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Haerin no había podido dormir ese día, no por el insomnio o por estudiar, simplemente no podía quitarse la sensación de los labios suaves de Danielle sobre los suyos, su sabor a uva, lo que le había dicho, el hecho de que la besara pensando que no estaba enterada de nada por su hábito de hablar dormida.
Y lo cierto es que si estaba por quedarse dormida, pero a petición de Danielle, puso todas sus fuerzas en mí hacerlo hasta que lo logro incluso un poco desorientada, pero estaba consciente de todo.
Danielle era la única en mi saberlo, y al recordar, Haerin decidió sincerarse y ver qué hacía su mejor amiga al respecto, llevándose una gran y muy dulce sorpresa.
Había estado dando vueltas en su cama como una niña, sintiendo mariposas y cositas lindas en el estómago que no podía borrar, quería ya que sea la hora de volver a verla y saber cómo iba a actuar, y aunque no quería decirlo en voz alta porque eso sería que toda su piel se erizara, moría por un beso otra vez.
Habían acordado verse todas en el parque de siempre para jugar a las cartas y ponerse al día y que Danielle y ella les contaran cómo fue que se amistaron, aunque ambas sabían que habían sucedido más cosas en el transcurso del tiempo, pero eso quedaría entre ellas.
Como era de esperarse un Sábado, el parque estaba lleno de gente y muchos skaters en las rampas junto a ciclistas, pero eso no les impidió instalar su puesto de juegos de siempre, formando un pequeño círculo, Haerin con Danielle sentada frente a ella viéndola con expresión tímida, Hanni observando a Haerin con algo de duda en los ojos, Minji disfrutando el momento al ver esas miradas con doble sentido entre sus dos amigas, y Hyein tratando de cuidar sus cargas de UNO para que ninguna lo vea.
Danielle esbozó una ligera sonrisa sin poder evitarlo al recordar el beso tonto que le dio hace unos días. y Haerin le sonrió de vuelta por lo mismo.
— Bien— anunció una feliz Minji, suspirando— Empecemos a jugar.
Y así lo hicieron, estuvieron unas muy buenas horas jugando, molestando a Hanni cada que perdía repetidas veces, apretando sus mejillas hasta que ésta lloriqueaba y Minji abrazaba, el ambiente negro todas había vuelto a ser el mismo y no había nada que las hubiera más felices.
Habían estado tomando fotos, compartiendo golosinas y riendo hasta que la conversación llegó a enfocarse en Haerin y Danielle, que al ser mencionadas rieron por lo bajo, llamando la atención de todas.
— Pero bueno, todas aquí merecemos una explicación, ¡cuando decidieron volver a ser Dani y Hae!— gritó Hanni, habiendo asentir a Hyein.
