『𝐒𝐭𝐫𝐨𝐧𝐠 𝐋𝐨𝐯𝐞』-Harwin Strong

Cap 6

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Yo no necesitaba un esposó, había huido de esta situación toda mi vida.

Había creado mi propia riqueza a raíces de eso, no quería depender únicamente de casarme con un hombre de buena cuna al que yo no amase y seguramente él tampoco lo haga, dejándome Cómo la esposa abnegada qué espera en su lindo Castillo cuidando de bebés qué no heredarán su apellido mientras su esposo se acuesta con otras y tiene bastardos por ahí

Para cuando llegue me encontré con que no era la única a quien estaban ofertando en el mercado matrimonial

Rhaenyra no parecía nada feliz y tomando en cuenta que ya contaba con un amante, debía estar mas colérica que yo

-oh, ¿así que no eh sido la única en recibir una propuesta matrimonial?- mi molestia no tardo en salir

-ambas están en edad y sus propuestas son más que aceptables-dijo con simpleza mi querido rey

-padre, esto no es lo que yo deseo, ya lo habíamos discutido-se quejo Rhaenyra y la apoye

-me niego, tío, usted podrá ser el rey, pero este tipo de temas deberían ser discutidos conmigo y mi madre primero, nosotras n-...-fui interrumpida por el

-yo soy el hombre de la familia, estoy a cargo de ambas y por años desde que tú-me señalo- llegaste a la edad me eh hundido lentamente en un mar de cartas de cada esquina del reino-señalo-todas ellas propuestas de matrimonio, y ahora que mi hija acaba de entrar en edad no planeo vivir lo mismo

-lo sé, pero-volvió a callarme alzando mas la voz

-y eh tratado seguido de discutirlo contigo, pero me has rechazado en cada ocasión-soltó molesto, su enojo se palpaba y se podía sentir emanar de su cuerpo, no era normal ver a mi tío enojado, pero no me intimide

-¡eso es porque yo no quiero casarme!-grite ya cayendo en la desesperación, Rhaenyra parecía estar al borde de las lagrimas por la frustración, yo me encontraba en una posición similar, jamás había visto a mi tío con tal determinación, no era un hombre de carácter fuerte

-¡ni siquiera yo puedo escapar del deber Helena!-grito poniéndose casi rojo del coraje-permití que Rhaenyra y tu cumplieran sus caprichos, deje que hicieras tú voluntad y ni siquiera me impuse a que estuvieras en la capital donde es tú lugar como una princesa targaryen, pero este es su limite

-¿por eso fue que me invito a esta fiesta?-dije por lo bajo, ya no ocultando mi molestia, dispuesta a empezar una pelea en medio de los ojos de todos los  que ya llevaban un tiempo viendo todo a lo lejos

-su majestad- interrumpió otto antes de que mi tío respondiera- los cazadores han visto a un ciervo blanco, es de muy buen augurio para el onomástico de Aegon

No soporte lo obvio que otto se había visto al meterse en la situación, pero por primera vez agradecí algo que este hombre hizo, porque me dio la oportunidad de salir de allí, Rhaenyra por su parte salió apresurada ignorando incluso que yo le llame antes de que abandonara la gran carpa, ella no había dicho mucho, pero su corporalidad hablo por ella, temblaba de impotencia y sus ojos estaban cristalinos cuando los vi antes de salir.