Sentí que algo en mi interior se estrujó, todo era tan difícil, pero tenía que ser fuerte, no podía cambiar de opinión, esta era mi vida, la que se me fue asignada.

Dicen que todos nacemos con un objetivo, este era el mío, librar a la sociedad de la basura humana.

Tenía que acabar con la vida de ese criminal, tal cómo él acabó con la nuestra.

Mañana empezaría con mi misión, una que todo mundo considera imposible, muchos dicen que lo que haré es una locura, y que de seguro terminaré como muchos: muerto, pero no me importa, confío que tendré exito, cueste lo que me cueste resultaré ganador en esta guerra.

(...)

Me levanté extremadamente temprano, mi madre me miraba desde el marco de la puerta, lucía preocupada, pero le sonreí para tranquilizarla, igual que como lo hice la noche anterior con mi hermano.

-Mamá no deben preocuparse, Jungkook es un exagerado, además este tipo de misiones son parte de mi trabajo, no duden de mis capacidades, por favor -la miré tratando de que creyera en mí, reflejando la confianza que no tenía, pero que quería tener y transmitir.

Ella hizo lo mismo que mi hermano -ya sé a quién salió él- me abrazó casi dejando sin aire mis pulmones. Le sonreí genuina y tristemente, y me marché, lo hice antes de arrepentirme, antes de devolverme y abrazarle queriendo que el tiempo se detuviese.

De nuevo me estaba alejando y solo hacía un año había regresado.

Caminé hasta la parada del autobús, aún no tenía dinero suficiente como para tomar un taxi.

Al pasar por una calle solitaria pude claramente ver a un tipo golpeando a quien parecía ser, por su uniforme, un estudiante de secundaria.

Otra persona quizás lo ignoraría, pero yo no, no podía dejar pasar algo así, así que en menos de lo que pude haber imaginado ya estaba quitándole de encima al agresor.

-¡¿Quién demonios eres tú?! -me gritó histérico, su mirada buscando generar miedo, tenía una navaja en sus manos, esta escurría sangre abundantemente, en ese momento me dí cuenta que no llegue a tiempo, el chico a quién atacaba estaba tirado inconsciente.

Solo debía sobrevivir hasta que la policía llegara, ya debían venir en camino.

-No te interesa quién soy -le respondí desafiante, el tipo no dudó en lanzarse sobre mí intentando atacarme con aquella arma.

Le esquivé y contraataqué, logré derribarle, pero el desgraciado sacó una pistola de no sé dónde, y por obligación me alejé, yo estaba desarmado.

Pensé que moriría porque él no parecía dudar en disparar y cuando creí que ya el momento había llegado, el cuerpo sin vida cayó frente a mí, manchando con gotas de sangre mi rostro.

Me volteé muy rápido, y observé mi alrededor, nada, solo alcancé a ver una sombra alejarse, y casi de inmediato las sirenas de la policía se empezaron a escuchar.

Miré al chico y no se veía nada bien, empecé a brindarle los primeros auxilios, saqué mi celular para llamar a una ambulancia, pero escuché que también se acercaba, definitivamente alguien más se percató de la situación.

(...)

-¿Cómo se encuentra? -pregunté directamente al médico.

-Fueron heridas superficiales, él se recuperará, solo necesita reposo, se nota que luchó porque el arma no hiciera tanto daño, es un chico valiente.

Lo miré, su cabello rubio caía sobre su frente, sus labios eran rellenos y su rostro angelical. Park Jimin, ese era su nombre, y me rei internamente, el mundo era tan pequeño, la vida se burlaba de mí, sentí mi sangre hervir, ahora entendía porque el rostro de ese chico se me hacía tan conocido.

-Necesito contactar a sus familiares, yo solo...

-Ya su tío está aquí, pagó la factura del hospital, y en un rato pasará a ver a su sobrino.

Aquello me sorprendió, su tío, sentí una punzada en mi interior.

Sin querer pensar más salí de la habitación, quería desaparecer, lo que menos estaba en mis planes era llegar a tropezarme con ese individuo, después de todo el mal que había cometido aún tenía el descaro de gozar de libertad, y sobre todo de respirar, vivir, pero supongo que así es el mundo, injusto.

Y cuando creí que podía escapar, mi equilibrio desapareció y terminé cayendo al helado y resbaladizo suelo del hospital. Y cómo si la vida me odiara, y sí me odiaba, sentí el frio roce en mi brazo, miré hacia arriba encontrándome con aquel pálido y sombrío rostro, sus fríos y oscuros ojos puestos en mí.

Muchos pensarían que se trataba de un hombre común y corriente, pero detrás de ese rostro se escondía un monstruo, astuto e hipócrita.

Mi corazón casi se detuvo, quise asesinarle allí mismo y acabar con tanto dolor, con tanto odio, pero cómo si de un movimiento mecánico se tratase le sonreí, le agradecí su gesto de ayudarme a levantarme del suelo, que irónico.

Y fue en ese momento que una gran idea llegó a mi mente.

Jsksjs las ideas de Tae por alguna razón me dan miedo :)

________...._______.....___________
Senya💜

Please don't goUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum