Capitulo 9

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Me levanto sobresaltada por una pesadilla y miro la hora en el reloj de pulsera. Las 5:28 de la mañana. Me siento en el colchon y considero el ducharme, podria hacerlo ya que, si pongo el grifo flojo no se escucharia mucho, pero caminar hasta la ducha implicaria tropezar un par de veces y probocar ruido lo cual podria despertar a mis compañeros. Me da igual el ruido. Camino despacio y con una camiseta limpia hasta las duchas. Abro despacio el grifo y, cuando ya he retirado mi ropa, me pongo debajo. Hace tanto tiempo que no me ducho en condiciones, creo recordar que la ultima vez que lo hice fue el dia de la eleccion, a partir de entonces han sido todo duchas de maximo 2 minutos y medio vestida.
Me seco con una de las toallas que estan dobladas en el suelo. La oscuridad me absorbe mientras me visto asi que no me preocupo por que me vean, ya que no sabrian reconocer que soy yo y aparte, ¿Que mas dara? Todos somos humanos.

Cuando dan las seis salgo de la habitacion dejando la puerta un poco abierta ya que al cerrarla del todo resonaria lo suficiente para despertar a alguien, se que no me deberia de importar que se despertaran pero tengo un presentimiento. Un mal presentimiento.
Camino hasta el pozo y me siento al lado del abismo, en el mismo sitio donde casi me tiro la ultima vez. Vuelvo a reconsiderar la idea del suicidio. Me recordarian como una valiente y acabaria con toda la presion acumulada. Cuelgo las piernas de la barandilla dejando el cuerpo apoyado en uno de los palos que la sostiene, un leve empujon me haria caer al vacio. Echo mi cuerpo hacia delante dejando asi solo la parte inferior de la espalda y el culo por detro de la barandilla. El abismo es tan pequeño y a la vez tan grande, es enorme, es una distancia que te podria matar de un golpe, sin embargo, es tan pequeño como un paso, un paso que te puede llevar a la muerte.
Recuerdo el moraton a la mitad de mi costado y me levanto un poco la camiseta. Es del tamaño de mi mano abierta y tiene un color morado que me recuerda a la berenjena rellena que hacian los sabados en cordialidad. Lo toco un par de veces y me doy cuenta de que si hundo un poco mas el dedo rodeo mi costilla. He adelgazado MUCHO estos dias. Recuerdo el "sueño" y descubro que no era ni un sueño ni una pesadilla, era un recuerdo. El recuerdo de mi hermano callendo a los pies de Eric y la mirada vacia de este. Su mirada vacia que a la vez estaba llena de odio hacia Jeanine por obligarlo, o quizas odio hacia mi hermano por ser divergente. Sea lo que sea fue horrible. La sangre callendo por su cabeza, el agujero de bala... y lo peor... Que yo fui la unica que se acerco corriendo. Aun puedo recordarlo
"Alec! Alec despierta!" Fueron las ultimas palabras que mi hermano escucho, o espero que escuchara. Suelto unas lagrimas seguidas de sollozos ahogados. Lo hecho demenos. Su eleccion habia sido Osadía. Sin embargo, el no esta aqui.

-Lo hago -Digo sin percatarme

Y si digo que lo hago lo hago. Me balanceo un par de veces, a delante y atras, adelante y atras, cuando estoy segura de lo que voy a hacer saco las manos del borde de la piedra y las pongo delante de mi. Me voy a tirar. Vuelvo a balancerame otras dos veces decidiendome si lo voy a hacer o no. ¿Que voy a perder? Me recordaran como una heroina. Oigo pasos por el puente que esta a escasos metros de mi y veo pasar una figura. Viene hacia aqui. Me tengo que apresurar.

-Trasladada -Dice Cuatro a modo de saludo cusndo pasa por detras de mi

No mr hace preguntas y eso me agrada a la vez que me incomoda. Es extraño pero alentador. Es como cuando te comes por primera vez un limon. Esta amargo pero tiene una textura perfecta. Lo se, no es el mejor ejemplo, pero al menos es un ejemplo. Cuatro avanza unos metros y se da la vuelta, sigue caminando en cuanto me ve mirarlo. Se reune con Zeke y Shauna que estan en el fondo del pasillo de mi izquierda y los tres juntos se van. Vuelvo a reconsiderar el tirarme, por decimo novena vez digo que si. Pero antes de hacerlo algo me saca de mis pensamientos. Alguien tiene su mano en mi espalda. Esta tirando de mi camiseta hacia dentro.

-Te dije que no queriamos mas suicidios. -Dice Eric con una sonrisa- Ven conmigo

Mierda pienso mientras camino detras de el. Tengo las piernas rojas y arañadas de estar sentada en el borde del abismo pero eso no me preocupa. No me va a colgar del abismo por que tecnicamente ya estaba pero seguramente lo que haga sea torturarme hasta que pida clemencia.
Entramos a un pasillo con paredes oscuras. Es uno de los pasillos mas profundos, nunca he estado aqui. Miro al techo y no encuentro ninguna camara, me he acostumbrado a hacerlo, no quiero parecer debil. Eric se para un metro mas adelante que yo y apoya la mano en la puerta que tengo delante.

-Las damas primero -Dice empujando la puerta

Entro notando su mirada en mi espalda, a la altura de la V9 y la V8. No necesito mirar hacia atras, se que me esta mirando hay, lo se por que su cabeza marca ese punto cuando la lleva gacha, claro, como soy pequeña.

-Nunca pense que llegaria a decirte esto a ti, especialmente a ti. -Comienzo a decir- Pero... ¿Que cojones hacemos aqui?

Eric pasa una mano por encima de mi hombro dejandome entre la pared y el.

-¿Hacemos lo que yo mande de acuerdo?

Puedo ver como se le mueve el piercing de la ceja y, sinceramente, me gusta.

No eres tan cruel || DivergenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora