𝐇𝐈𝐉𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙Ó𝐍 [𝙼𝙴𝚂𝚂𝙸𝙲𝙷𝙾𝙰]

𝐀𝐫𝐞 𝐰𝐞 𝐭𝐨𝐨 𝐲𝐨𝐮𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐭𝐡𝐢𝐬?

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"Emi vamos a ser papás."

Era la frase que retumbaba en su mente, miraba incrédulo el pequeño vientre que se formaba en el cuerpo de su novio, aquello sentenciaba su destino. Sentía que no se podía mover ante la impotencia, ambos solo eran un par de adolescentes de 17 años ¿Qué harían con un bebé?

Un par de niños cuidando de uno más pequeño.

Lionel temblaba ante el silencio de su novio, sus ojos se encontraban repletos de lágrimas. Deseaba que solo fuera un mal sueño, que nada de ésto estuviera pasando.

— ¿Emi ?

— No.

Los pequeños pedazos de su corazón roto caían en silencio, no podía evitar sollozar. Todo era muy confuso para él, no tenía nada ni nadie con quién contar en estos momentos.

Sus padres no dudaron en echarlo a la calle al notar el pequeño vientre que se comenzó a formar hace un par de meses atrás. Creyó que si lo escondía al padre de su hijo el problema desaparecería pero no era así, le costaba bastante encontrar las palabras y poder enfrentar el problema.

No quería hacer esto solo.

— ¡No Lionel, nos jodiste el futuro! ¿Qué les voy a decir a mis padres?

— Emi por favor, no tengo a dónde ir y no puedo hacer esto yo solo. —

Sentía su voz romperse ante cada palabra que soltaba, no esperaba un cuento de hadas o una solución tan fácil como en los libros que solía leer.

— ¡ Hubieras pensado en las consecuencias antes de hacerme ésto! Ni siquiera somos adultos, lo siento Lionel pero no cuentas conmigo. —

Emiliano le lanzó un par de billetes a la cara antes de cerrar la puerta de un fuerte azote. La humillación que sentía no la podía explicar, con la poca dignidad que le quedaba tomó los billetes que estaban en el suelo era poco pero junto con sus ahorros podría conseguir al menos un lugar en donde dormir por esa noche.

¿No era demasiado joven para ésto?

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Pasó el tiempo y pronto se acercaba el fin de su segundo trimestre, su vientre ya era más notorio junto con los constantes dolores en su espalda baja.

Se sentía miserable.

Aunque no lo quisiera aceptar, el rostro del padre de su hijo atormentaba su mente, era como una amarga melodía llena de nostalgia. De vez en cuando miraba las fotos que tenían juntos, recordando cada momento que disfrutó a su lado.

Debía seguir adelante, pero sentía que estaba perdido en un profundo océano mientras cantaba una amarga melodía que le recordaba a él.

Todo era un paraíso oscuro en su mente.

Nunca trató de culpar a su bebé de todo lo que pasaba, fue duro al principio y continuaba de la misma manera. Se mantenía de pie solo por él, su empleo de tiempo completo acababa con la poca energía que su cuerpo poseía, pese a todo su esfuerzo constantemente el dinero faltaba.

Su abuela a escondidas le mandaba un poco de dinero, siempre acompañado de una notita recordando que él siempre será el mejor del mundo ante cualquier circunstancia.

A veces se sentía culpable de no poder cumplir con los caprichos de su niño, los antojos eran insoportables pero no podía arriesgarse a salir completamente solo en medio de la noche.