Prólogo.

62 9 7
                                    


Toda mi vida quise un romance cliché, de esos que uno muere de amor por la ternura que despiden los personajes, o enojo por un triángulo amoroso cuyo resultado no gustó, porque no se hizo canon tu shipp, o lo que sea. Un amor digno de contarle a tus nietos, hijos. Una anécdota de alguna juntada de amigos para avergonzar un poco al otro o dar envidia de tan hermosa historia. Algo. Pero no. Ya llevo 24 años de vida y nada. Ni un solo romance para dejar en la memoria de mí vida, todas relaciones que se fueron sin pena ni gloria. Otra frase que quede mejor no encuentro. Fueron lindas relaciones, no me mal interpreten. Pero no especiales. Tan comunes, se dieron como ir a comprar la comida del día, como cepillarse los dientes, normal, aburrido. Y la mayoría con momentos tan malos, tóxicos, desamorados, tantas cicatrices dejadas que hicieron que no me abriera a nadie más. Que tenga cara de apático todo el tiempo, que no quiera más relaciones en la vida. Será mejor que deje de quejarme y lloriquear penas que no tienen solución. Tengo que terminar de despertar y no llegar tarde ¿a dónde? A la universidad ¿a dónde más? Soy un desastre, duermo mal, como mal, pero aun así estoy bien de salud.

Resumiré quien soy en pocos datos: Mí nombre es Theo ¿por qué? Quisiera saberlo, soy todo menos un creyente. Tengo 24 años, pero deje de crecer físicamente a los 16 y jamás me desarrolle, quedé enano, mido 1,55 CM, tan bajo como una chica bajita, los apodos jamás terminaban. Tengo pelo corto pero largo, es corto para atarlo, pero largo para tenerlo suelto. Oscuro, pero no negro, algo así como castaño oscuro. Piel pálida, odio tomar sol, me pongo rojo. Tengo algunas pecas en la cara, y muchos lunares en el cuerpo, seguro tengo todas las constelaciones por ahí. Mis ojos son casi negros, es lo que más me gusta, es un color poco común, más raro que los colores claros. Hago deporte. Mí favorito y el que más práctico es vóley, soy libero, por así decir soy la defensa, quien debe evitar que caiga la pelota de nuestro lado lo más posible, hago fútbol de vez en cuando, pero solo para desarrollar resistencia y velocidad. No soy popular. Onda, en la universidad la gente va a estudiar. Va, los que pasan del primer año van a estudiar. Muchos vienen a hacer sociales, experimentar el ambiente y. Desvarío, notarán que me voy por las ramas al hablar y mucho. Hablando de desviarme del tema ¿en que estaba? ¡Ah sí! Estoy llegando a la estación del tren de mí ciudad, es una ciudad chica y no tiene universidades, si muchos terciarios y carreras, pero nada muy llamativo. También hay una línea de colectivos que me deja en la universidad, pero el tren es "gratis" por así decir, no hay molinetes ni guardias, también el tren está medio viejo y anda lento, otra razón por la que no se cobra boleto y menos de acá a la universidad, saben que somos pobres y no podemos pagar todos los días el boleto. No sé si me ofende o me beneficia.
Bueno me fui por las ramas para variar, estoy con mis auriculares a todo volumen, si sé que no es recomendable, pero bueno, el tren está lleno de gente joven que va a la universidad y gente más adulta que va a trabajar a las ciudades cercanas que tienen fábricas y esas cosas. No hablo con nadie más que un simple saludo cordial de gente que conozco de la ciudad, educado si, amigable no.
Rogué que en la universidad me pasará algo interesante, algún romance, alguien especial. Y bueno, conocí gente, una que otra pareja pero más de lo mismo: "no sirvo para una pareja formal", "quiero probar otras cosas", "mejor dejo de jugar y busco una novia" énfasis en novia, porque aún hay gente que cree que debe formar una familia tradicional para ser feliz y toda la cosa. Se puede ser feliz como se quiera, aunque la gente de mí ciudad es tan tradicional en tantos aspectos, que molesto. Y por si no quedó claro soy hombre y sí, soy gay, muy gay, pero no va al caso. O si. Otra vez me fui de tema.

Retomo lo anterior, si soy gay. Pero mi vida no gira en eso. Gira en estudiar, trabajar para no morir de hambre y el vóley. Si pudiera casarme con algo, seria el vóley. Me ha dado más satisfacción y alegrías que la gente en si. Soy introvertido, lo que no va mucho con un deporte de equipo. Pero los del club son especiales. No me trataron diferente por nada, ni por mi nula capacidad social, ni por lo raro que suelo ser, ni nada. Son como mi familia, esa que siempre te dicen que se elige. Seria mas acertado que ellos me eligieron a que yo los elegí, pero bueno. Universidad, mucho café y vóley. Esa es mi vida, y me la he aceptado tal y como es. 

Sabor a LimónWhere stories live. Discover now