu querido faraón no tendrás nada para que luchar y estarás bajo mi servicio- me dice Marik, haciendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
-¡Eso está por verse maldito!- él solo dio una risa malévola y salió del lugar. Volteé a ver a las chicas que tenía enfrente con preocupación no sabía lo que tenía planeado éste Marik solo quedaba esperar.
-¡Chicos sigan las señales por favor, pero tengan mucho cuidado!- susurré algo preocupada.

Dentro de Yu-Gi-Oh: Cambiando la historiaWhere stories live. Discover now