10: Eres una mala gemela!

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Narrado por Leah:

-¡Me tienen hasta la coronilla!- mire divertida a Ann mientras se aparecía en la sala con su pijama el cual hizo que Ethan abriera sus ojos... Estaba segura de que el pobre necesitaba un cubo para la baba.

-Lo esta volviendo loco- susurro Cam, su aliento a menta fuerte choco contra mi piel causando un escalofrío... Algo que mi hermana no paso por alto.

La muy perra no pasaba nada por alto...

-¿Ahora que sucede dulce Leah?- vi como ella arqueo la ceja antes de cruzarse de brazos.

-Yo puedo ser dulce con muchas personas pero no lo seré con estos idiotas o contigo, ¿entendido?- lo pensé un momento y mordí mi labio...

Podíamos hacer un trato, ¿verdad? Otro trato

-Vale, haremos esto- vi como ella me prestaba atención, sabia que no replicaría- Tu seras una perra con ellos pero yo podre ser una dulzura, siempre y cuando sea solo con ellos y contigo- ella mordió su labio dudosa...

Un gesto que no tardo en calentar a Ethan.

-Vale, es un trato justo cuando yo puedo ser una perra con ellos- no pude evitar sonreír, los primos Collins no paraban de estudiarnos- Ahora, ¿me harías el favor de buscar unas toallas en tu armario? Las mías las deje en tu lugar la ultima vez.

Tenía mucha pereza y realmente, no querría moverme.

-¿Tanto te cuesta ir?- ella le resto importancia con los hombros- Tienes un trasero haragán- Ethan río y le guiño un ojo, por su parte mi gemela solo los rodó y le dio la espalda.

Toda una inmadura.

-¿Solo lo harías? Prometo no joderte por el resto de la noche- no lo pensé ni un segundo, no todos los días ella prometía este tipo de cosas.

Así que me acerque a ella y deje un sonoro beso en su mejilla para ver como sonreía.

-Eres una mala gemela- bromee, no tarde en subir con un rápido trote las escaleras y avanzar el pasillo hasta mi habitación.

Allí respire tranquila, no lo admitía pero la presencia se Cameron tan cerca de mi me causaba nervios fatales, que digo fatales....¡eran catastróficos! Estaba pendiente de forma constante para ver que hacía y de si me prestaba atención. Se volvía agotador.

Tome aire y avance hasta mi armario, allí lo abrí y mire que todas las toallas estaban en el estante más alto...al cual ni en mis mejores sueños llegaría.

Maldecí en pequeños murmullos mientras salia del closet y de la habitación, allí me arrime hasta la escalera y mire a los chicos.

-¿Alguno podría venir a ayudarme? Mi estúpida gemela dejo unas toallas en un estante al cual ninguna de las dos llegamos- vi a Ann reírse antes de que Cameron me sonriera y comenzará a subir las escaleras.

-Venga, yo puedo ayudarte- me guiño un ojo cuando me apunto con uno de sus dedos a su primo y mi hermana, estaban compartiendo una conversación en susurros.- Lo mejor es dejarlos solos.

-Tienes razón, ahora ven así me alcanzas la toalla de Leah.

No protesto, dejo que lo comenzara a empujar en dirección a la habitación y antes de entrar se volteo con una hermosa sonrisa mientras subía y bajaba sus cejas de forma coqueta.

Largue una carcajada antes de empujarlo dentro y tirar de el hasta el closet, una vez allí le señale la torre de toallas.

-Tiene que ser alguna de esas- asintió con su cabeza justo cuando el comenzaba a bajar algunas toallas.

-¿Estas?- revise las toallas turquesas y negué con mi cabeza.

-No, estas son las mías...¿pero que...?- no pude terminar de hablar cuando sentí unas risas y la puerta cerrarse...

Ya imaginaba que ella se vengaría.

Avance hasta la puerta del dormitorio y tire de esta con fuerza, sin embargo no cedió de ninguna manera..

Joder, ¡iba a matarla! Esa chica es jodidamente vengativa y yo lo sabía mejor que nadie, no debería haberme despistado ni un segundo.

-¡Revisa las ventanas! Tiene que haber dejado abierto el ventanal - lo vi apresurarse hacia donde yo le había indicado, de todas maneras sabia que mi gemela no es para nada idiota.

Esta era su forma de venganza, encerrarme con el chico que mas me había atraído hasta ahora.

Que condenada perra.

-Cerrada- respondió cuando vio que ninguna de las ventanas podían abrirse- ¿Acaso tienen llave?.

-Si- comente con un suspiro- si lo notas es una enorme puerta de cristal que da al balcón, es obvio que tiene cerradura y la condenada se llevo la llave.

Casi en el momento me di cuenta lo brusca que había sido.

-Hey, que yo no he hecho nada- sabía que tenia razón, estaba llevando mi enojo hacia el cuando era una víctima de su primo al igual que yo era la víctima de mi hermana.

¡Esos dos son dinamitas!

-Vale, lo siento - dije con un suspiro- al menos nos encerró en una habitación que tiene dos camas- el rascó su nuca nervioso así que no tarde en voltear a observar las camas para saber que sucedía.

Mierda.

...

¡La perra se había llevado las sabanas de su cama! ¡Las colchas! ¡Todo! Solo quedaban las cosas en mi cama.

-No no no, tienen que estar las colchas de repuesto en el closet- corrí allí y me encontré con que ella también se había encargado de eso.

¿Acaso pensaba en todo?¿Cómo podía ser tan astuta?

La iba a matar, a ella y a su jodido cerebro.

Volví rendida a la habitación para ver como se había lanzado muy confiado a mi cama.

Genial, ahora también tenia que ver sus músculos tensionados.

Santa mierda, ¿las mujeres también necesitamos una ducha de agua fría?

-Se llevo las colchas- comunique- Y yo creo necesitar un baño- lo vi sonreír de costado antes de asentir y colocar sus brazos detrás de su cabeza.

Joder, quiero mi ducha ya mismo.

-Vale, después de todo tendremos que dormir aquí... Juntos. No iré a ninguna parte ni aunque pudiera.

Vale, el chico sabia que palabras adecuadas debía decir.

-Esos dos me las pagaran- Murmuré, el por su parte de coloco de pie y comenzó a caminar hacia mi.

Tenía que correr al baño ya mismo pero estaba paralizada.

Sus manos fueron a mi cintura y susurro sobre mi rostro, mirando fijamente mis labios.

-Esos dos tendrán un momento privado y nosotros también....ellos se unirán contra nosotros, caerán en su propio juego.- asentí, demasiado concentrada en recordarme que necesitaba escapar del tornado de emociones que provocaba Cameron Collins en mi.

-Vale, necesito una ducha- se río y antes de que pudiera decir algo sus labios hicieron un rápido y mínimo contacto con los mios.

Nada mas, solo un leve contacto que me hizo sentir que podía caerme en cualquier momento.

-Necesito una ducha- me aparte de el mientras sentía mi rostro arder, el me guiño un ojo antes de preguntarme.

-¿Necesitas ayuda? Ya sabes, puedo ser bueno en enjabonar- mi boca se abrió inevitablemente- No me pones las cosas fáciles, Ann.

-Ya- no dije mas nada, entre en el closet y saque mi toalla y ropa antes de encerrarme en el baño y pasar seguro.

Que noche mas complicada.

Two worlds collideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora