Capitulo 29

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Me paso las manos sudorosas por los pantalones tras el juicio. Tris mato a Will, pero es comprensible, Will estaba bajo la simulacion y la iba a matar a ella. Christina no parece comprenderlo y le esta haciendo el vacio. Estoy sentada sobre una repisa de la ventana en la habitacion de osados. Entre los dedos sostengo el cuarto cigarrillo de la tarde. Lynn me mira desde el fondo de la habitacion y cada vez que enciendo un cigarrillo me fulmina con la mirada. El cenicero que sostengo con mano temblorosa se vuelca y lo consigo agarrar por los pies, pero la ceniza le cae en la cabeza a un Abnegado que corria por la calle. Tengo ganas de reirme de el, pero me es imposible.

-¿Aun te gusta? -Pregunta Marlene deteas de mi

-Si -Digo mirando la vaya

-Juega contigo, pareces tonta

- El problema no es que juega conmigo. El problema es que me daña y me cura. En que me transforma locura en cordura. En que me saca del psiquiatrico y por eso me desquicio. Porque haga lo que haga, siempre es mi vicio

-Comprendo -Dice con tono apagado

Y de nuevo, abro la cajetilla saco un cigarrillo lo enciendo y me lo meto entre los labios.
Una hora despues me levanto de la repisa y camino titubeante al vestibulo principal, a buscarle, soy una suicida. Me desespero en cuanto Uriah me ve alcanzar la puerta de la sede de Verdad. Estoy dispuesta a irme, igual que hicieron Tori y Zeke esta mañana, con la excusa de que esta Osadia esta mal y que prefieren la de Max. Agarro la manilla de la fragil puerta y tiro de ella hacia mi.

-¡Eh! -Grita Uriah a mi espalda- ¿A donde vas?

No respondo, no soy yo la que camina ahora mismo, solamente me muevo. Uriah, el cual me mira atonito desde el pasillo comienza a caminar hacia mi, entonces, yo corro. Corro por las calles hasta que llego a un pequeño edificio cerca de cordialidad, no se por que pero me muevo hasta aqui. Veo una patrulla osada caminar por los alrededores de cordialidad y me escondo. Me pongo tras un arbol y respiro agitadamente hasta que algo engancha mi brazo. Me giro, y veo lo mas preciado y odiado para mi. Eric. Me tapa la boca con una mano y me mira a los ojos. "Me va a matar" pienso "Ahora mismo, voy a morir". Eric pasa au otra mano por mi mejilla y me sorprendo con el acto. ¿No me va a matar? ¿Aun me quiere? Se pone un dedo en la boca para indicarme que guarde silencio y aparta su mano. Mira a nuestro alrededor para comprobar que no hay nadie y, en efecto, no hay nadie.

-Lice... -Murmura acariciando de nuevo mi cara

-Ni Lice ni ostias, me intentaste matar dos veces -Digo en un tono elevado-. Tres si contamos la del tren el dia de la eleccion

-Y podria hacerlo ahora mismo si no te callas

Guardo silencio y cruzo los brazos a la altura de mi pecho. Tuerzo la cadera a un lado y lo miro discrepante.

-Te he hechado de menos -Dice atrayendome hacia el por la cintura-. Mucho de menos

Nuestras caderas se tocan y mi pecho encuentra su abdomen. Su respiracion se tranquiliza sobre mi cabeza y noto el latido de su corazon contra mi oido. Me revuelvo cuando me abraza y, cuando estoy lo suficientemente lejos de el, lo miro a los ojos.

-¿De que vas? -Pregunto riendo- ¿Primero me intentas matar y ahora me amas?

-La gente comete errores querida -Dice acortando nuestra distancia a la de un centimetro-. Errores muy tontos

Eric me besa y yo no me niego, paso la mano por su pecho y hago una pequeña presion para que se separe.

-Errores de gilipollas -Digo mirandome los pies

-Errores de gilipollas -Repite el

Me rio levemente y, cuando me vuelve a besar, cierro los ojos. Cuando cierro los ojos veo las caras de mis padres y, entonces, me separo de Eric lo que me permiten sus brazos que me estan agarrando. Vuelvo a mirar a nuestro al rededor, pero estamos tan dentro del bosque que nadie nos veria.

-Max mato a mi familia -Digo al borde de las lagrimas

-Lo se, creeme que lo se

Vuelve a mis labios y paso las manos por su pelo. Eric carga conmigo y yo paso mis piernas al rededor de su cintura. Me lleva a un edificio abandonado al lado del bosque y me sube por las escaleras al caballito, me rio cuando alcanzamos la cima del edificio, pues el ya esta exhausto. Eric me tumba en el suelo y el se mantiene sobre mi cuerpo con las manos apoyadas a ambos lados de mi cuerpo

-Te he echado de menos -Dice pasando su mano por mi tripa

-Yo tambien señor Asesino -Digo riendo

¿Pero que cojones haces? Casi te mata gilipollas, ¿casi te mata y ahora decides que lo amas? Si es que cada dia se nota mas que te afecta el tabaco.

-Te parece bien si... -Dice poniendo su mano bajo mi camiseta

-Si señor Despiadado

-De acuerdo señora Despiadada

No eres tan cruel || DivergenteWhere stories live. Discover now