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Los primeros minutos pasaron normales, ahora se iban a encontrar en la mesa de siempre para pasar el receso, pero de si me ye no salía el hecho de que Seung haya intentado algo con ella, el beso, las mentiras, ese chico era un gran problema para Danielle.
Normalmente es muy tranquila y reservada con sus cosas, ¿cuál es la necesidad de llenar de tus problemas a las otras personas?, le daba mucha vergüenza, pero esto era una caso de vida o muerte, y mientras caminaban por los pasillos de la escuela con Hyein distraída en su teléfono, y Danielle junto a Hanni estaban en sus salones buscando sus respectivas billeteras y pagar la comida, llamó la atención de Minji, tenía que escuchar una opinión ajena para poder hacer algo al respecto.
— ¿Estás bromeando?— Haerin negó con la cabeza— ¡Es un imbécil!
— ¿Quien?— dijo una distraída Hyein.
— El maestro de Historia— mintió Haerin.
— ¡Ugh es verdad!, que se muera— dijo para volver a fijarse en su teléfono.
— ¿No es la primera vez?
— No, y en la fiesta él... me besó de imprevisto— Minji abrió los ojos como platos— Malinterpretó todo y creyó que sentía celos porque Danielle estaba con él y no yo.
— Por dios que idiota— Haerin suspiró— Tienes que hacer algo Hae, puede que ustedes dos estén arreglada pero aún así es el chico con el que Danielle sale, ademas puede ser fácil, por lo que sé ella ya no se siente tan cómoda con ese tarado, ¡lo dejará fácil!
— ¿N-No se siente cómoda, segura?— Minji sonrió apretando su hombro.
— No tontita, y me imagino que te dijo muchas cosas reveladoras cuando estuvieron en tu casa— dijo pícara, dándole pequeños codazos.
— Si supieras, seguimos siendo mejores amigas pero ahora hay una vibra extraña, como algo más que eso— una pequeña sonrisa se le escapó de los labios, delatándose.
— ¡Aaaw! basta, me harás vomitar arcoíris— dijo, abrazando y desordenando el cabello de su mejor amiga— Ya me contarás mejor cuando no tengamos a tres chicas rondándonos, ahora quiero ver esos mensajes que te mandó en la mañana.
Haerin sacó su teléfono y como si tuviera poderes y pudiera caminar mientras ve una pantalla, siguió con lo suyo mientras Minji deslizaba su dedo por la pantalla con cara de asombro e indignación.
Todo iba bien y eran insultos hacia el muchacho con pocas neuronas y mucho bícep, hasta que sus cabezas impactaron con un cuerpo grande y fuerte que las hizo retroceder hasta casi caer de espaldas.
